Dulce [31]

1.6K 186 17
                                    

El castaño mordió con rudeza el hombro del oji-azul logrando que pequeñas gotitas de sangre fluyeran. Lamió cada una de ellas para luego descender hasta los muslos y comenzar a dar fuetes succiones que posiblemente dejarían marcas.

El pelinegro se estremeció de placer ante las acciones de su amante.

—Nhg....— Soltó un gemido.

Makoto se levantó un poco para observar el cuerpo desnudo de Haru. Tenía demasiadas marcas y moretones que llevarían mucho tiempo sanar y todo aquello gracias a él.

Una obra maestra.

Aquel perfecto cuerpo le pertenecía y ahora todos lo sabían.

Se acercó hasta su oído para susurrarle:

—Sabes dulce Haru, tanto que me dan ganas de comerte hasta no dejar nada de ti—

Se relamió los labios.

Haru era aquel bocadillo que no podía evitar comerse.

Pequeños cortos makoharuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora