El joven primate, estaba recostado en su habitación recordando una y otra vez, la propuesta, el beso y ese pequeño reto.
- Ya lo verás, haré que tú misma de por terminado ese trato.
.....
- Y esa sonrisita.
- ¿Qué sonrisa? - pregunto la aludida mientras picaba fruta.
- La que tienes de oreja a oreja. ¿Algo muy bueno te habrá sucedido?
- No, nada.
- ¿Segura?
- Segurísima.
.....
Todos observaban a Green al verlo tan sonriente de lo normal.
- Qué travesuras habrás recordado, para reírte solo. - giro para encontrarse con la cara interrogante de Slade.
- ¿Travesura?
- Si, cada vez que la doc. ve a Forest reírse solo le dice lo mismo.
- No me río, por ninguna travesura. - aseguro firme.
- ¿Entonces? - pregunto el canino.
- Solo, estoy feliz.
.....
Llegó la noche, donde se verían de nuevo Cam le había escrito para encontrarse cerca del lago.
Green no sabía cómo sería la actitud de ella, toda la tarde se ponía a pensar sería la misma de antes o no.
Al llegar se quedó un momento observando sus gestos y su andar, se acercó con mucha lentitud al llegar a ella la abrazo.
Al sentir su toque, giro su rostro y le sonrió. - Llegaste púrpura.
- No faltaría por nada princesa. - se acercó un poco y la beso, pensó que lo rechazaría pero en cambio acepto el beso gustosa.
- Espera - un ligero gruñido escapó de él, al separarse. - nos pueden ver.
Iba a protestar pero recordó lo que eran. - Vamos al bosque, estas horas no patrullan ahí.
El bosque se volvió su escondite, su lugar preferido. En donde en secreto podían ser solo ellos compartir besos, caricias y juegos entre los dos.
Intentaron nunca compartir ningún gesto frente a humanos o especie, solo dos veces se arriesgaron a ser cariñosos en casa de Hope, cuando Green fue de visita para ver una película, aprovecharon que la pareja casada estaba tan melosa para que ellos estén en la cocina fue peligroso y candente a la vez.
Al llegar ahí parecía un déjà vu, estaba con un vestido como la primera vez que se besaron y ahora tenía la espalda pegada a un tronco y las piernas entrelazadas en la cintura del primate, comiéndose a besos.
Los besos tiernos pasaron a ser besos feroces devorándose entre si; y los pequeños roses y toqueteos a pedir un poco más sintiendo la piel debajo de sus prendas.
La atracción que sentían se iba desbordando, llegando a faltar la coherencia y dando por sentado la atracción entre ellos.
- Púrpura... - hablaba gadeante perdiéndose en el sin fin de sus caricias.
- Si, princesa - respondio mientras le besaba el cuello y acariciaba su pierna.
- Quiero....
- quieres...
- quiero.... tener sexo.
El macho especie se detuvo, apartó su mano y la bajo lentamente, respiro profundo manteniendo el poco control que tenía o haciendo el intento. - No podemos princesa.
Aquel respuesta hizo que ella volviera a la realidad. - ¿Por qué rojo? ¿Acaso no quieres estar conmigo? - dijo furiosa.
- Si, quiero pero....
- Pero, ¿Qué fucsia?
- No, quiero hacerlo de esta manera. - pronunció conteniendo las ganas de abalanzarse sobre ella.
- ¿Qué hablas? No te comprendo.
- Tengo unas ganas de hacerte mía aquí mismo y ahora, pero no hasta que admitas que sientes algo por mi.
- ¿Qué más quieres te dije que me gustas?
- Me desesperas terca humana, aunque lo niegues y sigas empecinada en negar lo evidente, tu aroma te delata.
- Mi aroma, enserio fucsia estás loco yo no niego nada. - cruzo los brazos en su pecho.
Se acercó amenazante haciendo que retrocediera y terminará atrapada entre el árbol y el primate - ¡No!, Tú hembra humana testaruda estás negando que quieres ser mía. Hasta que reconozcas tus verdaderos sentimientos y seas mía, no tendremos nada, ni siquiera está tonta relación de amigos con derechos. - recalcó la última palabra con una furia dejándola aturdida por su ahora actuar.
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GREEN
Random¿Qué tienen en común un macho especie y una humana? Sería el sufrimiento que vivió cada uno a su manera. Además de un impulso que los saco del hoyo más profundo: la belleza de la vida y sus colores; y el baile. El amor era un juego, pero la atracció...