Capítulo 5: El peso de las palabras.

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—J-Jihyo... —la observé brevemente.

—¿Sí? —respondió ella, bajando la mirada.

—¿Eso es verdad?... —cuestioné, intentando comprender lo que había dicho Sana.

—Y-yo, no sé cómo explicártelo —mencionó, alejándose lentamente.

—Creo que es hora de ir a ver la película, ¿No lo creen? —exclamó Sana, juntando sus manos, sabiendo el error que cometió al decir todas esas palabras.

—Creo que es lo mejor —acordó Nayeon caminando al lado de la anterior nombrada.

—Jae, ¿Estás bien? —Mina me habló al verme algo pensativo mientras caminábamos hacia la entrada del cine—. ¿Sabías algo de los sentimientos que Jihyo siente por ti? —me miró con curiosidad.

—No, creo que solo está mintiendo —contesté.

Jihyo se había distanciado un poco de nosotros, por lo que me acerqué a ella, abrazándola por la espalda.

—¿Estás bien? —dije mientras la abrazaba.

—Sí —respondió ella, acompañado de un leve suspiro.

—Te quiero mucho, ¿Lo sabías? —susurré en su oído.

—Sí, lo sé —contestó, separándose de mí, dándome un beso en mi mejilla.

—Eres muy tierna, enana —reí.

—Te quiero mucho, torre Eiffel —me apodó, riendo junto a mí segundos después.

—Vamos con las chicas —la tomé de la mano. Era raro que pasara eso, no era muy común que hiciéramos eso.

—Bien —accedió.

Al llegar con las chicas, ellas nos miraron sorprendidas.

—Jae, ¿Por qué Jihyo y tú están tomados de la mano? —cuestionó Sana, estupefacta ante lo que veía.

—Se ven muy tiernos —expresó Mina, provocando un leve sonrojo en Jihyo.

—¿No puedo tomar de la mano a mi mejor amiga? —me defendí, alzando una ceja.

—No, no puedes —negó Nayeon, separándome de Jihyo.

—Ya, Nayeon, relájate —intervine.

Nuestros ojos se fijaron al mismo tiempo en la cartelera de las películas que se podían ver en el local. Había varias películas, unas mejores que otras claro, pero hubo una que llamó nuestra atención.

—Veamos esta —recomendé, señalando la portada de la película.

—"Abismo" —leyó Sana en voz alta. (Esa es una historia que sacaré en un futuro. El nombre posiblemente lo cambie más adelante).

—¿Es de zombis? —preguntó Jihyo, mirando la portada.

—Parece ser que sí —intuí tras examinarla.

—¿Te gusta ese tipo de género? —Mina se dirigió a mí, alegre y sorprendida.

—Digamos que un poco, he visto tantas series y películas de zombis que ya perdí la cuenta —reí un poco.

—Parece que eres un fanático total —comentó Sana.

—No lo creo —bufé—. Entonces... —aclaré la garganta—. ¿Vamos a ver esa película?

—Me da mucho miedo —reveló mi mejor amiga.

—Tranquila Jihyo, es pura ficción —respondí ante sus palabras.

—Está bien —aceptó.

Luego, Nayeon y Sana fueron a comprar las palomitas, mientras Mina, Jihyo y yo nos ocupamos de los boletos.

Al terminar, simplemente entramos a la sala correspondiente para ver la película.

Nayeon se sentó a mi lado, por el lado derecho, y Jihyo ocupó el lado izquierdo. Y vaya que se miraban feo; yo solo traté de ignorarlas, cosa que resultó en vano.

Durante toda la película, ambas no dejaron de abrazarme cada vez que pasaba alguna escena terrorífica, algo que para ellas era tierno, para mí fue bastante incómodo.

Sana, por su parte, se durmió a media película, y Mina... Bueno, digamos que ella no la pasó muy bien al ver dicha función.

Cuando la película terminó, salimos del cine con suma tranquilidad (en mi caso). Por su parte, las chicas estaban muy tristes.

—¡Aún no supero el final! —gritó Nayeon, a punto de llorar.

—Tranquila, apenas vimos la primera parte, falta mucho para que saquen las demás —comentó Mina.

—¿Tú crees que Javier vaya a sobrevivir? —interrogó Nayeon en referencia al personaje de la película. (Posiblemente igual cambie su nombre).

—Eso espero —suspiró.

—Javier es fuerte, logrará sobrevivir —aseguré.

—¿Sobrevivirías después de recibir varios disparos en el estómago? —objetó Mina.

—Tal vez, en las películas todo puede pasar.

—A veces creo que eres un retrasado —bromeó, riéndose. Mina y yo nos solíamos llevar de esa manera.

—¡No le digas así a Jae oppa! —intervino Jihyo.

—Ah, lo olvidaba, lo amas —Mina volvió a carcajear.

—¡No lo amo! —negó mi mejor amiga con un poco de rubor en sus mejillas.

—¡Jihyo ama a Jae, Jihyo ama a Jae! —Sana empezó a cantar en tono burlón.

Reíamos mientras caminábamos en la gran ciudad de Seúl, de hecho, la ciudad estaba atiborrada de soldados y policías, sin contar los numerosos vehículos armados rondando por las avenidas. Había un sentimiento de inquietud en el ambiente.

Pero, al fin y al cabo, todos nos fuimos a nuestros hogares. Nayeon y Sana tomaron un taxi, mientras que a Mina la dejamos en su casa, la cual estaba a unas cuadras de la nuestra.

Al llegar a nuestro departamento, me acosté en el sofá del cuarto de estar, para relajarme después de aquel día tan agotador.

En el fondo de mi mente, seguía pensando en los sentimientos de Jihyo hacia mí. Era algo que me costaba procesar y comprender. Decidí que lo mejor sería dejar de darle vueltas a ese asunto y simplemente descansar, así que me dispuse a dormir.

I Will Never Leave You AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora