Un sudor frío recorrió su nuca. No podía evitar sentir aquel suave cosquilleo que se provocaba en la boca de su estómago formando un nudo que le hacía sentir nauseas, además de la ligera falta de aire, el temblor de piernas y un acelerado latir de su corazón. Él estaba nervioso.
Traía en su mano una pequeña bolsa donde guardaba el chocolate que él mismo había preparado la noche anterior y el cual pensaba regalarle a alguien muy especial.
Haruka Nanase. Su mejor amigo.
Porque era el día del día de los enamorados.
Apretó los listones de la bolsa amarilla donde guardaba el pequeño dulce regalo. Makoto pensaba declarase después de diecisiete bellos años de amistad con el de cabellos negros. Creía que era el momento justo para hacerlo. Amaba a su mejor amigo más que nada en el mundo y aunque él fuera un cobarde lo intentaría.
Otro año más que se lo proponía.
Se encontraba en frente de la casa de Nanase y a pesar de hacer lo mismo cada día aquella mañana estaba el doble de nervioso de lo usual. Tocó el timbre de la casa y esperó unos segundos. Suspiró resignado al no tener una respuesta. Emprendió marcha hacia puerta trasera y la abrió para luego tomar el camino del baño. Sabía que su amigo estaba ahí, disfrutando del suave contacto del agua. Al verlo sentado en la tina soltó un suspiro, no tenía de qué preocuparse después todo era un día normal. Dejó la bolsa donde traía los chocolates en el suelo e ignoró que su amigo volteó a verlo cuando hizo aquella acción. No tenía que parecer sospechoso en nada, de lo contrario se iría a la basura todo su esfuerzo del día de ayer. Tuvo la misma discusión de siempre, el hecho de que le agregara "Chan" al final del nombre de su amigo y que este se pusiera a cocinar caballa después de salirse de bañar.
Un día cualquiera.
En el trayecto para ir a la escuela pasaron junto al mar y Makoto no pudo evitar sonreírle melancólico. Le tenía miedo sí, pero le tenía envidia también. ¿Por qué? Porque Haru amaba el agua y no a él.
Apretó la bolsa entre sus dedos, se le hacía extraño que su amigo no preguntara cuál era el contenido de ésta pero de alguna forma era normal. A Haru no le gustaba entrometerse en los asuntos de los demás.
Sin interrupciones y con leves pláticas triviales llegaron al colegio donde varias chicas los rodearon alegando darles chocolates o cartas con un corazón de sello. Nanase las ignoraba y se pasaba de largo pero el castaño se quedaba para tomar cada objeto y agradecer con una sonrisilla nerviosa. Ese tipo de días no eran lo suyo.
Con el lento transcurrir de las horas se toparon con Nagisa y Rei en la azotea para desayunar y tener una pequeña discusión de quién había recibido más obsequios. Por supuesto Makoto ganó con un total de diez chocolates y seis cartas de amor. Sin embargo, en esa conversación no pudo evitar que saliera a relucir el hecho de que trajera una bolsa. A Nagisa no se le escapaba ni una.
-- Hey Mako-chan. ¿Para quién es ese regalo?—El rubio tomó el objeto entre sus manos y comenzó a girarlo y moverlo para observar la envoltura azul y listones amarillos. –Ha puesto a que es un chocolate. ¿A qué sí?
Comenzó a tartamudear y sonreír nervioso. Nagisa había dado en el blanco.
-- Eh... yo... Verás Nagisa...—Pero el timbre lo interrumpió.
Su rubio amigo infló sus mejillas en una señal de puchero y cruzó los brazos.
—¡No me iré hasta que Mako-chan me diga la verdad!—
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Pequeños cortos makoharu
FanfictionColección de drabbles y one-shot dedicados únicamente al MakoHaru. Distintas situaciones y AU. Makoharu, yaoi, gay. Anime Free! noveno corto.