Yo Soy Alfa [YoonMin]

13

El rubio omega lamenta haber salido al patio aquel día soleado. Era un muy bonito día, sabe que él y su hyung lo pasarán afuera en el almuerzo, pero debe esperarlo ya que el capitán del equipo de básquetbol lo detuvo para hablar con él, probablemente algo relacionado con su reciente ingreso.

Jimin se abstiene a divagar un poco, mirando a las personas y buscando un buen lugar donde sentarse a esperar, pero realmente no espera chocarse con un alfa en el camino, provocando que la bebida que tenía el más alto en sus manos fuera derramada en la camisa contraria.

—Oh, lo lamento mucho —Park ni siquiera comprende de dónde salió aquel chico, SeungCheol, jura no haberlo visto, aunque con la fuerza del empuje que dejó su brazo adolorido, supuso que iba apurado.

—Mierda, maldito beta —el menor se contiene a hacer algún comentario con respecto a su jerarquía, y continúa su camino. Sabe que muchos solían confundirlo por su falta de aroma—espera, ¿a dónde crees que vas? —El alfa lo toma del mismo brazo del impacto, una mueca se forma en su rostro debido a eso.

—O-Oye eso duele, suéltame —Jimin forcejea, intentando soltarse del agarre fuerte que imponía en su extremidad.

—Oh, espera, ¿eres Park Jimin, no? ¿El omega fallido, sin aroma? ¿Acaso además de estorbar piensas irte sin pagar mi bebida?

—No sé quién eres, por favor suéltame, déjame en paz —Park intenta no recapitular la cantidad de malos comentarios o abusos que han sido continuos hasta ahora, intenta no preocuparse por eso, quiere creer que son simples desafortunados eventos de los cuales tiene mala suerte de caer.

Pero lamentablemente aquel alfa no parecía querer cesar sus comentarios, escupiendo sus inseguridades al aire.

—Si tan solo fueras normal —sonríe con suficiencia, sosteniendo el mentón del menor con su otra mano—, eres tan precioso pero tan inútil como para no ser capaz de llevar los hijos de un alfa.

Jimin expandió sus ojos con absoluta sorpresa en ese momento, sintiendo sus propias piernas temblar, y dejando de hacer fuerza en su contra.

—¿Qué? —Es un suspiro seco el que abandona sus labios, siquiera importándole los anteriores maltratos de aquel alumno, solo en busca de una respuesta.

—Es obvio que un omega sin aroma solo apunta a que es infértil.

—D-Deja de mentir.

—No tengo tiempo para estupideces como esas, solo ve a un médico, ¿o a caso crees que todo un colegio se burlaría de ti solo por no oler a dulces? No eres capaz de hacer lo único por lo que los omegas existen.

Y aquello había sido suficiente. El rubio soltó un bajo gemido lastimero retrocediendo en su lugar intentando safarse, no siendo capaz de ser escuchado por nadie. Por nadie más que YoonGi.

Fue un pequeño alivio el que recorrió su cuerpo cuando el alfa apareció en esos momentos, casi de inmediato, a rápidos pasos hasta donde ellos se encontraban.

Min estaba muy confundido, pero si Jimin lo había llamado, fue porque estaba en peligro.

—¡Hey! ¿Qué mierda crees que estás haciendo? —Gruñe el pelirrojo, quitando cualquier agarre ejercido sobre el omega por el otro chico, apartándolo y dejándolo detrás suyo para protegerlo de cualquier ataque.

A SeungCheol se le borró instantáneamente la sonrisa al ver al alfa enfrente. Se veía intimidante, probablemente más fuerte, pero su lobo no iba a dejarse vencer.

—¿Quién mierda eres tú?

YoonGi respondería, si no fuera porque pudo ver la figura del rubio a su lado, nunca lo había visto de esa forma...aterrado, quizás triste, tan herido. Desearía poder leer sus pensamientos o saber qué era lo que aquel imbécil había dicho que le afectó tanto.

Y entonces pasó.

—Arrodíllate —gruñó, sintiendo a su propio lobo ladrar amenazante en su interior.

—¿Piensas que voy a hacerte ca-?

—¡Arrodíllate, es una orden! —Su voz de alfa salió a flote aterrorizando al castaño. Jimin retrocedió asustado, bajando el cuello de manera sumisa.

Sin embargo, SeungCheol acató la orden casi de inmediato. Su exclamación llamó la atención de muchas personas más en el patio, lo que lo hizo más vergonzoso para el intento de alfa.

—Ahora discúlpate con Jimin si prefieres seguir vivo.

—Y-Yo lo siento —YoonGi no tuvo que repetirlo dos veces—, lo siento, lo siento mucho Jimin, n-no volveré a decir algo como eso, nunca volveré a molestarte. Lo lamento de v-verdad, todo era m-mentira, pe-perdóname —el castaño temblaba ante la expectante mirada oscura que le ofrecía el contrario, clavada en él.

—Quedas advertido —amenazó Min, por última vez, antes de tomar a el omega y llevárselo a los baños dentro de la escuela—. Minnie, ¿estás bien? —Preguntó una vez estuvieron a solas, la preocupación reflejada en sus ojos.

Aunque todo lo que obtuvo del pequeño rubio fue la inclinación de su cabeza hacia uno de los lados.

—¿Qué haces?

—Eres un alfa líder, hyung —murmura, tomando por sorpresa al pelirrojo—, mi lobo me obliga a estar a tu disposición —le informa, como resultado de haber utilizado su voz de mando.

Pero YoonGi solo puede negar y atraer a el pequeño hacia sí, abrazándolo y cubriéndolo por completo. Intentando difícilmente reparar lo que sea que el otro le haya dicho en su ausencia.

—Lamento no haber llegado antes.

—No pudiste haberlo adivinarlo —es lo único que murmura Jimin, respirando el aroma del mayor. Intentando despejar su mente de lo que tiene que encargarse una vez llegue a casa.