(Hiroshi)
Hoy desperté como todos merecemos hacerlo, no por el sol, no por la molesta alarma, tampoco porque alguien vino a despertarme, sino saliendo de a poco del estado en el que me encontraba. Sin embargo, cuando vi la hora sí que deseé haber sido despertado por algo o alguien más.
Las ocho de la mañana.
Me levanto corriendo hasta el baño para hacer mis necesidades básicas y bañarme, claro, mamá siempre dice que huelo a simio si no me baño. Había dicho que hoy haría una pequeña visita antes de ir a clases, está claro que no estaba en mis planes dormir hasta tan tarde. Amo a mis padres y estoy seguro de que esto es culpa de ellos, porque desde que les expliqué más o menos lo que pasó (sin dar detalles como el sexo de mi ex, ni su nombre) me mimaron hasta que no pudieron, lo que en parte fue un poco incómodo. No querían que hoy fuera a la escuela, pero les había dicho que igual lo haría.
Para cuando llego a la entrada de la escuela, esta ya está cerrada y el reloj marca las ocho con treinta minutos. Llamo a Kuro y le explico que pasa, él llama a la portera y me deja entrar, aunque con mala cara. En cuanto estoy dentro del establecimiento corro hacia la oficina de Kuro.
—Kuro —lo llamo y él se levanta de su escritorio—. Necesito pedirte un favor... si no hay problema.
—Tú pídeme lo que quieras, no hay problema.
—Es que... tú eres el director... y tienes autoridad sobre la mayoría aquí... —me enrollo sin saber cómo continuar, hasta que veo su rostro de "ve directo al tema" que me hace suspirar—. Dile a mi profe' que me cambie de puesto, si se lo digo yo no me tomará en cuenta.
—Evitaré los detalles si no quieres dármelos, ¿a qué hora debería estar él en el salón?
—Hoy es lunes, así que ahora.
Asiente y vamos al salón. Aun no estoy preparado. No quiero entrar. No quiero verlo. Sé que me tomé el fin de semana para olvidar todo (o eso fue lo que le dije a todos) pero es difícil. Aunque suene tonto, es difícil para mí.
—¿Tuviste problemas con alguno de tus compañeros? —pregunta seguramente al verme tan nervioso.
—Algo así. Pero nada importante.
Murmura algo que no logro entender y detiene su paso. Ay, no me había dado cuenta que ya estamos en el salón... Kuro toca la puerta y el profesor no tarda en abrir. Al estar yo frente a Kuro, con sus manos en mis hombros, el que el profesor haya abierto la puerta me dejó a vista de todos los alumnos, sintiendo una mirada en especifico fijada en mí. Trate de disimular mi búsqueda del emisor de la molesta mirada, pero era claro. Era Akira.
Kuro me empuja hacia adentro y llama al profesor hacia afuera para hablar fuera de miradas de los curiosos. Y a mí me dejan ahí, frente a todo el salón sintiéndome super observado e incómodo. Que suerte que no les tomó mucho tiempo.
Ambos entran y Kuro se despide de mí diciendo que tiene que volver a la oficina, pero que después vaya si quiero.
—Yukina —llama a Koni por su apellido—. Cámbiese al pupitre junto a Tanimoto, por favor. Y tú Hiro, siéntate en su lugar.
Asiento preguntándome en qué momento fue que le di la confianza a todos aquí de llamarme por un diminutivo ¡ni siquiera por mi nombre! Tomo asiento y noto un detalle que antes había pasado por alto: cuatro pupitres más atrás está Taka... y uno más atrás él. Lo peor es que sé que el profesor no me volverá a cambiar. Maldito Kuro y su poco esfuerzo para buscarme otro lugar. Aunque de qué me quejo, con tantas personas entre ambos pupitres, no es como que me pueda hablar o mirar.
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Sólo es un juego... ¿verdad? © | Seuj
Novela JuvenilTras el traslado de su padre desde Inglaterra a Japón, Hiroshi, un joven amable y tierno a la primera impresión, ingresa al instituto de Tokio. Aquí es donde comienza su historia de amor. Su padre, por ser uno de los más destacados en su trabaj...