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La puerta se abrió y mi corazón se detuvo, no podía caminar. Estaba tieso y un trajeado detrás de mi me empujo para animarme a entrar, gracias a su impulso ya me encontraba en dentro. El canoso estaba parado frente a la ventana detrás de su escritorio, miro de reojo y tras hacer una seña con la mano los trajeados desaparecen de la habitación.

Me quede en la entrada mientras que el hombre frente a comenzaba a caminar de un lado a otro en la habitación, estaba nervioso de lo que fuera a pasar. El miraba directo por la enorme ventana y me deslumbraba al ver hacia el frente.

_¿Eres virgen? -pregunta el canoso sacándome de mis pensamientos.

_Si -respondo casi al instante intentando colaborar

_Y ¿Te gustan los chicos o las chicas? -Pregunta aun caminando de un lado al otro sin verme directamente

_Ninguno -respondo con la mirada baja haciendo que el hombre frente a mi frenara

_¿A que se debe eso? -seguía cuestionando el canoso que ahora me miraba directamente

_No lose -respondo con sinceridad- No siento ningún tipo de atracción a alguien, ya sea mujer o hombre...

El canoso ahora caminaba en mi dirección, estaba paralizado ahí y en cuestión de segundos ya estaba enfrente de mi.

_Desvístete -suelta el canoso y yo no sabia que hacer ¿Debía acceder o negarme? la respuesta a esa pregunta me asustaba- antes de que lo haga yo.

Sin pensarlo comienzo a perder prendas, prefería desvestirme solo antes de que el mayor me sacara las prendas a la fuerza y no pudiera controlarse. Las prendas cayeron hasta que me frene quedando tan solo en ropa interior.

_Por completo -reclamo el mayor clavando sus ojos en mi pálida piel.

Tenia miedo de lo que acababa de pasar, me saco la ropa interior quedando completamente desnudo frente a el mayor, las lagrimas caían, estaba nervioso y asustado. No quería nada de lo que estaba pasando, pero no tenia ninguna otra opción.

El hombre frente a mi se relamió sus labios viendo mi cuerpo temblando por completo al desnudo. Las lagrimas se desliaban por las mejillas y caían al suelo, como si nada pasara el mayor se acerco y paso su mano desde mi cuello hasta mi pecho dejando una línea roja marcada en mi blanca piel.

-Tienes la piel muy sensible -comenta el mayor tirándome del brazo con fuerza para dejarme contra el escritorio.

Miro mi brazo y la marca de su mano estaba en marcada en mi piel, el mayor se deleitaba y con un fuerte brusco movimiento me dio la vuelta, apoyo mi pecho contra el escritorio dejando mi trasero a su disposición.

Un golpe en seco en mi trasero hizo que las lagrimas que por mis mejillas rebotaran hasta llegar al frente, uno tras otro, cada vez golpeaba mas fuerte mi trasero con la palma abierta y yo lloraba en silencio para no hacerlo enojar. Mordía el interior de mis mejillas intentando aguantar mientras que con las apretaba con fuerza buscando concentrarme en otra cosa. Mi trasero ardía al igual que mis ojos ¿Qué había echo para merecer esto?

-Quédate quieto -dijo cesando los golpes para alejarse unos pasos atrás- quiero disfrutar de esto

Yo no hacia mas que sorber por mi nariz mientras el sonido de una cámara rompía el silencio en la habitación. Sobre el escritorio, a cuatro patas mostrando mi trasero a aquel hombre que lo había dejado rojo vivo mientras sacaba fotos, era asqueroso, mi cuerpo temblaba mientras me callaba mi llanto y mis lagrimas seguían haciendo dos pequeños charcos en el escritorio.

El hombre de traje soltando el celular arrogándolo sobre el sofá rojo se desajusto la corbata que llevaba y tomando con fuerza mis caderas me voltea y me sienta sobre el escritorio quedando frente a el. Mi trasero dolía pero era lo mas importante, su mano fue directo a mi cuello y yo me asuste y agarre su brazo.

Apretó su agarre obligándome a soltarlo, su otra mano fue hacia mi costillas y pegando a la fuerza su pecho con el mío aflojo el agarre de mi cuello. Tenia miedo y me hiper ventilaba, pero tirándome del cuello el mayor uno sus labios con los míos. El asqueroso sabor del tabaco se esparcía rápidamente en mi boca.

Aunque intentaba alegarlo apretando los labios el apretaba su agarre y con fuerza metía su lengua en mi boca. Con fuerza intentaba jugar con la mía a toda costa, recorriendo cada espacio de mi con su lengua. Lloraba, pero no le importaba. Su beso era brusco, pero el mayor no tenia intención de frenar.

No podía respirar entre el beso y el agarre, saco su boca de la mía y yo aspire rápidamente una bocanada de aire que me faltaba y en cuestión de segundos el mayor continuo, su beso era atroz y nada delicado.

soltando su agarre llevo sus manos a mi cintura y me volteo con una fuerza descomunal, mi pies tocaban el piso mientras que mi pecho estaba apoyado en el escritorio elevando mi trasero. Sin dar piedad el canoso saco su pene y escupiendo sobre mi trasero metió a la fuerza un dedo dentro de mi. Era algo asqueroso que no quería ni siquiera imaginar, un segundo dedo entro junto a un tercero para estar cinco segundos dentro y salió.

La punta de su pene estaba apoyado en mi y antes de que pudiera negarme el mayor introdujo su pene, un dolor atroz en aquella zona, un grito desgarrador de mi parte retumbo en toda la habitación mientras que el hombre comenzaba a envestir. Dolía mucho y yo me mordia el antebrazo mientras lloraba con fuerza.

No era gentil y ni siquiera se notan ni una pista de que quería serlo, embestía con fuerza mientras que yo intentaba aguantar tal dolor. Ya no intentaba ocultar mi llanto, gritos salían de mi boca por el dolor que causaba su dura, áspera y poco comprensiva penetración. El hombre freno dejando caer su cuerpo sudado sobre el mío, saco su pene de dentro de mi y lamiendo desde mi hombro hasta mi oreja susurra;

_Me encantas - dijo volviéndome a dar una nalgada para luego prender sus pantalones y dejarme solo en la habitación.

Mi pecho subía y bajaba con fuerzas y con un intento de ponerme de pie caigo directamente a el suelo, las lagrimas en ningún momento pararon. Estaba en el piso completamente desnudo llorando pensando que estaría mejor muerto. Mi vista era borrosa y tras relamerme los dientes siento el sabor amargo la sangre entre los dientes, me miro el brazo y de ahí provenía. La marca de mis dientes en mi brazo con pequeñas gotas de sangre rodando por el, había sido todo tan intenso que no me había dado cuenta que me había mordido demasiado fuerte.

Me recosté en el suelo, no sentía las piernas y un gran ardor en mi trasero me hacia llorar del enojo, dejo que mi cabeza toque el suelo mirando a la puerta esperando alguna salvación. Pero nada cierro los ojos y con poco animo llevo mi mano a mi trasero, y tras tocar el viscoso liquido que sale de dentro de mi lo miro asqueado con pequeñas gotas de sangre junto al liquido de aquel hombre.

_Preferiría que me hubiera matado -suelto pegándole cabezazos al suelo- El tenia la razón, la suerte nos abandono hace ya mucho tiempo

Apoye mi cabeza en el suelo y con nostalgia perdía mi esperanza poco a poco, al cabo de unos minutos entra el pelinegro dejando la puerta abierta la cual el trajeado mirándome en el suelo cierra. Se acercaba a mi el pelinegro y se agacho para ver las maracas de mi cuerpo. Veía mis ojos rojos por llorar, la sangre en mi boca y la mordida en el antebrazo, se mordió los labios y bajo la mirada.

Estaba serio pero sus ojos me decían algo que yo no podía entender, apoyo su mano en mi costilla y yo tomándola me acerco a el arrastrándome con la poca fuerza que tenia en los brazos.

_Mátame -digo volviendo a llorar- por favor mátame

El pelinegro no dijo nada, y bajo su mano desde mi costilla hasta mi cadera. Estaba tan destrozado que solo deje caer mi cabeza a el piso. Su mano bajo por mi glúteo y al cuando saco la mano al ver el semen y la sangre en ella cerro los ojos limpiándose la mano con el piso.

Sin decirme nada me alzo en brazos y me llevo hasta la habitación en a cual había despertado esta mañana, entro hasta el baño y me recostó en la bañera que tenia preparada con agua tibia. estaba hasta el pecho cubierto de agua, no quería moverme ni siquiera intentar hacer el intento de suicidarme en la bañera.

_Por favor -suplico nuevamente- no me dejes aquí

El pelinegro sin cambiar su cara seria en ningún momento asintió poniéndose de pie.

_No te preocupes, llamare a un medico...

¡Solo Un Ciervo! -KookMin +18-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora