Capítulo 12: Un comunicado importante.

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Mientras que Jihyo hacia la cena, Nayeon y yo poníamos la mesa.

—Nayeon, ¿Pasa algo? —dirigí mi mirada hacia ella. La notaba distraída y temblorosa.

—Mi madre aun no responde mis mensajes. Dijo que se iría de viaje por todo Corea con mi padre, pero no me quisieron decir dónde estarían —respondió Nayeon.

—No te preocupes, ellos deben estar bien, a lo mejor tu mamá está ocupada y no puede responder —me acerqué a ella para consolarla.

—Tienes razón. Mejor no le doy muchas vueltas al asunto o voy a terminar peor.

Terminé de poner la mesa, y digo "terminé" en singular ya que Nayeon se fue al baño para lavarse la cara.

—Jihyo —la llamé, apoyándome en el marco de la puerta de la cocina.

—¿Qué quieres? —cuestionó, en un tono frio y serio.

—¿Estas molesta? —quise saber, siendo respondido por su fulminante mirada.

—¿Cómo demonios no quieres que este molesta si traes a la chica que odio a la casa? ¿Quién te crees? Primero: hoy me caí en la ducha; segundo; se me quemó el arroz por estar limpiando la casa; tercero: mientras limpiaba se me cayó un vaso en el pie, y ahora esto —suspiró, exhausta.

—Lo siento... No sabía que se te había caído un vaso en el pie —dije, poniendo todo mi esfuerzo en no reírme.

—Maldito estúpido. No me hagas reír, tengo que estar enojada —refutaba ella mientras no paraba de reír.

—¿Cuánto le falta a la comida? —pregunté para cambiar de tema.

—Va a estar cuando deba estar —volvió a contestarme a secas. Blanqueé mis ojos por eso.

—Está bien, mamá —me burlé.

—Sal de mi vista ahora mismo, o te echaré a patadas de la cocina —amenazó. Cuando Jihyo dice algo lo dice en serio.

—No hay porque recurrir a la violencia, querida —exclamé, a lo que Jihyo chasqueó sus labios para luego sacarme a patadas de la cocina.

—Ugh, me dolió —susurré.

—¿Qué cosa? —la voz de Nayeon me asustó porque, según yo, ella aún seguía en el baño.

—¿Por qué reaccionas así? ¿Acaso viste un fantasma? —comentó Nayeon ante mi reacción.

—Lo siento, me asustaste —reí. Nayeon sonrió y bajo su cabeza de forma tímida. Me pareció tan tierno que tuve que correr mi mirada para que no se notara mi sonrojo.

Ambos nos quedamos callados y sonriéndonos, hasta que apareció Jihyo.

—Si se siguen coqueteando mientras yo estoy presente les juro que les voy a tirar kimchi en la cara —espetó. Llevó los platos de comida en la mesa.

—Gracias por la comida —agradecimos todos al mismo tiempo para empezar a comer.

—Jae, prende la televisión —pidió Jihyo. Me levanté y busqué el control remoto por todas partes. Lo estaba por dar por perdido, hasta que opté por buscar debajo del sillón.

—Por fin —suspiré, aliviado.

Prendí la televisión para buscar un canal de películas, pero los únicos canales disponibles en ese momento eran de noticias.

—Tendremos que ver las noticias —concluí.

No podía sacar la imagen de mi cabeza, como ese hombre se retorcía y sangraba en el suelo, como su cuerpo se movía bruscamente, la gente al alrededor confundida y preocupada.

En todos los canales seguían transmitiendo esa noticia. Demonios.

¿Deberíamos preocuparnos por esto? —preguntó el presentador del noticiero cuando pasaron la grabación de un chico que grabó el momento en el que el hombre empezó a convulsionar.

Como si mi deseo de que esa noticia desapareciese se hubiese vuelto realidad, la pantalla del televisor se tornó en un tono oscuro. Al parecer, la señal se había cortado; eso se desmintió después.

¡Comunicado del Gobierno De Corea Del Sur, esto no es un simulacro, repito, esto no es un simulacro! —aquel mensaje se repitió en los aparatos telefónicos y televisores por dos minutos.

Lamentamos la interrupción. Este es un video en vivo grabado por el presidente de Corea Del Sur —ahora se apreciaba la oficina del presidente, quien apareció en pantalla y comenzó a hablar—. Esta tarde, en el parque Haneul en Seúl, sucedió algo que no podemos explicar con seguridad y que está causando mucho miedo tanto para los civiles como para todos los agentes del gobierno.

El hombre que vieron en grabaciones o en persona, lamentablemente falleció camino al hospital. La familia que reconoció al hombre dio el cuerpo a la ciencia. Vamos a hacer investigaciones profundas para poder dar respuestas y para poder controlar el pánico. Hasta entonces, voy a dar un pequeño comunicado todos los días sobre el avance de la investigación.

La pantalla se volvió a quedar en negro. Iba a decir algo, pero una voz robótica me detuvo.

Si algún conocido, familiar, vecino o amigo presenta uno de estos síntomas: Sangrado de ojos, nariz y orejas; crecimiento de plantas en brazos, piernas o cuello; pupilas dilatadas; hiperventilación y sensibilidad irregular a la luz, manténgalo encerrado en un cuarto y llame al instante a las autoridades correspondientes.

Al llegar y llevarse al enfermo se le dará una cuarentena obligatoria de 10 días a todos los miembros en la casa, se les darán visitas todos los días por precaución y seguridad. Persona que no cumpla con la cuarentena será demandada por el presidente de Corea Del Sur y se enfrentara de 3 a 5 años de prisión.

Por seguridad, se les pide a todos los civiles que demanden a personas que sepan que no estén cumpliendo su cuarentena... Recuerde que esto no es un simulacro. Fin del comunicado —tras eso, Jihyo apagó la televisión.

I Will Never Leave You AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora