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- Ahhh, que se cree ese engreído de púrpura retarme a mi. ¡Te haré tragar todas tus palabras! - grito arrojando la puerta.

- Uy, que menudo carácter tiene la pequeña Camí...

- No estoy para tus jueguitos
Hoo- poe.

- Muy graciosita la chiquitita.

- Ja, yo soy de tamaño promedio, en cambio tú eres...

- Cam, Hope - pronunció Emily bajando las escaleras.

- Él comenzó primero - señaló al canino.

- Basta, se comportan como niños de kinder.

- Ella aún lo es, mira su tamaño.

- ¡Hope! - grito Emily fulminandolo con la mirada.

- No te amargues pequeña, - se acercó a ella y la abrazo por detrás - solo digo la verdad. - beso su mejilla.

- Con ustedes siempre es lo mismo, me descuido un rato y terminan peleando. ¿Por qué son así?

- Porque así nos llevamos.
No, Cam.

- Si, Emily así me juego con Hopi. - sonrió al final.

....

- Oye Cam, después de acabar de lavar los platos, porque no hacemos maratón de pelis de terror.

- No puedo Emily. Mañana tengo que levantarme muy temprano.

- ¿Y ese milagro, tu nunca rechazas una maratón de terror?

- Si, pero tengo que solucionar algo muy importante. - sonrió de forma malévola.

- Bueno solo me queda desearte mucha suerte.

- Gracias Em. - se lanzó a sus brazos.

....

- Hoy es el día - pronunció apagando la alarma.

Se dió una ducha rápida y se puso una ropa cómoda un leggin negro, zapatillas y una camiseta. Sujetó a su cabello ya crecido en una coleta. Y antes de salir por seguridad se colocó unas bandas en la rodilla, no quería hacer mucho esfuerzo y que al final le cobre factura.

Bajo con mucho cuidado las escaleras, para no hacer ruido y levantar a su amiga.

....

- Buenos días saludo al llegar - busco con la mirada al primate pero no lo encontró. - Parece que te gane. - susurro.

Se puso a un lado del camino, mientras esperaba que se estacionen los dos grandes camiones lleno de productos.

Miro en su celular marcando las 4:30 AM. - ¡Si, si te gane! - grito internamente.

Lo que no espero ver fue que cuando abrieron las grandes compuertas del camión saliera Green.

Su rostro de alegría, cambio en un instante.

Al percatarse de su presencia fue hacia ella. - Cumpliste tu promesa princesa.

- Siempre las cumplo amarillo. No, como otros.

- Lo dices por mi, yo si la cumplí. Estuve antes que todos, solo que me llamaron para escoltarlos hasta la entrada de Homeland. - señaló a los camiones.

- Si tú lo dices rojo.

- Es Gre...

No termino porque ella se fue hacia el camión.

Algunos machos especies y unos humanos ayudaron a bajar todas las cajas. Mientras que dentro del almacen estaban separados en grupos unos ordenaban y otros  alistaban los pedidos para poder distribuirlos a los residentes.

Cam estaba en el último grupo alistando los pedidos, se sorprendia por la cantidad de productos que pedían bebidas, postres, algunos ropas de las mejores marcas y otros cosas simples como juegos de mesa.

Estaba terminado su larga lista, cuando sintió una sombra a su lado.

- Tú, ¿Qué haces aquí?

- Me mandaron a ayudarte.

- ¿Qué ya acabaste de bajar todas las cajas?

- Si, hace unos minutos.

- Que bueno pero púrpura no necesito ayuda.

- Lo siento princesa pero no necesito tu permiso para ayudarte. - le arrebato de las manos varias hojas.

Eso la desespero más, no quiso darle importancia se puso sus audífonos y siguió en los suyo.

- ¡Por fin!. - grito de alegría al tachar el último producto de su lista.

- En buena hora princesa. - hablaron detrás de ella. Soltó un respingo al sentir su aliento cerca a su mejilla.

Giro rápido para encontrarse frente a él. - Eras tú amarillo, ¿Qué quieres?

- Nada, solo vengo a felicitarte por tu logro amiga.

Al escuchar la última palabra se sintió rara.

- ¿Porqué me dices así?

- No fuiste tú princesa, con la idea de que seamos amigos. Pues ahora eres mi a- mi-ga. - pronunció sonriente remarcando cada sílaba.

Esta vez sí no le gusto, que le llamara de ese modo tan familiar.

GREENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora