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Después de aquel pequeño encuentro ya no volvieron a coincidir hasta esa tarde.

Cam no podía estar tranquila ante la pregunta que se repetía una y otra vez.
Trataba de repetir cada suceso de ese día pero fue absurdo no funciono en nada, paro después de varios intentos al sentirse cansada y adolorida por una repentina jaqueca.

Se tiró a su cama, tratando de conciliar el sueño hasta que unos golpes la interrumpieron.

- Cam, ¿Puedo pasar?

- Si, Emily entra. - ingreso y se sentó a mi lado. - ¿Te encuentras bien, desde hace unos días estás actuando rara?

- No, Emily te tengo algo urgente de decirte - ella se sentó a mi costado esperando que hablara.

Tomo aire y soltó todo de golpe - Emily el día de tu boda me acosté con Green. Pero hay un pequeño problemita no recuerdo nada de nada.

- ¡¡Queeeeeé!!

- ¿Cómo que no recuerdas esa noche? - se escuchó la pregunta a su espalda, su piel se le erizo al escuchar aquella voz inconfundible volteo encontrándose con Green sentado a su costado sonriéndole burlonamente.

- ¿Qué... qué haces aquí?

- Me llamaste con tus pensamientos preciosa - hablo lentamente hasta estar frente a frente solo separados por unos centímetros. - No te preocupes yo te ayudaré a recordar - acortando el poco espacio de separación.

- Espera, esperaaaaa - grito retrocediendo cayéndose de su cama.
Al abrir los ojos se encontraba en el piso, miro a su alrededor pero no había nadie, estaba completa y totalmente sola - todo fue un sueño, un maldito y traicionero sueño - grito volviendo a recostarse.

- Esto no puede quedarse así, aunque tenga que morirme de vergüenza tendré que hablar con él. Si o si tengo que saber.

Se alistó rápido colocándose un vestido floreado corto y unas sandalias cómodas. Cepillo su corto cabello y salió rápido.
Al bajar por la escaleras se encontró con el par de tortolitos, sonrió por su buena suerte.

- Hope, ¿Sabes en dónde se encuentra tu amiguito?

- Si. Al terminar su turno iría al bar.

- Gracias.

.....

El macho primate se encontraba en el bar conversando con algunos machos y hembras, hasta que sintió un tenue aroma muy peculiar no le prestó atención y continuo con su charla.

Hasta que sintió el olor cada vez más fuerte y un fuerte tirón en su brazo.

- Te encontré. - al escuchar su voz no creyó hasta que la vio parada junto a él.

- ¿Qué haces?

- Nada. Quiero hablar contigo. Pero aquí no. - pronunció al ver a los presentes.

- Estoy ocupado.

- Lo siento chicos, pero esto es urgente. - lo agarro del brazo y lo jalo con todas sus fuerzas.

Los machos y hembras al ver tal reacción se rieron, y se fueron a la barra dejándolos solos.

- Está bien princesa. - puso los ojos en blanco al escuchar tal apelativo.

GREENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora