Amado silencio. | yeongyu

Chapter 10

Yeonjun estaba borracho. Muy borracho.

Eso me irritó bastante.

—Gyu~ —soltó una patética risa antes de hablar incoherencias, haciéndome sentir incomodo en el lugar que se supone iba a refugiarme.

Por primera vez Yeonjun no respetó eso, y estuve a punto de empujarlo lejos con su olor a cerveza para irme a casa.

—¡El mundo es taaan chistoso! —balbuceaba— Todo son bromas, bromas ¡bromas! —arrastró antes de reír y repetir—: chistoso.

¿Qué necesidad había de tomar hasta convertirte en una décima parte de lo que eres? ¿Qué necesidad tuvo Yeonjun de beber, y encima, ir a fastidiar esa cosa especial que teníamos?

—¡Estás moleeesto! —y sin un poco de cuidado presionó mi entrecejo con su dedo, haciéndome resoplar—. Es chistoso, niño muuudo —hipo en la ultima silaba.

"¿Qué es chistoso, idiota?"

—¡Vamos!

Su sonrisa poco a poco se transformó en una mueca de picardía. Se tambaleó en sus pies levantándose de la banca. Seguía soltando esas risitas que me hacían palpitar las venas de la frente.

Ante mi atenta mirada sacó su celular y buscó una canción.

En ese momento yo dudaba que pudiera encontrar una canción que mejorara el humor que me causó con su descuido; llegando diez minutos tarde a la estación y con ese aspecto desaliñado y amargo característico de los alcohólicos de barrio bajo. No podía detectar cuanto bebió exactamente antes de presentarse, pero debió ser una cantidad remarcable como para verse tan... Tonto.

Yo esperé, frunciendo mi ceño hacia él y transmitiéndole mi enojo con la mirada.

—¡Un seguuundo! —gritó presionando y manteniendo su dedo por demasiado tiempo en la pantalla.

Yo resoplé de nuevo.

¿Es que no se daba cuenta de cuánto me disgustaba?

No, las personas ebrias están muy ocupadas en su burbuja de éxtasis como para leer las emociones de otras personas.

Me miró emocionado, yo le devolví un encogimiento de hombros. Seguía esperándole.

Yeonjun dejó el celular sobre la banca y me extendió una mano para que me incorporara.

Justo cuando iba a negar la canción empezó. Me quedé a medio camino de una sorprendida expresión.

—Caaan... Anybody find me.... somebody tooo... love —cantó Yeonjun.

Y el piano sonó, introduciendo la gloriosa voz de Fredy Mercuri.

Yeonjun actuó con rapidez y me jaló del brazo, no dándome un segundo para procesar lo que estaba pasando.

Me pegó a su cuerpo, rodeando mi cintura con uno de sus brazos y uniendo su otra mano con la mía en un solo puño. Sus movimientos fueron suaves al balancearnos de un lado al otro. Sus pies guiaron el rumbo.

No dejó de cantar.

—Somebody to love.

Y siguió, líneas después.

—Take a look in the mirror and I cry... Lord, what you're doing to me?

Aguante una risa, porque ponía mucho entusiasmo. Sonaba bien, pero su cara hacía muecas exageradas para mi.

—I wooork every day of muy life...

Pero ponía todo de si en el coro, en las palabras más importantes.

—Can anybody find me somebody to love ¡somebody!

No se perdió ningún trozo de letra. Yo pensaba que en su estado su lengua se trabaría y lo traicionaría en algún momento. Pero no, sus pies y sus cuerdas vocales se coordinaron en honor a la canción. Y por lo visto, también en honor a mi, por la manera en que me miraba cargado de emoción.

—¡Everyday!... ¡I try and I try and I try!

Podría considerar a sus pasos de baile una de las experiencias más alucinantes de mi vida. El solo de guitarra separó nuestros cuerpos solo unos segundos antes de que me trajera con él de nuevo, envolviéndome y haciéndome girar.

Cuerdas, cuerdas de guitarra eléctrica.

—I'm okay, I'm alright...

"¿Estás bien?"

No se por qué la canción me parecía más significativa con su estado anímico.

—I just got to get, out of this prisión cell ¡one day, I'm going to be free!

Bailar el puente me dejó sin aliento. Yo empezaba a reír también, para mi desgracia.

Yeonjun me lanzó una mirada triunfante en medio de la danza, haciéndome rodar los ojos y tratar de igualar la avidez de sus movimientos.

Él estaba consiguiendo ponerme contento de nuevo. Los coros y las palmadas en la producción de la canción hacía parecer que teníamos publico, las percusiones lentas que iban en aumento.

"Tramposo de primera"

Somebody to love ¡me! Some, somebody to love ¡me! Cantaban los del coro.

—Somebody tooo —Yeonjun trató de llegar a la aguda nota, echándome hacia atrás y sosteniéndome con la espalda arqueada, su rostro a milímetros de mío, dedicándome por última vez ese verso.

Mis brazos rodearon su cuello. Nuestras frentes unidas y su olor a alcohol que ya no me resultaba tan terrible. Quizás porque su encantadora expresión me consumía por completo.

Me besó, y yo no lo alejé, porque había ganado.

Joder. Besé a una persona ebria porque me hipnotizó con una canción y un baile. ¿Se puede tener más poder?

—Gyu, ¿Puedo... amarte? —dijo al acabar el beso, con más cordura de la que aparentaba tener.

"Solo si me dejas hacerlo de vuelta" no salió de mi boca, pero sus ojos se achicaron en una complacida sonrisa.

Y aunque la canción hubiera terminado seguimos moviéndonos a nuestro propio ritmo. Tan privado que incluso nosotros eramos ajenos a su significado.

Probablemente yo también estaba perdiendo la cordura. Lo olvidé todo; el dolor, la impotencia del día a día, y también preguntarle porqué había bebido esa noche. Porqué en unos instantes su mirada pasaba de extasiada a una profunda agonía que yo no era capaz de traducir.