★ doce; malas decisiones

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LA PUERTA DE SU HABITACIÓN SE Abrió sin haber sido tocada, haciendo que dejara a un lado las raquetas de su batería y alzará su mirada esperando las palabras de Benjamin. Este solo se quedó en silencio hasta sentarse en la cama de su hija bajo la atenta mirada de la misma quien seguía esperando algo: una indicación, un regaño por el escándalo con la batería, lo que fuera...

─ ¿Recuerdas cuando cumpliste trece años?

Si, lo recordaba.

Ese día Ben se había esforzado como nunca antes para darle el mejor cumpleaños a su hija, o al menos dentro de lo posible.

Empezaron por ver una de sus películas favoritas: El libro de la vida. Luego, habían pedido una pizza que compartieron con John quién le había traído como regalo algunas decoraciones de estrellas y lunas pues para esa época acababan de regresar a Arcadia.

Y, por último, el brazalete de su madre.

Ese día Benjamin decidió darle uno de los objetos más preciados de Selena, el mismo que siempre decoraba su muñeca y que algunos días atrás James le había devuelto.

─ Lo recuerdo... Fue el primero sin mamá.

─ No, fue la primera noche que no lloraste hasta quedar dormida ─corrigió haciendo que su corazón saltara al escucharlo.

─ P-Papá...

─ Todos esos días estuve detrás de la puerta esperando a que te levantaras y abrieras, para rodearte con mis brazos e intentar detener tu llanto... o al menos de tener la oportunidad de llorar junto a ti ─admitió con una sonrisa tranquilizadora para Mayra quién movía sus manos con nerviosismo ─. Y sé en lo que piensas, May.

─ ¿En qué hubiera deseado que no escucharas eso?

─ En que debías tratar de ser fuerte para que yo tuviera la esperanza de que ambos podríamos seguir solos ─obvio haciéndola suspirar. ¿Es que acaso siempre había sido tan obvia? ─, pero ese no era tu papel, cariño.

─ S-Sé que no, pero también sabía que lo necesitabas más que nada.

Una leve risa abandonó los labios de Benjamin, quien tenía una pequeña chispa al mirar a su hija, y era amor puro por ella. May le veía con pena, quizás algo avergonzada por no haber hecho mejor el trabajo que creía que tenía que hacer.

─ Y yo sé que tú necesitas tu tiempo para ser capaz de contarme lo que sea que te esté ocurriendo ─aviso levantándose de la cama ─. Tu puerta está cerrada, May... pero solo quiero que sepas que estoy detrás de ella esperando a que la puedas abrir para poder abrazarte, cariño.

Sus labios temblaron al formar una sonrisa. Benjamin dejó un beso en la frente de su hija para salir de la habitación, cerrando su puerta.

─ Eso le hará bien, Ben... confía en mí ─dijo John desde su habitación, la cual quedaba al frente de la joven ─. Solo debemos darle su tiempo y su espacio.

─ Todo lo que he hecho, desde que Selena se fue, ha sido para mantenerla a salvo del mundo... y ahora la estoy perdiendo, John.

Mayra observaba ahora con una enorme sonrisa la imagen familiar que mantenía en su escritorio. Una de las últimas imágenes que habían tomado antes de que Selena desapareciera, pero uno de los mejores días que había pasado junto con su padre y su madre.

Dejo de mirar la imagen de manera tan embobada cuando su teléfono comenzó a vibrar al tener una llamada entrante.

Lo tomo para observar la imagen de Tobías y respondió rápidamente, esperando escuchar el que Jim por fin se había quitado el Grit-Shaka.

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