Capítulo 15: El principio del fin.

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El profesor dio por finalizada la clase luego de un par de minutos de silencio. Miré a Jihyo, que estaba sentada a mi lado, y ella me miró de vuelta con una cara seria.

Miré a Nayeon, quien estaban detrás nuestro. Ella estaba en shock. Los minutos se sintieron como meses. El ambiente se sentía muy pesado y aterrador, como si se tratara de los últimos momentos que nos íbamos a ver.

Recibí un mensaje de texto de Taeyong.

—Te espero afuera, iré a tu casa. No quiero estar solo.

—¿Pasó algo?

Taeyong me mandó un enlace, el cual redirigía a un foro de noticias. Leí mensaje por mensaje.

—¡Noticias de último momento! Los hospitales de Busán están colapsados de gente que pide ayuda para sus familiares. La gente ya no sabe qué hacer y el gobierno ya no ha dado más comunicados. La población de Busán teme de un posible apocalipsis zombi ya que han empezado a decir en las redes sociales que son exactamente los mismos síntomas de un muerto viviente.

La gente protesta por un comunicado del gobierno que les diga que hacer.

Continué leyendo, topándome con unos mensajes muy particulares.

—¡Mi hermano está encerrado hace 2 días en la habitación de mis padres! Tiene las ventanas con rejas y le cerramos la puerta con llave. ¿Saben lo mierda que se siente saber que tu hermano se está muriendo en un cuarto, completamente solo? ¡¿SIN NADIE QUE LO CUIDE, SIN NADIE QUE LE DIGA QUE SE VA A PONER MEJOR PORQUE NO LO VA A HACER?! Estoy harta de esto, no puedo más. Me siento tan mal, tanto que quiero entrar a ese cuarto y abrazarlo... No importa que mi propio hermano me coma viva, moriré sabiendo que le di un último abrazo, siempre hay una última vez.

—Señor presidente, diga la verdad de lo que está pasando. El pueblo no se va a quedar con un "Enciérrense y esperen". Prefieren la dolorosa verdad antes que una hermosa mentira. Paremos este sufrimiento y diga la verdad.

Salí de ese sitio web. No quería seguir leyendo. Volví a mandarle mensaje a Taeyong.

—Espérame, le diré a Seungkwan si quiere venir a mi casa. Digo, porque parece que está muy mal.

—Está bien, te espero.

Me levanté de mi asiento y les conté a Jihyo y a Nayeon lo que íbamos a hacer. Ellas aceptaron sin dudarlo un segundo. Nayeon se puso a mandarle mensaje a Sana, y mi mejor amiga a Mina. En tanto, fui hasta donde se sentaba Seungkwan y me puse a su lado.

—Hola, Jae... —me saludó aquel chico, secando las lágrimas de su rostro.

—Hola, Seungkwan. Sé que esto sonara raro porque no nos conocemos mucho, pero me preguntaba si querías venir a mi casa para, bueno, olvidarnos un poco de la situación que está pasando —invité. Él sonrió.

—Claro que sí, de todas formas, no tengo nada para hacer esta tarde —respondió, a lo que fui a recoger mis cosas.

Estábamos afuera de la universidad esperando a Sana y Mina, cuando empezamos a escuchar gritos de ayuda en la calle que estaba al frente de la universidad. Nos acercamos un poco para ver por qué tanto griterío.

Era una chica... Que, al parecer, estaba huyendo de una persona: una mujer de mediana edad. Todos estaban en shock, nadie corrió en su auxilio.

Presenciamos como esa joven soltó su último respiro... Como dijo su última palabra...

—¡¡Por favor, no dejen que me haga daño!!

La chica no pasaba de los 15 años...

Aquella mujer se le abalanzó ferozmente, atrapándola. Sus manos se centraron en el cráneo de la adolescente, procediendo a morderlo una y otra vez. El chillido de dolor de esa pobre niña nos dejó atónitos. Su rostro se desfiguraba con cada mordida y rasguño hasta que dejó de forcejear.

—¡Mierda, mierda, mierda! —vociferó Taeyong de la desesperación.

—Corran... —susurré un poco fuerte.

—¿Qué? —preguntó Jihyo porque no escuchó bien.

—¡Corran, maldita sea, corran! —ordené, gritando. Todos empezamos a corren en dirección a mi casa.

No paramos ni un segundo, ni siquiera para tomar aire.

Al entrar al departamento, todos caímos rendidos al suelo.

—¡¿Q-qué mierda pasó?! —cuestionó Nayeon muy agitada.

—No lo sé, no quiero saber y tampoco vamos a hablar sobre eso —comenté. Quedamos en silencio para tratar de acomodar nuestras ideas.

Lo único que se me pasaba por la cabeza era: "Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda" Una y otra vez.

—Vamos a relajarnos. Llamemos a Sana y a Mina para saber si están bien y... no lo sé, prendan el televisor; a ver si los medios dicen algo —propuse. Seungkwan buscó el control remoto y prendió el televisor, pero no estaban pasando nada.

—Aquí dicen que el presidente dará un comunicado en unos minutos —mencionó Taeyong, leyendo las letras pequeñas donde se dan más noticias, pero que muchas personas no leen.

—Eso estaba por decir —suspiró Nayeon. Estábamos ya un poco más "tranquilos" por así decirlo.

Estábamos en silencio esperando a que empezara el comunicado, hasta que en la televisión transmitió algo que profetizó el principio del fin.

¡Comunicado Oficial Del Gobierno De Corea Del Sur! ¡Esto no es un simulacro, repito, esto no es un simulacro! —pronunció una voz robótica varias veces—. Este comunicado será visto por los siguientes países: Corea, Japón, Indonesia, República Popular China, Rusia, India, Tailandia, Filipinas, Singapur, Vietnam, Arabia Saudita y otros 38 países más.

Por la gravedad de la situación actual de Corea Del Sur, en Busán se ha dado una investigación sobre una infección con potencial a pandemia. Los casos de esta infección no tan solo se limitan en Busán, sino también se han reportado casos en las ciudades de: Wuhan (China), Guyarat (India), Chiang Rai (Tailandia) y Seúl (Corea Del Sur). Los casos han sido informados recientemente por los países ya nombrados. Por eso vamos a iniciar el proyecto XXII —habló el presidente, con una mirada seria en su rostro.

¿En qué consiste el proyecto XXII?: Todos los vuelos de ida y vuelta al continente asiático serán cancelados y el dinero será reembolsado a las personas que iban a tomar el avión, fronteras cerradas, personas que no pasen de los 40 años no trabajarán, los hospitales no recibirán gente con la infección, nada de salidas o fiestas.

Si los protocolos fallan... Que Dios se apiade de nosotros.

I Will Never Leave You AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora