*9*

94 9 2
                                    

El pálido dormía y roncaba profundamente, mientras que el pelinegro estaba mirando su teléfono y yo miraba por la ventana. La noche era oscura y el cielo estaba totalmente descubierto, no había ni una sola nube pero la fuertes luces del lugar no dejaban contemplar las estrellas con la vista. El celular del pelinegro comenzó a sonar repentinamente ¿Quién era?

El pelinegro miro la pantalla y luego me miro a mi, mordiéndose el labio inferior contesta y sale de la habitación. Tenia curiosidad de saber quien era, pero no me permitía a mi mismo espiar su conversación, me quede sentado ahí con calma volviendo a ver por la ventana. Como la joven noche pasaba tan rápido que perdía la noción del tiempo

El estruendo de los autos en las calles eran enormes, me levanto de mi silla y me acerco a la ventana sacando mi cabeza por ella. La briza fría movía mis cabellos mientras que el gran estruendo no me dejaba escuchar mucho lo que pasaba por mis alrededores.

Me quede ahí unos minutos hasta ya no poder soportar el frio y volviendo a meter mi cabeza, lleve mis manos a mis oídos helados sentándome en la silla, comienzo a ver mas detalladamente la habitación y sorprendiéndome cuando cruzo miradas con el pálido que se levantaba para sentarse frente a mi.

_Hola -el pálido ahora frente a mi se sobaba los ojos mientras bostezaba palabras que no podía llegar a entender- ¿Donde esta Jeon?

_Hola, esta hablando por teléfono afuera -digo señalando la puerta detrás de el haciendo que el pálido centrara su vista en ella.

_¿Te pusiste nervioso? -pregunta el pálido que forzaba la conversación y yo se la seguía

_Realmente si -respondo pensando a que se refiere con lo que había pasado en el club- No creía que fuera a funcionar, todos nos miraban.

_Como no hacerlo -dice con ironía el pálido sonriendo de oreja a oreja

Sus palabras me dejaron pensando ¿Por que todos nos miraban? ¿Qué teníamos nosotros que no tuvieran los demás que bailaban? ¿Habrá sido que nos subimos a una mesa y todo eso? Comenzaba a cuestionarme el porque realmente, me parecían lógicas tantas cosas, pero la mirada del pálido me decía que era otra en la que no podría pensar.

_¿A que te refieres? -pregunto sin intenciones de quedarme con la duda

_Pues...

El pálido ahora dudaba, miraba hacia todos lados y tras mirar a la puerta para comprobar si el pelinegro estaba ahí. Tras verificar que no venia nadie volvió a verme a mi.

_Es que ustedes son como el fruto prohibido.

Realmente no entendía ni una sola de las palabras que el pálido decía ¿A que se refería ahora?

_Sigo sin entenderlo -reclamo perdiendo un poco la paciencia.

_Es que ver al hijo y la perra del Boss, la persona mas conocida de este lugar, no es algo que llegue a ver todos los días, digo la ciudad entera los desea a ambos.

Me quedo atontado y no por lo que el pálido decía de mi ¿Jeon era el hijo del Boss? no podía creerlo, mi mente no podía siquiera imaginar aquello que el pálido como si nada decía, un escalofrió acompañado de sudor frio baja por mi espalda mientras me quedaba tieso en mi lugar, no podía creer que a esa dos personas las uniera la sangre.

_Hablas demasiado Suga -dice el pelinegro desganado llamando la atención de ambos mientras se mantenía parado apoyado en el lumbral de la puerta- ¿No tienes otro lado a donde ir?

La cara del pálido cambio drásticamente al escuchar las palabras de el pelinegro, su sonrisa se había esfumado, su había ido tan rápido como el pálido de la habitación.

¡Solo Un Ciervo! -KookMin +18-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora