★ veintinueve; el destino del cazatroles

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HABITABA SILENCIO A Su alrededor, permitiéndole concentrarse en la calma, pero también haciéndola capaz de sentir el aura lúgubre que emanaba de la única estructura en la sala. Un hilo de voz escapó de sus labios recitando el hechizo practicado escuchando como aquel silencio era reemplazado por el sonido que hacían las piedras al chocar entre sí, hasta que las mismas generaron un estruendoso ruido al caer precipitadamente.

Abrió los ojos lentamente para soltar un gruñido; el hechizo había fallado, otra vez. Había pasado una semana desde que Mayra había conseguido el báculo estelar y dos desde que James se había adentrado a las Tierras Oscuras.

Durante todo ese tiempo pasó horas en aquella sala con las piezas del puente Muerteenfrente, moviéndolas, uniéndolas, pero era efímero; sin importar cuantas veces las uniera el hechizo duraba menos de cinco minutos y seguía sin tener una forma para activarlo.

─ ¡May!

Volteo ante el grito a sus espaldas, encontrándose con una agitada Nashira que lucía preocupada y eso le alertó.

El báculo en su mano desapareció en el aire cuando la joven no creyó necesario tenerlo al alcance.

─ ¿Qué ocurre, Nash?

─ El tribunal está aquí ─advirtió.

Sintió algo removerse en su interior para asentir con la cabeza y comenzar avanzar con pasos rápidos hacia la piedra corazón, seguida de su mentora.

Al llegar se percató de los dos Krubera impidiendo el paso; tan firmes como las rocas que estaban reteniendo a Claire y Tobías en el cruce a la piedra corazón.

─ ¡Mayra! Tienes que hacer algo.

─ Yo me encargo, Tobes ─afirmó.

─ La esperaremos aquí, joven Altair.

El cruzar a los Krubera no le resultó un problema cuando estos mismos le permitieron el paso, apresurándose hasta conseguir seguirle el paso a Blinkous quién le miró de reojo.

Mayra se había vuelto una persona de importancia en Mercadotroll gracias al báculo mágico que ella controlaba junto con el bien sabido hecho de que poseía la magia de Asteria; era por eso que Vendel había intentado prepararla para una situación como aquella, aunque apenas había transcurrido un día de su intento en la diplomacia por lo que debía mantenerse como espectadora.

─ ¿La mocosa Altair?

─ Vendel, sabes que el tema que hemos venido a discutir ─se apresuró a decir Usurna con su usual tono calmado ─. El puente debe ser destruido.

─ No veo razón para tu impaciencia, él puede seguir vivo ─respondió molesto─; no se ha elegido a otro cazatroles. ¿Por qué cambiarlo ahora?

─ No podemos permitir que su inmadurez ponga en riesgo a toda nuestra raza.

─ Muy tonto él por haber ido solo, no debió haber acudido.

─ Se ocultan en insultos para no admitir que James ha sido el único en siglos en atreverse a enfrentar a Gunmar ─defendió Mayra dando un paso al frente ─. Han temido que Gunmar sea liberado, pero cuando alguien por fin está dispuesto a acabar con su amenaza, ¿deciden dejarlo totalmente a su suerte?

─ La joven tiene un punto ─apoyó únicamente la togruta mayor; Alexia ─. Es solo un joven, no es justo que se le sea condenado por su determinación cuando nos hemos refugiado en el cazatroles por siglos... tal vez es momento de confiar en que podrá con la misión que se propuso.

Mayra se percató de la togruta que le apoyaba, haciendo que sus ojos brillaran ligeramente al comprender que alguien estaba de su lado; en que al menos alguien de allí confiaba en Jim.

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