Prólogo

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Un año antes

Se encontraba apoyada contra un árbol inmersa en sus pensamientos tomando una lata de cerveza.

- Así, ¿Qué estabas aquí?
Al escuchar su voz la saco de sus pensamientos.

- Si, ¿Y?

- Tranquila, no pensé encontrarte aquí, pensé que aún seguirías en la fiesta.

- No, estuve solo un momento cuando desaparecieron los novios, me esfume.

- Comprendo. ¿Estás bien?

- ¿Te estás preocupando por mí?

- No hembra humana. Siento tu tristeza.

- Como estar triste, si mi mejor amiga se casó. - sonrió, alzando los brazos.

- Mientes, tu aroma te delata.
Al escuchar aquello, solto su lata y camino hasta estar frente a él.

- ¿Mi aroma? ¿Qué ahora eres un perro?

- Cuidado con lo que dices  hembra humana, no me compares con un perro. - gruño. Al ver su reacción, ella sonrió no sabía pero le encantaba hacerlo enojar.

- ¿Y si lo hago? ¿Qué harás? - lo reto.

- No me tientes.
Se acercó aún más.

- Si, quiero seguir haciéndolo.
Solo pocos centimetros los apartaban.

- No tientes al peligro.

- Si lo hago.

- Atente a las consecuencias.
Se rió ante su amenaza.

- No tengo miedo a nada. Menos - a - tí. - recalcó golpeando su pecho con su dedo.

- Te lo advertí.
La jaló hacia él, la presionó con su brazo, alzo su barbilla y la beso. Sus labios chocaron con los de ella besándola con fiereza, al principio forcejeó para soltarse pero algo en ella quería dejarlo seguir, y se dejó llevar entre abrió sus labios dándole acceso a introducir su lengua, sus lenguas batallaban en sus bocas para conseguir el poder sobre otro.

No sabia en qué momento termino pegada contra un árbol, se dejó llevar entre beso y beso. Al separarse se vieron a los ojos y mandaron a la mierda todo siguiendo con la lucha de sus besos.

Ella cruzó sus brazos al cuello de él para tener mejor acceso y él la pegaba más a su cuerpo sujetándola por la cintura, en un impulso la alzo y la chica entrelazó sus piernas en las caderas del macho.

......

Actualidad

- No. No, me niego en ir.

- ¿Tienes que ir, no puedes quedarte sola?

- Yo puedo con todo.

- Basta, la primera vez te hice caso y mira como acabaste. Ya hablé con ella y gustosa te está esperando.

- No puedes hacerme esto. - lloriqueo - no soy una niña.

- Lo hago por tu bien. Mañana paso por ti para llevarte al aeropuerto.

- Pero...

- Adiós, descansa mañana nos vemos.

GREENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora