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El viaje en la limusina estaba siendo mas largo de lo que esperaba ¿A donde me llevaban exactamente? ¿Qué harán conmigo? Me encontraba sentado entre dos hombres uniformados que no separaban la vista del frente. Me ponía algo nervioso su presencia pero no prestaba atención a eso para no hacer algún tipo de escandalo. No podía intentar escaparme, siempre fui un hombre débil.

Sentía cuando desviaban la mirada para mirarme, se centraban en mi cabello y no les importaba disimular si quiera un poco, era algo fastidioso ¿Qué pasaba por su cabeza? si realmente quería saber algo que preguntara sin dar muchas vueltas.

La gente muchas veces podía ser muy cruel, y eso lo aprendí de antemano a lo largo d mi vida.

Salimos de la carretera para entrar en una calle de tierra, el auto temblaba mientras que el conductor bajaba la velocidad. Mi corazón se iba a escapar de mi pecho, aunque aun estuviéramos bastante alejados la enorme mansión se podía ver a lo lejos. Los movimientos brutos del auto cesaron, estábamos estacionados frente de la gran mansión.

Bajaron primero los dos trajeados y luego uno de ellos me mantuvo la puerta abierta para que yo saliera, asentí en forma de agradecimiento y el cerro la puerta. Un señor con una barba enorme estaba fumando un cigarro en la enorme puerta esperándonos, al vernos se reincorpora y apaga el cigarro al verme. Lo miro con desconfianza y el bajándose los lentes oscuros comienza a inspeccionarme con la mirada.

Al abrir la puerta el Barbudo entra y colocándose junto a mi frena a los trajeados que me escoltaban.

_Yo lo llevare -dice el barbudo apoyando con fuerza la mano en mi hombro.

_Nosotros lo escoltaremos -los trajeados replican y yo no sabia hacia donde debía mirar.

_¿Acaso me estas cuestionando? -el barbudo me abraza sobre el hombro y me pega mas a su cuerpo.

_Debemos llevarlo al jefe -replica sin dar su mano a torcer- si te entusiasma al final dile a el si te lo puedes quedar.

El barbudo aflojo el agarre y comenzó a bajar su brazo por mi espalda hasta llegara mi trasero, un escalofrió recorre todo mi cuerpo al sentir el tacto del hombre ¿Pensaban prostituirme en ese lugar? rápidamente lo empuje y caí al piso, los trajeados me miraban mientras que el barbudo reía.

_Cuídate niño, te estaré esperando -dice el barbudo relamiendo sus gruesos labios dándose la vuelta para irse.

Estaba realmente nervioso, sentía que mi corazón podría salirse por mi garganta si seguía mas tiempo en este lugar ¿Qué clase de lugar es este?¿Que clase de personas son estas?¿Que hizo yo para merecerme esto que estaba pasando? Las dudas inundaban en mi cabeza mientras que con fuerza los trajeados me pusieron de pie para seguir caminando.

Subimos las escaleras hasta una enorme puerta, los trajeados que aun me cargaban golpearon y esperaron hasta que una re tundente voz soltó -Adelante.

Entramos rápidamente y los trajeados me dejaron en la habitación. Un Hombre canoso estaba sentado en un sillón en el medio de la sala con el periódico entre las manos, soltó el periódico y nos miro. La mirada penetrante del señor me daba escalofríos, mis piernas temblaban y no podría estar de pie si aquellos trajeados no lo sostuvieran.

_Siéntenlo y váyanse

Los trajeados asintieron y tras sentarme a la fuerza en aquel rojo sillón del que se había salido el hombre de pelos blanco. me quede quieto ahí sin poder moverme. Las personas que me habían escoltado de mi habitación se habían ido, solo quedábamos nosotros dos, lo que parecía ser un sirviente y dos hombres armados en la puerta.

_¿Tu nombre? -el hombre empezó a caminar alrededor del sillón donde me encontraba deslizando su mano por mi hombro

_Park Jimin

¡Solo Un Ciervo! -KookMin +18-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora