MERCADOTROLLERAINUNDADO Por murmullos ante la noticia que se esparció como fuego en pólvora; el cazatroles había regresado y, por lo tanto, el puente había sido abierto en algún punto que nadie conocía.
Sin embargo, Vendel y Alexia se habían negado a pronunciar palabra alguna a los troles ya que se les había confiado lo sucedido y en un deseo de no crear pánico sería información confidencial. Mayra estuvo acorde con la decisión de ambos por lo que en ese instante lo que la tenía nerviosa era otra pequeña cosa, ensayando la pequeña conversación en su mente para darse algo de seguridad para evitar que le ganara la pena a realizar la pregunta.
Dejó de murmurar para sí misma al escuchar el mecanismo de la forja levantando la puerta en donde Jim movía su adolorido hombro.
─ Hey Jimbo, ¿qué tal todo? ─preguntó sonriente.
─ Ya sabes. Roca, magia... trolls.
Aclaro su garganta jugando un poco con su báculo inconscientemente.
─ ¿No quieres venir a una parrillada en casa de Claire? ─le invito agachándose un poco ─. N-No te sientas obligado a...
─ Por supuesto que quiero ir.
─ ¿E-Enserio? La señora Núñez está con la unión de maestros para apoyar sus re- elecciones y ya que papá la apoya también fuimos invitados ─explicó ─. Es bastante aburrido, pero como papá no puede ir, debo hacerlo yo así que entiendo si no quieres.
─ Oye, enserio me encantaría ir.
Se ruborizó cuando este se acercó a ella sujetándola por los hombros con una gran sonrisa que esta imito al oírlo re afirmar su respuesta. En una acción rápida beso su mejilla para comenzar a caminar hacia la forja seguida de Claire ya que ambas entrenarían juntas para mejorar sus habilidades en la magia.
─ ¡Eres lo máximo, te veo en la cita! ¡D-digo en casa de Núñez a las doce!
Deseo golpearse al escucharse a sí misma diciéndole que era una cita, aunque en el fondo quería creer que era una.
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MARTÍNEZ SIEMPRE SE SENTÍA Bienvenida en el hogar Núñez. La familia siempre era cálida con ella y Benjamin, además de que siempre disfrutaba las charlas del señor Núñez cuando éste hablaba de México con la joven ya que le recordaba el poco tiempo que había pasado con la familia de su padre a la hacía mucho no veía.
Ophelia se acercó a ambos para asegurar la comida que su esposo preparaba, pausando la risa de Mayra al verla acercarse.
─ ¿Te está gustando la comida, May?
─ El señor Núñez hace magia con el chorizo a la parrillada ─admitió contenta ─. A papá le hubiera encantado venir.
─ Lo sé ─afirmó ─. ¿Dónde está tu chico, querida? Claire me contó que alguien al fin se ganó tú corazón.
