Chapter 14

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Choi Soobin era el ex-novio y mejor amigo de Yeonjun, y Taehyun su mejor amigo músico. Ambos totalmente diferentes, y ambos igual de encantadores. Compartían un bromance que rozaba el romance verdadero. Dos fans de la música pop; la explicación más probable del porqué yo no le parecía un bicho raro al chico más hermoso del mundo.

Yeonjun estaba empapado de gente tan fanática como yo.

—Trabajo aquí solo porque mi tío es un flojo de mierda —comentó Soobin dando vueltas en la silla giratoria que tenía detrás del mostrador—. Poca gente viene, por eso hacemos lo que nos da la gana ¿verdad?

Taehyun asintió, acomodando una extensión conectada al micrófono del mini escenario.

—Aquí practico —explicó el rubio— tengo equipo y comida gratis.

—Me tienes como tu esclavo —Soobin atacó.

—Aprendiste a cocinar solo para hacerme de comer.

—¡Difamación!

Yeonjun negaba con su cabeza, divertido por esa tonta discusión entre sus amigos. Sin aviso me levantó sujetándome de la cintura y sentándome sobre el mostrador, se situó entre mis piernas, buscando comodidad para abrazarme.

—Son tan lindos~ —Soobin llevó una mano a su corazón— ¿ves eso Taehyun? Así debes tratar al amor de tu vida.

—A ti te trato así.

—Exacto —cayó en la trampa— e-espera...

Me reí bajito, Yeonjun besó mi mejilla por segunda vez en el día. La felicidad en mi pecho ya no era capaz de recibir tanto de él, me estaba sobrecargando de buenas emociones y ni quiera podía expresarlas.

—V-volviendo a lo de mi tío —continuó Soobin—. Mis abuelos tenían una mina de oro en cuanto a objetos antiguos, mi madre quería hacer una venta de garaje y deshacerse de todo, pero mi tío le vio potencial a todo esto y creamos este sitio aislado en el tiempo y el espacio —exclamó sin retener el orgullo en su voz—. Luego me contrató, me deja aquí mientras él va por ahí con su amigo Jimin y consigue más cosas para la tienda.

Escuchar esa historia se sentía como un sueño. El más increíble, alocado, y perfecto de los sueños. Lo estaba viviendo, ahí rodeado por los brazos de Yeonjun, en otro lugar que no era nuestra estación mágica.

¿Cómo podía ser eso? ¡Estaba acabando con todos los número uno de mi vida!

Aprovechando que Taehyun comentó algo y volvió a tener una discusión absurda con Soobin, dejé de tener auto control y cogí a Yeonjun de las mejillas, besándole toda la cara, haciéndolo soltar carcajadas.

—Gyu, falta lo que te prometí.

Me iba a dar algo. Fantástico, genial, ya no estaba seguro de si podían seguir mejorando las cosas. Me iba a morir feliz.

—Soobin, le pediste a tío Taehyung-

—¡Lo hice! —interrumpió el peli violeta, mirándome— perdóname por dejar a Yeonjun beber y ser un estúpido contigo la otra noche, para la próxima le corto un dedo antes de dejarlo salir.

Negué, esperando que eso no ocurriera. Todo mi enojo de ese día era sin sentido. Acabé descubriendo que Soobin estuvo bebiendo con Yeonjun ese día, pero ahora que lo conocía no podía seguir molesto por eso, se veía como un buen chico. Un buen amigo.

—De todas formas no habrá próxima vez, le hice prometer que jamás en la vida iba a hacer algo como eso de nuevo, mucho menos beber para olvidarlo.

"¿Hacer qué?"

Yeonjun gritó: —¡Soobin ve por el regalo!

Soobin tapó su boca, como alguien que casi dice algo indebido. Luego rascó su nuca nervioso y desapareció para buscar aquello que Yeonjun le pedía.

—Eso estuvo cerca —creí escuchar a Taehyun murmurar.

Yeonjun me guiñó un ojo, distrayéndome de lo que sea que estaba pasando.

No por mucho tiempo. Yo archivaba esas cosas y las analizaba después, de momento, seguí dejando a mis ojos vagar por la tienda, deteniéndome a crear una historia para cada objeto bonito.

Soobin volvió con una caja en sus manos, no tan pequeña como para ser un anillo, ni tan grande como para ocultar un cachorro.

—Ten —Soobin me la entregó— Yeonjun planea darte uno de estos cada que pueda.

—¡Soobin!

—Lo siento, una cosa por otra, sabes como soy —dijo sin contexto.

—Sí —afirmó Yeonjun entre dientes— gracias por recordarme por qué terminamos —y Soobin le mandó un beso volado.

Dentro habían tres cassettes. Se trataba de los primeros álbumes originales de la discografía de Madonna. Todos impecables en sus cajas.

"¿Cómo consiguieron esas joyas?"

—Taehyun y yo los elegimos, no fue fácil, pero por la cara que estas poniendo ahora veo por qué Yeonjun insistió tanto. Feliz cumpleaños.

Quería llorar.

Lloré.

Lloré porque no tenía otra forma de expresar lo bueno que estaba siendo el universo conmigo.

Miré a Yeonjun con todo mi rostro empapado en lágrimas. Pensé "¿Podrías quedarte para siempre conmigo?"

—Aquí estoy Gyu —me dijo, besando mis párpados, entrelazando nuestras manos— Te quiero.

"Te quiero. Dios, te quiero tanto que duele"

"Yeonjun ¿no puedes escucharlo? ¿cómo mi alma grita que te quiere?"

Amado silencio. | yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora