★ veintidos; pesadillas

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ASTERIA POR FIN HA ENCONTRADO A SU NUEVA PORTADORA.

Entre todo un espacio de estrellas, la antigua entidad había escogido a la más joven e inexperta de ellas al ver lo mucho que ambas se parecían sin siquiera conocerse en realidad.

Ella ya no tenía un cuerpo, una mente, ni siquiera sentimientos, pero aún podía recordar lo que era tener eso. El amor que tenía por todos sus hermanos era reflejado en el puro sentimiento de Mayra por cuidar de todos sus conocidos.

La tristeza que habitó en ella ante la muerte de sus hermanos era aquella que había habitado en Mayra por un largo tiempo. La determinación en sus acciones y la fortaleza en sus enfrentamientos fueron de los pocos motivos por lo que Asteria decidió dar su bendición a la joven hija de Selene.

Y a tan solo un día Mayra ya le había probado que era tan capaz como su antecesora al manejar la aparición del hechizo de protección que le salvó de perder su vida, aunque había recibido la ayuda de Nashira quién estuvo desde el amanecer enseñándole tal hechizo.

Sin embargo, aquella había sido apenas la primera prueba que tendría que enfrentar. Fue entonces cuando la campana sonó, dando aviso de que ella debía salir de sus pensamientos y enfocarse en el lugar en el que se encontraba para que se dirigiera a su clase de Ciencias.

─ Aquí está la hechicera estelar ─nombró Jim con una sonrisa, llegando a su lado.

─ Dime que ese apodo viene de Toby ─pidió divertida a lo que este asintió ─. Quizás deba ser yo quien elija mi nombre de hechicera, ¿no crees?

─ Lo siento. ¿Fue mucho?

─ No, realmente creo que sería mejor asesina mortal de la luz de las estrellas ─propuso divertida ─; aunque si quieres mantenerlo en lo simple creo que me gustaría Mayra, la brillante estrella.

Ambos se habían detenido en el pasillo para cuando las mejillas del ojiazul se tiñeron levemente de carmesí, rascando algo avergonzado su nuca al reconocer el apodo por el que había llamado a Mayra en algunas ocasiones.

─ Y-Yo... ¿cuándo fue que te llame así?

─ ¿Recuerdas el Grit-Shaka?

─ No puede ser ─negó cubriendo su rostro, pero se tranquilizó al oír la suave risa de May ─. Dime al menos que no fue muy vergonzoso.

─ Lo dijiste frente a todo el mundo... pero si me preguntas a mí yo creo que fue algo tierno.

─ Señorita Martínez, ¿piensa entrar a clases?

─ P-Por supuesto ─respondió ante el tono de la mujer ─. Te veo después de clases, Jimbo.

Dejó un rápido beso en la mejilla del azabache para avanzar a pasos rápidos hacia el interior del salón, sacudiendo levemente su cabeza al sentir un picor en su oído que desapareció a los pocos minutos de que tomara asiento.

─ Entonces, ¿cómo es que surge la muerte de una estrella?

Mayra acabó sacando su lapicero y cuaderno para tomar apuntes ante la pregunta, observando como algunos de sus compañeros ya habían alzado la mano para responder.

─ Kendall.

─ Aplastada por una pila de rocas.

Sus ojos se abrieron con sorpresa, encogiéndose en su lugar al ver que la mirada de todos estaba sobre ella tras aquella frase. Al sentir una ligera presión sobre su pecho se apresuró a ponerse de pie para salir a pasos rápidos, pero tan pronto atravesó la puerta el terror acabó con hacerla sucumbir al ver las gotas de sangre derramadas en el suelo.

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