QUINCE

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(Cristopher)

Ayer por la noche los chicos se retiraron tarde de la casa de Hiro, me ofrecieron acompañarme hasta mi casa para que no me fuera solo y me pudiera pasar algo, pero me negué, no iba a exponerme a frío nocturno sabiendo lo poco tolerable que es para mí. No quiero acabar en cama con mocos que me lleguen a la barbilla y apenas respirando. No gracias.

Miro a mi acompañante nocturno y al ver que aún sigue dormido me levanto a darme un baño de relajación para comenzar el día de la mejor manera. Con toda la tranquilidad que me caracteriza, busco algún uniforme que le sobre a Hiro para ponérmelo. Al ya estar arreglado bajo a encender el hervidor y poner pan en la tostadora.

En lo que preparo mi propio desayuno veo de reojo el reloj y en medio de un suspiro subo al cuarto de mi primo, este sigue dormido y ya sé qué es lo que debería hacer ante eso. Una sonrisa maliciosa aparece cuando comienzo a atacar. Le arranco la camina y lanzo agua sobre su cuerpo, al ver que aún no despierta me subo a la cama y lo boto al suelo de una patada.

—Ay —se queja sentándose—. Me duele el culo. ¿Por qué estoy desnudo?

—No estás desnudo, estas sin camisa.

—Eso no responde a nada de lo que quisiera saber —suelta una risa en medio de un bostezo—. Supongo que intentaste besarme por eso mi cara mojada. Eres salvaje.

—Nadie quiere besarte imbécil. Usé la técnica ancestral familiar —respondo ganando una mirada de confusión—. Ya sabes, en el orden de quitar la ropa de cama, quitarte la ropa, echar agua encima tirarlo al suelo —explico.

—Te faltó lanzar el edredón por la ventana y tirarme el colchón encima.

—No quise llegar tan lejos —encojo los hombros—. Mejor anda a bañarte. Te espero en la cocina para que desayunemos juntos.

Se levanta de mala gana y arrastra sus pies hasta el baño. A decir verdad, nunca se me ha dado bien la cocina, con decir que se me quema el agua dejo todo en claro, pero como mis padres siempre han trabajado ambos tuve que aprender a mantenerme a mí mismo; y así aprendí a cocinar. Aunque le debo mucho a youtube por todo lo que me ayudó.

Escucho los pasos apresurados de Hiro bajando la escalera y sirvo las tostadas y el café en la mesa.

—Olvidé decirte que tengo que pasar a buscar a Aki —comenta Hiro cerrando la puerta de su casa.

¿Debería molestarme tener que ir a buscar a su novio? Digo, es su novio, es normal que hagan este tipo de cosas. Entonces porqué me lo dice como si me pudiera molestar. Bueno, sigo diciéndolo, nunca he sido capaz de comprender totalmente a Hiro; por muy familia que sea.

Veo a Hiro detenerse frente a la casa de Aki (que vi ayer cuando íbamos al ensayo), me alejo unos cuantos pasos para no incomodarlos y para no incomodarme yo tampoco y veo al de ojos raros salir feliz viendo a mi primo.

Y antes no habían logrado incomodarme con su cariñoso abrazo, pero al ver como se comienzan a besar siento la necesidad de correr una cuadra más adelante, o esperarlos en la escuela. Como fuese.

El problema es que desde siempre Hiro ha sido sumamente reservado con sus relaciones interpersonales y yo siempre respeté eso porque sé que no todos tenemos las mismas habilidades de comunicación, aunque sea con nuestros mejores amigos o familia. A tal punto que sus padres llegaron a pensar que él era asexual. Incluso de no ser por los chicos nunca me hubiese enterado que un profesor robó su primer beso porque él nunca me lo diría. Y a pesar de haber dado su primer beso hace no más de un par de meses, sé que él no es casto, y tampoco es porque me lo haya dicho él, escuché a sus padres hablando. Y recuerdo que me enfadé como nunca antes, no le hablé por una semana completa porque me sentía estúpidamente traicionado por alfo que no tenía nada que ver conmigo; que en parte tenía mis razones, yo siempre le había contado cada cosa que pasaba en mi vida y él a mí nada.

Sólo es un juego... ¿verdad? © | SeujDonde viven las historias. Descúbrelo ahora