- ¡Felicidades! - grito dando saltitos abrazando a su mejor amiga.
- Vaya acto enana, te luciste.
- Muy chistosito, solo por esta vez te perdono, ya que estoy muy feliz junto a mi fucsia. - abrazo al primate colmandolo de besos.
- ¿Cómo que fucsia, princesa?
- Umm rojo. - le dijo acariciando su mejilla.
- Princesa. - apretó su cintura.
- Púrpura. - nombró juguetona.
- Prin- ce -sa
- Li - món.
- Di, mi nombre. Antes lo dijiste.
- No me acuerdo. - antes que él replique ella lo atrajo apegando sus labios. Se separaron con los labios bien enrojecidos.
- Ni aún con ese beso harás que deje de insistir hasta que digas mi nombre. - peñizco levemente sus mejillas.
- No te cansaras.
- No, quiero escuchar de nuevo mi nombre en tu voz.
- Está bien. - con ambas manos agarro su rostro acercándolo hacia ella, ya justo al estar unos centímetros alejados le sonrió mientras decía verde.
- ¿Verde? - pregunto confuso.
- Si, verde.
- Y eso significa...
- Ven vamos a bailar - lo jalo a la pista.
- Espera, dime su significado.
- Luego te diré.
Ya en medio de la pista se encontraron con sus amigos y demás especies que se acercaron a felicitarlos.
Ellos bailaron pegados el agarrando suavemente su pequeña cintura y ella abrazándolo por el cuello, mientras ellos estaban en su mundo.
- ¿Ahora me dirás?
- Claro acércate - se inclinó un poco para escuchar.
- Es tu nombre en español, Green. - lo dijo sensual, haciendo que él primate sienta un cosquilleo en toda su espalda.
- Princesa me vuelves loco cuando dices mi nombre. - la apretó más a su cuerpo. - Creo que ya debemos irnos.
Ella asintió tomando la mano del joven primate, lo guío hasta el lugar donde hablaron por primera vez.
- ¿Qué hacemos aquí? - pregunto empujándola levemente contra el árbol.
- Haciendo memoria ¿Adivinas? - menciono inocente.
- Umm tengo la mente nublada, me ayudas a recordar. - acarició su mejilla.
Jalo su camisa, para atraerlo más cerca a ella sus rostro estaban solo a unos centímetros separados. - ¿Puede ser?- mordió su labio inferior.
Aspiro suave, - Me pones a mil. - acortó la distancia besándola, mordiendo sus labios en el proceso, ella lo recibió gustosa siguiendo su juego. La pego más a cuerpo.
La joven humana sujeto fuerte la camisa del nuevo especie, sintiendo el agradable roce de sus cuerpos. Las manos de él tocaron la suave piel de su espalda y cintura, haciéndola soltar leves suspiros.
- Te amo, mi princesa. - pronunció en voz baja, pegando sus frentes.
- Yo más, mi colors. - sonrió, acariciando sus mejillas.
Bajo su rostro besando el cuello de ella, cerro sus ojos al sentir los leves toques en su piel. Las manos del primate bajaron lentamente hasta llegar a sus piernas apretando su suave carne, la levanto haciendo que su protuberancia rozara con ella.
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GREEN
Random¿Qué tienen en común un macho especie y una humana? Sería el sufrimiento que vivió cada uno a su manera. Además de un impulso que los saco del hoyo más profundo: la belleza de la vida y sus colores; y el baile. El amor era un juego, pero la atracció...