(Hiroshi)
Estaba aburrido, estirado sobre mi cama con las manos bajo la cabeza, acabo de salir del baño hace un rato y aunque busqué a mis amigos no los encontré, tampoco quería bajar donde seguro estaría Cris y los suyos.
En medio de mis pensamientos siento la puerta del baño abrirse y suelto un fruñido involuntario. Tanimoto.
—Hiro, ¿podemos hablar? —pregunta con timidez y lo ignoro—. ¡No me ignores, quiero hablar contigo!
—¡¿Quieres callarte?! Problema mío si te hablo o no —me siento en la cama mirándolo con frialdad, que pareció incomodarlo.
—¿P-por qué me gritas? —pregunta cubriéndose la boca con el dorso de su mano. En otra situación me hubiese parecido una dulzura, pero sólo alimentó mis ganas de golpearlo—. No te he hecho nada.
—¿Y a mí qué? —alzo una ceja—. Vete. Necesito descansar.
—No quiero —se cruza de brazos con su labio temblando—. No lo haré hasta que me digas qué pasa.
—¿Que qué me pasa? —lo miro molesto—. Pasa que cuando te vi en el hospital me gustaste, ¿qué con eso?
—Dices qu-
—Que me enamoré de ti —gruño—. No es el termino correcto, pero lo sentí así. No te conozco de nada y aun así... —dejo la oración al aire y vuelvo mi vista a él—. Pero ya no.
—¿Cómo?
—No quiero sentir nada por ti. No te conozco, seguro era el interés por hacerlo, pero ahora que sé cómo eres no te quiero cerca de mí.
—Pero Hiro, tú me gustas. Me gustas mucho —se acerca y me toma las manos—. Si hice algo mal... o si hice algo que te molestó, perdóname por favor.
Y una vez más, lo único que hará es llorar. No quiero esto, no es bueno ni para él ni para mí. Si llora es porque le hago mal, incluso si la única forma de hacerlo sentir bien es aceptando sus sentimientos y salir juntos, qué me asegura que estando juntos no cambiará su forma de ser solo para complacerme. No quiero eso.
—Ya lo dije —me levanto agarrando sus muñecas y lo llevo hasta la puerta de mi cuarto—. No quiero seguir sintiendo nada por ti, y lo más seguro es que para mañana lo cumpla. La oportunidad que tenías la acabas de perder.
Cierro la puerta con seguro justo cuando veo que me va a responder y me dejo caer al suelo con la espalda apoyada en la madera. No puedo seguir relacionándome con ellos, con quienes fueron mis "amigos", no quiero herirlos, no quiero herirme a mí mismo si en algún momento tengo que tomar una decisión.
Todo sería tan fácil si no te hubiese conocido. Odio hacer sufrir a la gente, sobre todo a quienes considero importantes.
(Cristopher)
—Maldición, Taka —gruño tocando mi cadera—. Eres un bruto.
—Te amo —me sonríe tierno.
Ruedo los ojos y salgo del cuarto hacia las escaleras para ir hacia abajo, donde supongo que están todos, pero en el camino me encuentro a Akira sentado en el suelo frente al cuarto de Hiro.
Confundido, y algo asustado, me acerco a paso rápido para preguntarle qué pasa, y estando más cerca logro escuchar pequeños sollozos.
—Kira —corre Taka a abrazarlo—. ¿Qué pasa?
—S-soy un id-idiota —comenta sorbiendo por la nariz.
—Cálmate y dime qué fue lo que pasó —pongo mis manos sobre las suyas.
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Sólo es un juego... ¿verdad? © | Seuj
Roman pour AdolescentsTras el traslado de su padre desde Inglaterra a Japón, Hiroshi, un joven amable y tierno a la primera impresión, ingresa al instituto de Tokio. Aquí es donde comienza su historia de amor. Su padre, por ser uno de los más destacados en su trabaj...