★ trece; receta para un desastre

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"LA GUERRA ES UN CAOS CONSTANTE. El ganador será aquel que controle el caos, tanto el propio como el del enemigo"

Su mano mantenía su cabeza elevada, con su completa atención a las palabras que Strickler decía a sus alumnos, aunque la mayoría estaban dormidos o escuchándolo con un notable aburrimiento. Al contrario, a ellos, él se había ganado la atención completa de Mayra.

Estaba buscando algo.

Una respuesta a lo que en verdad era Strickler... e imaginando los distintos escenarios en que lo haría pagar por traicionarla.

─ Las palabras de Napoleon demuestran una insaciable necesidad de conquistar, un hombre que no podía ser detenido ─narró de manera tranquila, con una sonrisa en el rostro ─. Entonces, ¿Cuál fue la caída del general francés? Estaba mirando el cañón de un cañón, ¿o murió por el silencio ensordecedor de su clase?

Varios acabaron por reír al oírlo.

Mayra rodó los ojos para ver los apuntes que había tomado en cuanto a sus sospechas hacia el cambiante se refieren, observando sobre su hombro a Tobías y a James, con los cuales no había hablado desde su incidente con Bular.

─ Tiene a todo el salón comiendo de su mano.

─ Su horrible y siniestra mano de troll.

─ Confié en él y me traicionó, lo peor de todo es que seduce a mi madre ─habló el pelinegro a sus espaldas, recibiendo una mala mirada de la rubia ─. M-May, ¿qué tal?

Ninguno de los tres había intercambiado palabra alguna durante todo el día, hasta ese momento.

Altair frunció levemente su ceño al oír la pregunta que éste le hizo.

─ Ayer casi me mata un troll enorme y terrible, pero estoy bien. Gracias por el interés ─respondió a la defensiva.

Jim se encogió un poco en su lugar con algo de culpa, a la vez que Tobías le daba una mala mirada a Mayra que soltó un suspiró al notarlo.

─ Lo siento... y va para ambos ─se disculpó ─. Por ignorarlos y marcharme con Nashira.

─ Traicionarnos, la palabra es traición ─corrigió Tobes.

─ Tampoco presiones, Domzalski ─pidió Mayra en respuesta ─. Estaba molesta con Jim por como se dieron las cosas, por cómo me hizo sentir.

─ May, lo lamento...

─ Es que... te marchaste sin nosotros, y prometiste que lo haríamos juntos ─recordó ─. Me hiciste sentir inútil, por favor, me aterra que seas capaz de matar a Bular y que por eso ya no necesites de mí, o siquiera de Tobes.

Guardó silencio luego de eso.

Bajo su mirada antes de soltar un suspiro y voltear hacia el frente para regresar a prestarle atención a Strickler.

─ Malaria. El ejército más poderoso del mundo cayó por el piquete de un insignificante insecto ─explicó con brevedad, ya que la campana sonó ─. Una última lección, ¿de qué color eran las mangas del chaleco de Napoleón?

─ No tenía mangas ─respondió la rubia por instinto.

─ Exactamente, Altair ─habló divertido.

Mayra frunció el ceño al notar la estúpida pregunta que acababa de responder cuando notó que este se acercaba a Jim, provocando que volviera a verlo.

─ Joven Atlas, si me permites unas palabras antes de que te vayas... a solas ─pidió con su mirada puesta en Tobías.

La rubia tomó su mochila al oírlo y se propuso a marcharse junto con Claire y Darci, aunque la voz de Strickler la detuvo.

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