Capítulo 25: Un día a la vez.

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Al día siguiente, me desperté antes del amanecer. El ambiente estaba tenso, y el silencio sólo era interrumpido por el sonido de mis compañeros preparándose para salir. Un nudo de preocupación se formó en mi estómago. "¿Volveríamos todos de esta misión?" Aquella incógnita encontró lugar en mí cerebro.

Me levanté de la colchoneta en donde dormía y me dispuse a ir al baño para hacer mis necesidades. Tras salir, me topé a Jihyo en el pasillo, quien estaba preparando sus cosas para salir.

—Creí que ya habías alistado tus cosas desde anoche —le dije a mí mejor amiga, viendo como ella metía un botiquín de primeros auxilios en su mochila.

—Eso iba a hacer, pero estaba realmente cansada, así que el sueño pudo más conmigo —exclamó, avergonzada.

—Lo supuse —agregué, sonriendo. La imagen de Jihyo dormida, despreocupada por un momento, me recordó la vida antes del caos. Después de eso, me alejé y me fui nuevamente a la habitación de Taeyong. Ahí, al lado de mí colchoneta, estaba mi mochila y mí cuchillo. Los tomé apenas los vi.

Bajé a la sala de estar una vez me encontraba preparando. Allí vi a Taeyong y a Félix, quienes estaban conversando. Taeyong llevaba uno de sus dos bates de béisbol; el otro lo tenía Seungkwan. Félix, por su parte, portaba su pistola.

—Buenos días —los saludé.

—Buenos días a ti también —me dijo Taeyong, mientras que Félix simplemente me dedicó una sonrisa.

Segundos después, Eunji, Jisoo, Sana y Mina se unieron a nosotros. Eunji llevaba su escopeta, Jisoo su pistola, y tanto Mina como Sana llevaban unas lanzas improvisadas.

Detrás de ellas bajaron Seungkwan, Nayeon y Jihyo. Seungkwan llevaba el otro bate de Taeyong, Nayeon una lanza improvisada, y Jihyo una vara de metal.

Taeyong organizó los suministros y armas que teníamos, asegurándose de que todos estuviéramos equipados y listos para cualquier eventualidad.

—Todos manténganse cerca y atentos —dijo Taeyong, mientras revisaba su mapa una última vez.

—La estación no queda muy lejos. Síganme —dijo Eunji parada en la puerta que daba a la calle.

Nos dirigimos hacia la puerta principal, saliendo así al tenebroso exterior. Cada uno de nosotros estaba perdido en sus pensamientos. La ciudad, ahora un cascarón vacío de lo que alguna vez fue, nos observaba con sus edificios derrumbados y calles desiertas.

Caminamos en formación cerrada, con Taeyong y Eunji liderando el grupo, mientras Félix y Jackson cubrían la retaguardia.

—Hola, Jae —me saludó Nayeon, acercándose a mí.

—¿Qué tal, Nayeon? —pregunté, disminuyendo la velocidad a la que caminaba.

—¿Cómo sigues? Ya sabes, luego de que ayer estuvimos a punto de morir —expresó, sosteniendo entre sus manos su lanza.

—He tenido mejores días, la verdad —respondí, tratando de mantener la calma en mi voz.

Nayeon asintió, su mirada reflejando la misma mezcla de cansancio y determinación que sentía yo.

—Es increíble cómo hemos sobrevivido hasta ahora. A veces me pregunto cuánto más podremos soportar —exclamó, mirando hacia el suelo.

—Lo sé. Pero tenemos que seguir adelante. No hay otra opción —dije, mirando a los demás del grupo.

Nayeon sonrió levemente, un gesto raro en estos tiempos.

—Tienes razón. Y, además, aún hay cosas por las que vale la pena luchar.

I Will Never Leave You AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora