VEINTIUNO

2.9K 226 206
                                    

(Hiroshi)

Me levanto de la cama con pereza y estiro los brazos en medio de un bostezo. Cuando termino de hacer lo mismo que todas las mañanas de los días de semana, salgo de casa camino al instituto con tranquilidad. Algo que me alegra mucho por las mañanas desde que ya no tengo que pasar por alguien es que puedo tardar cuanto quiera en salir de casa.

Miro la pantalla de mi celular y el reloj marca las ocho justas de la mañana, no veo a la señora molesta por ninguna parte así que solo entro al establecimiento caminando con tranquilidad por los pasillos, sin importarme cuánto vaya a tardar en llegar al salón. Llego a este, entro sin tocar y me dirijo a mi pupitre.

—Takamiya —gruñe el profesor—. ¿Por qué vienes llegando tan tarde?

—No es tarde, son las ocho de la mañana por si no lo notaste. Es temprano —paso por su lado.

Tomo asiento en mi pupitre y dejo la mochila sobre la mesa, donde acomodo los brazos y la cabeza para dormir.

—¡Despierta imbécil! —un grito me saca de mi sueño y levanto la cabeza viendo que junto a mí está Cris riendo, hago una mueca de desagrado y dejo caer mi cabeza sobre la mochila para seguir durmiendo—. Hiro, las clases acabaron.

Tomo la mochila colgándola en mi hombro y con un movimiento de cabeza me despido, está con sus amigos, no pienso irme con ellos.

Llego a casa a ponerme el pijama y encender mi nueva consola de videojuegos. Porque sí, ese fue el regalo que Kuro me dio por ser el primer lugar.

* * *

Hoy despierto más temprano que de costumbre, quizás porque ayer me dormí super temprano, y al no poder continuar durmiendo decido que ya es hora de levantarme e ir a la escuela. Cuando llego al establecimiento, el reloj recién marca las siete con cuarenta minutos.

Shit. Llegué muy temprano.

Dejo la mochila en mi escritorio y miro a todo el salón. Hay bolsos y mochilas en algunos pupitres, pero no hay rastro de ningún alumno, lo que me hace pensar que deben andar en la cafetería comprando algo para desayunar, no sé, nunca había llegado tan temprano. Me siento y conecto los auriculares a mi celular para escuchar música.

—Hola Hiro —oigo una voz a mi lado demasiado conocida... desgraciadamente.

—¿Se te perdió algo por aquí, Takahashi? —pregunto mirándolo molesto.

—Nou, solo te vi llegar y aproveché la oportunidad para poder hablar —explica sentándose en el pupitre junto a mí—. Sabes... últimamente no te he visto cerca de tu novio.

—¿Qué? —restriego mis manos nervioso—. ¿Quién te dijo que Akira era mi novio?

—Nadie, tú acabas de hacerlo —ríe y me muerdo la lengua para no soltar alguna otra cosa.

—Bien, sí, era mi novio, pero ya terminamos —digo mirando hacia mi celular—. No pienso volver con él.

Él se me queda mirando, lo noto de reojo, y cuando me giro a mirarlo baja la cabeza. No lo entiendo. Es complicado. Cuando recién lo conocí me robo un beso (mi primer beso) y eso por no decir que casi me devora; luego intenta abusar de mí en la enfermería (mi primera vez); hace lo que sea para dejarme mal y ahora está aquí, como si nada. Y lo peor es que no me quejo, porque sí que necesito hablar con alguien y no quiero que ese alguien siempre sea Cris, él ahora tiene otras cosas en qué pensar.

—Quiero que empecemos de cero —alzo una ceja al oírlo decir eso—. Quiero que olvides todo lo que te he hecho, y sé que estoy pidiéndote mucho, pero créeme cuando te digo que quiero ser yo quien esté para ti cuando lo necesites. Sea lo que sea —sonríe y me revuelve el cabello antes de levantarse y salir del salón.

Sólo es un juego... ¿verdad? © | SeujDonde viven las historias. Descúbrelo ahora