Eran las dos de la mañana cuando me desperté abruptamente. Sé la hora porque justo al abrir mis ojos miré el reloj de pared que yacía al frente mío. Me había quedado dormido en el sillón; el lugar más incómodo de la casa. Parecía una roca con forma de sillón. Se veía cómodo cuando lo adquirimos, pero resultó ser todo lo contrario.
Tenía la garganta seca, así que me dirigí a la cocina por un vaso con agua. Me sentía algo inquieto por la oscuridad de la casa, pero no tenía más opción si quería calmar mi sed.
Mientras bebía agua, decidí sacar mi celular y empecé a eliminar fotografías de mi galería, ya que no encontraba nada interesante en las redes sociales.
Entre tantas fotos, me encontré una imagen de Nayeon. La observé por unos minutos, los minutos más largos de mi vida, sintiendo como una extraña sensación de alegría se apoderaba de mí debido a su innegable belleza.
—¿Qué estás haciendo, Jae oppa? —preguntó Jihyo, curiosa. Se había despertado y yo no me había percatado, cosa que me hizo dar un brinco del susto.
—Estoy viendo mi galería —dije, volviendo a lo mío.
—Sabes... No entiendo cómo puedes sentir algo por Nayeon —bufó, disgustada—. Es una persona sin sentimientos, solo juega con las emociones de los demás y luego los desecha como si fueran insignificantes. Te mereces algo mejor...
—Jihyo... —suspiré, dejando mi celular a un lado.
—Tantas indirectas que te he tirado y tú no captas ninguna —suspiró—. Es muy molesto que, mientras yo sufro todas las noches por ti, tú estés repitiéndome todos los días que soy tu mejor amiga o tu hermana de otra madre ¡Estoy harta de eso, Jae oppa! —alzó su voz.
—¿Por qué lo haces, Jihyo? —la miré detenidamente.
—No quiero que sufras por una chica que no quiere verte ni en pintura —respondió—. Te preguntaré algo...
—¿Qué cosa? —dije, sin dejar de mirarla a los ojos.
—¿Por qué no te rindes? ¿Por qué sigues sufriendo por una chica que odia todo? De seguro se odia hasta ella misma. Es difícil estar enamorada, y mucho más si es de tu mejor amigo, ya que te habla de la persona que le gusta, de sus ex amores y de cómo ha sido rechazado por millones de chicas y que desea encontrar a la chica que le diga "te quiero" mientras lo mira a los ojos; y el chico no se da cuenta de que esa chica que tiene al frente... Se muere por hacer eso y mandar a la mierda la amistad. Si va a rechazarla, que sea de una manera dulce, no de la manera más dolorosa... —me quedé en silencio.
—No sé qué decir...
—Yo te amo... Y no, no es mentira eso de que me gustas, es un sentimiento verdadero, y no puedo hacer nada para cambiarlo hasta que mi corazón lo diga. Yo no elijo de quien enamorarme. El corazón deja de amar a cierta persona cuando se da cuenta de no tiene ni la mínima oportunidad de ganar su cariño —habló con la verdad.
—Tú misma lo acabas de decir. Yo no puedo elegir de quien enamorarme, mi corazón eligió a Nayeon sin pensarlo —traté de explicarle, mientras ella continuaba con sus lágrimas.
—Mírame... ¿Qué tiene ella de especial? —cuestionó. Bajé mi mirada al suelo, no podía responderle, la complejidad de mis propios sentimientos me abrumó—. No puedo seguir guardándome lo que siento por ti, Jae... Ya no quiero seguir llorando todas las noches por ti —empezó a sollozar levemente.
—Jihyo, te entiendo... Es exactamente lo mismo que siento por Nayeon, y sé que dirás "mira a este inútil hablándome de ella" pero; este inútil nunca quiso enamorarse. Siempre nos enamoramos de la persona que nos ignora. Se ve que a nuestros corazones les gusta sufrir —le respondí.
—Aún recuerdo el día en que nos conocimos. Fue en mi primer día de clases en Arkansas. Recorrí salón por salón sin saber qué hacer, nadie habla mi idioma por allá y lo sabes muy bien. Pero tú —me miró, agarrando mis mejillas—. Tú fuiste el único que pudo entenderme y hablarme —sonrió—. Desde ese día, he estado completamente enamorada de ti —confesó, abrazándome en el acto. Su sonrisa agridulce hizo que mi corazón se apretara.
—Yo también recuerdo ese día, estabas realmente pérdida —reí.
—Si pudiese retroceder el tiempo... Iría al día en que conociste a Nayeon y así poder evitar que la conozcas —mencionó, abrazándome mucho más fuerte.
Jihyo era como una hermanita menor para mí. Pasamos mucho tiempo juntos, peleábamos varias veces, pero siempre nos perdonábamos. Íbamos de vacaciones juntos y hasta incluso nos habíamos metido en problemas juntos. Era una gran compañera, una gran amiga...
Ella me escuchaba cada vez que me sentía mal y también me cuidaba cuando me enfermaba. Lo admito, hubo un tiempo en donde me enamoré de ella, pero me rendí, al pensar que ella solo quería que fuésemos amigos.
Resultó ser todo lo contrario, ella también quería lo mismo.
—Si no consigo nada con esto... Al menos sabré que lo he intentado —en un rápido movimiento, Jihyo se acercó a mis labios y plantó un tierno beso en ellos.
Fue una explosión de emociones lo he de admitir, sus labios carnosos eran sumamente suaves, el tacto de su piel me había provocado mariposas en el estómago, metafóricamente hablando.
Nos separamos. Ella poseía un sonrojo muy notable, mientras que yo había quedado inmóvil debido a lo que acababa de suceder.
—L-Lo siento, todo fue un error... —su voz se escuchaba totalmente quebrada. Me hizo dar cuenta de que esto quedaba en mis manos.
De un momento a otro, Jihyo se fue rápidamente a su habitación, y sí, con lágrimas en sus tiernos ojos.
Estaba realmente estupefacto, no podía creer que mi mejor amiga se había enamorado de mí. De tantos chicos en este enorme mundo se enamoró de mí.
Así que, sin dudarlo, me acerqué a la puerta de su cuarto, golpeándola levemente.
Golpeé la puerta de su habitación una vez, sin respuesta, otra vez, sin respuesta, una última vez... Continuaba sin respuesta.
Comencé a preocuparme, así que ingresé.
—Jihyo... —dije, abriendo la puerta con suma delicadeza.
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I Will Never Leave You Alone
Hayran KurguEstaba a punto de graduarme de la universidad junto con mis amigos, éramos inseparables. Todo estaba bien, hasta que aquellos monstruos aparecieron. No sabía que hacer, estaba realmente asustado, la ansiedad invadía mi mente. Pero... Todo va a estar...