TRES

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(Hiroshi)

Hoy será un día genial, lo veo venir. Y aunque el significado de lo «genial» está un poco distorsionado para mí, hoy sí creo que será así. Ayer, antes de marcharse, Akira me invitó a estar con él en la escuela. Es genial saber que no seré excluido, de alguna manera.

Ahora, pensándolo bien a fondo, sabiendo que somos compañeros de pupitre y que además pasaré los descansos con él y sus amigos me hace dudar. Vale, que me cae bien y todo. Lo admito. Pero estar todo el día junto a alguien algo malo ha de tener.

Suspiro dejando en segundo plano mis pensamientos y fijo la mirada en la acera del frente, en la entrada de la escuela, donde un chico de cabello rubio sedoso salta sobre a los brazos de Akira colgándose de su cuello y hablándole tiernamente.

Sí, vine todo el camino caminando dos cuadras más atrás que él. Por supuesto que iba a pensar en su propuesta, en los pros y contras teniéndolo enfrente mío. Si voy a estar todo el día en la escuela junto a él entonces quiero que al menos mi camino a ese infierno sea libre de su tonta cabellera y ojos lindos.

Lo que me sorprende no es si se abrazan o besan o sea o lo que sea que hagan, sea en público o privado me vale la misma nada en todos sus sentidos. ¿En serio a nadie le parece raro?

No estoy en contra para nada de la homosexualidad o cualquier «'idad», tuve y tengo amigos gay, un primo mío lo es y lo adoro con mi vida. Pero me esperaba a gente de mente cerrada acá, un amigo que había venido antes me había dicho que la gente suele ser muy creyente de que la homosexualidad está mal. Aunque mirándolos bien, Taka y Aki se nota que son amigos, criticarlos sería absurdo. Y detesto bastante a quienes critican sin antes informarse.

Lo que realmente me sorprende, es que los alumnos pasan a su alrededor saludando a ambos con movimientos de cabeza golpes en los brazos o una simple alzada de mano a lo lejos. Y vale, que prefiero a las personas así, pero no deja de ser raro de algún modo.

El rubio colgado al cuello de Akira me mira con una ceja alzada y la cabeza ladeada levemente, quizá por el tiempo que llevaba mirándolos desde mi lugar sin moverme.

Lo veo mover la boca sin despegar su mirada de mí hasta que termina de hablar y mira al castaño y sonríe. Cuando vuelve su mirada a mí suelta una mano del cuello de Akira y con una seña silenciosa me pide que me acerque.

Lleno mis pulmones de aire mirando a ambos lados y cruzo la calle subiendo el cuello del abrigo para cubrir mis orejas del frío de invierno, estando ya a un par de pasos de ellos escondo mis manos en los bolsillos del abrigo.

—Hola Hiro, ¿cómo estás? —pregunta Akira sonriente—. ¿Puedo llamarte así, verdad?

—Mientras me dejes darte un apodo me da igual —me encojo de hombros y luego me dirijo al rubio que sin soltar al castaño mantenía su mirada en mí sonriente—. ¿Cómo te llamas tú?

—Takahiro, llámame Taka si gustas, todos me llaman así —sonríe acercando más su cuerpo a Akira—. Soy el mejor amigo de este idiota.

—«Takahiro... lindo nombre».

Camino al salón me cuentan un poco sobre su relación. Se conocen desde "siempre" o eso dijeron, supongo que refiriéndose a desde hace mucho tiempo. Me dio un poco de envidia saber la buena relación que tienen, también tenía mejores amigos que conocía de casi–siempre y confiaba plenamente en ellos; conocía cada minúscula marca o lunar de sus cuerpos, así como ellos del mío...

«Pero en ocasiones la ambición es más fuerte que la confianza y amor que puedas tener por los demás».

—¡Hola chicos! —grita una chica rubia con colecta alta corriendo hacia nosotros por el pasillo.

Sólo es un juego... ¿verdad? © | SeujDonde viven las historias. Descúbrelo ahora