Yo Soy Alfa [YoonMin]

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YoonGi se hallaba bajando distraídamente las escaleras del instituto aquel día en una de sus últimas horas libres. Llevaba su bolso colgado sobre su hombro con el fin de dirigirse a los baños de la escuela a cambiarse que estarían totalmente libres antes de que terminaran las clases e iniciaran los entrenamientos.

Había sido un día bastante tranquilo, su lobo así permanecía, casi imperceptible. Eso le permitía poder concentrarse en sus estudios un poco más, aunque sus pensamientos generalmente ronden en otro lado. Con otra persona.

Al llegar finalmente al pasillo objetivo, se sorprendió de ver allí a Jimin. Estaba ordenando algunas cosas de su casillero mientras metía alguno de sus cuadernos en su bolso. Estuvo a punto de acercarse cuando una segunda presencia sorprendió al peli-rosa, era un alfa.

—Hola omega —habla con arrogancia, no importándole encerrarlo contra los casilleros y su gran cuerpo—, me ha sido imposible despegar la mirada de ti desde que cambiaste, estás mucho más atractivo, ¿qué te parecería ir a tomar algo después de clases? 

—Gracias, pero no estoy interesado, tengo alfa —Jimin no agachó la cabeza en ningún momento, manteniéndose aferrado a uno de sus cuadernos mientras luchaba por mantener el contacto visual. YoonGi tragó en seco a la distancia, dispuesto a acercarse a defenderlo aunque no fuera precisamente del alfa del cual estaba hablando Park.

—No tienes ningún aroma encima ni veo marcas en tu lindo cuello, yo te veo bastante disponible —murmura con una sonrisa cínica, intentando acercarse más al de menor estatura. 

Pero antes de que YoonGi pudiera hacer algo al respecto, se detuvo en seco cuando con rápidos movimientos Jimin había empujado al alfa lejos de su cuerpo y golpeado justo en su entrepierna con una patada muy certera con su empeine, luego tomando su brazo y torciéndolo detrás de su espalda siendo su turno de estampar al hombre contra los casilleros justo en su rostro.

—Te dije que no, la próxima vez que acoses a un omega no vas a salir ileso, idiota —dicho eso, el peli-rosa lo soltó dejándolo desplomarse en el suelo y acomodó su ropa y cabello antes de darse vuelta y caminar en dirección contraria.

—¡Hijo de puta! —Fue todo lo que logró oír.

—Tu mamá —Jimin rió mientras llegaba hacia donde se encontraba Min, aún sorprendido mientras le miraba—. Hola hyung. 

—Hola Minnie, eso fue...wow, me alegra que las clases te hayan servido. Estuve a punto de ir a ayudarte.

—Bueno, parece que por fin puedo tener la situación en mis manos, puedes estar tranquilo —el pelirrojo asiente brevemente, analizando la situación y las palabras del menor. 

Se sentía orgulloso de que finalmente después de tanto tiempo Jimin haya tenido la fuerza para poder enfrentarse a una de todas las personas que lo molestaron todos estos años sin la necesidad de que él esté presente.

—Hyung —entonces vuelve a sacarlo de su mente, pestañando varias veces mientras siente su mano ser jalada—. Vamos, llegarás tarde a tu entrenamiento.

—¿Vas a venir? —Pregunta algo sorprendido, aunque en realidad sigue asimilando el hecho de que están hablando después de varios días sin haberlo hecho.

—¿Acaso ya no quieres que vaya a verte? —Consulta, algo asustado de que YoonGi en verdad quiera alejarlo de su vida después de lo ocurrido.

—No, o-osea sí, sí, vamos. 

No hay más que decir mientras ambos caminan juntos hacia el próximo destino. Ninguno dijo absolutamente nada en todo el camino, pero en su interior, ambos sabían que se habían extrañado muchísimo, nunca podrían estar tanto tiempo separados. Aún si sus corazones latirían en sintonías distintas.