GREEN

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Cam tendría que estar durmiendo al menos tratar; pero no su mente tenía otra idea recordar una y otra vez la conversación con el primate.

Sus amigos y demás allegados solo la podían describían como alocada, atrevida, todo un espíritu libre nada la podía atar por eso te evitaba las relaciones.

Salía con chicos, si solo eran bajo sus condiciones si no adiós. Permitía los besos, las caricias calientes y atrevidas, todo era permitido para llegar a ese punto de placer; de ahí a tener sexo no. Muchos intentaron persuadir, engatuzar sin embargo todos fracasaron era insignificante para ella si era él más sexy y ardiente.

La virgen, se ganó a pulso aquel apodo por su forma de ser, permitir todo pero al mismo tiempo no.

Muchos confirmaban que quería ser una puritana, otros que esperaba a su príncipe azul en su flamante corsel blanco.
Al escuchar tantas tonterías ella solo reía si supieran la verdad pensaba, intento varias veces  perder la "virginidad", pero al llegar al momento un terror invadía todo su cuerpo haciéndola huir.

Ahora todo cambio, lo sucedido con ese insoportable, chinchoso, decir su nombre la hacía rabiar. Porque él pudo hacer que ella disfrute tanto que se olvidara de su barrera.

- ¡Mierda!¡Mierda!- grito tapándose el rostro con la almohada. - Tranquilízate Cam, tus pensamientos te están cobrando factura, tomate un respiro. - se habló así misma.

Inhaló y exhaló, varias veces para poder pensar con la cabeza fría. - Tienes que actuar como siempre, no dejes que te sobrepase.

.....

Quería seguir durmiendo, pero sus sueños tampoco la dejaban tranquila recordaba ahora sí con claridad sus caricias y besos.

- Tengo que olvidar, necesito estar tratar de estar ocupada.
Bajo decidida hasta la sala, encontrándose con la feliz pareja.

- Tan temprano, murmuró al Emily al ver el reloj. - apenas iban a ser más siete.

- Saldré a realizar un poco de ejercicio. Y, ¿Ustedes que estaban haciendo tan temprano aquí? - al ver cómo su amiga comenzaba a sonrojarse.

- No pregunte nada, adiós.

....

Ya aseada y vestida con un pantalón palazzo color tierra, un top crema y zapatillas blancas, llevaba el cabello suelto y un delicado maquillaje.
Bajo para ir desayunar si quería dar la página en blanco tendría que ir al bar y hacer como si nunca hubiera pasado esa conversación.

Al llegar saludo a todos sonriente, tomo una bandeja y comenzó a servirse el desayuno panqueques con fruta picada, jugo de pera.

Comenzó a dar el primer bocado, cuando escucho su voz.
- Hola princesa. - al alzar la mirada, lo vio ya sentado frente a ella.

- Hola fucsia.