(Hiroshi)
—¡Ya llegué! —grito entrando a casa dando espacio a Cris para que pase también, lo guío por el pasillo que da hasta la sala en donde, una vez dentro, nos encontramos con Angel esparramado sobre el sofá viendo la televisión.
Angel me mira por el rabillo del ojo, bosteza y dirige la mirada a la televisión. Hago una cuenta mental en donde no paso más allá del tres y él se levanta sorprendido.
—¿Cris? —pregunta sonriendo—. Sigues igual de enano —ríe y se acerca a abrazarlo con un brazo por el cuello mientras con su otra mano restriega sus nudillos en la cabeza del más enano.
—Sí crecí, s-suelta —se queja dándole golpes en las piernas—. Diferente es que tú creciste más.
—«Típica escusa de enanos...»
—Cierto, tengo que presentarte a alguien —lo suelta y se acerca a la puerta que da a las escaleras—. Yuri ¿puedes bajar un momento?
Cris me mira alzando una ceja, yo sonrío y levanto un dedo en señal de que espere, se encoje de hombros y vuelve a mirar hacia Angel que ve con una sonrisa a Yuri que ya está casi abajo. Cuando ella pasa la puerta Cris vuelve a alzar la ceja y me mira una vez más haciendo inevitable que ría.
—Yuri, él es mi primo, su nombre es Cristopher —lo presenta y éste saluda con un movimiento de cabeza—. Cris, ella es Yuri, mi prometida.
Cris abre la boca sorprendido, pero después de dirigir su mirada de Angel a Yuri y viceversa sonríe burlón.
—¿Hablas en serio? Porque creí que siempre serías el mujerieg-
—Sí, sí, sí, como sea —lo interrumpo al ver el rostro incómodo de Angel. Hablan un poco y cuando ya no hay nada que decir, le indico a Cris dónde está mi cuarto para que suba en lo que yo voy a buscar helado de frutos rojos; su favorito.
—¿Cris? —cuando al fin logro entrar con dificultad al tener ambas manos ocupadas, lo veo tirado boca abajo sobre mi cama. Tomo asiento a su lado pero él no se mueve ni un centímetro. Tomo un poco de helado y le echo en una parte de su espalda que se ve.
—¿Qué te pasa imbécil? —grita volteándose—. Ah, eras tú —suspira y se sienta apoyando la espalda en la pared.
—¿Pasa algo? —pregunto, él recibe el helado—. Te ves pensativo y no me digas que es porque tienes sueño o algo así, porque te conozco desde que eras un cry baby y cuando tienes sueño no te pones así de... raro.
—Tienes razón... es que... es tonto, o sea, ni debería prestarle atención, ¿por qué me siento así desde que lo vi? Aparte no conozco nada de él y qué si no le provoco nada y si lo hago y solo es asco, ¡qué haría yo! —se muerde el labio antes de dirigir su mirada a la mía y al ver mi rostro de «ve al grano» se disculpa—. ¿Sabes tú si Taka tiene novia o novio?
¡Era obvio que era algo así! Que esas miradillas no eran normales. Y no me molesta en lo absoluto. Desde que Cris cumplió los trece y supo sobre su orientación sexual nos lo contó a todos sus familiar y por supuesto lo aceptamos con sus gustos y todo. Fue complicado con nuestros abuelos, no lo aceptaron del todo pero nunca estuvieron en contra de él o lo rechazaron. Pero er obvio, a todos nos tomó desprevenidos, aunque claro, yo siendo más cercano desde pequeño siempre lo vi mirar a los niños.
—Lo siento, a penas lo conozco, no sé mucho de él.
—Bueno, no importa. Me daré el tiempo de conocerlo más y cuando tenga el valor le preguntaré —golpea su puño contra la palma de su mano con decisión.
Río mientras niego con la cabeza y enciendo la televisión.
(Cristopher)
Termino de desayunar y me despido de mamá antes de salir de casa. Ayer papá me tuvo que llevar a la escuela en el carro de paso a su trabajo debido a que no conozco nada por estos lados. Hoy tengo que ir solo y por suerte recordé el camino.
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Sólo es un juego... ¿verdad? © | Seuj
Ficção AdolescenteTras el traslado de su padre desde Inglaterra a Japón, Hiroshi, un joven amable y tierno a la primera impresión, ingresa al instituto de Tokio. Aquí es donde comienza su historia de amor. Su padre, por ser uno de los más destacados en su trabaj...