El día siguiente no tiene mucho que rememorar.
El dolor de cabeza me consume y me lo paso entero bebiendo agua.
Le cuento todo lo pasado la última semana a Tomás (exceptuando lo mío con Hugo y con Alex) y llamo a David para hacer las paces con él. Soy una persona muy orgullosa, pero con él es diferente.
David vuelve a mi casa a pasar el resto de noches y vemos un maratón de las películas de los juegos del hambre.
- Enamorado de Gale me hallo.- Suspira David dejándose caer en el sofá.
- Aaaag ¿Gale? ¿Enserio? Team Peeta a muerte chaval.
Ambos nos reímos y me abraza.
- Me alegro de haber arreglado todo, la verdad.
- Y a mí.- Le susurro dulcemente.
Nos quedamos dormidos viendo la tercera película. Al llegar Tomás nos apaga la televisión y la luz y nos deja allí hasta el día siguiente.
Me despierta el tono del móvil. Alguien me llama. Al cogerlo una voz masculina contesta al otro lado de este.
- Hey ¡buenos días bella durmiente!- Grita entusiasmado Àlex al otro lado del teléfono.
- Buenos días.
- Tenemos que hablar.- Cambia el tono repentinamente, siendo este mucho más serio.
- Si claro, ¿que pasa?
- Sal fuera.
- Estoy en pijama.- Miro mi ropa. Estoy con una camiseta larga y un culot negro. El pelo está recogido en un moño medio deshecho.
- Es importante.
- De acuerdo, ya salgo.
Subo corriendo, me echo algo de colonia y cojo unos zapatos. Al salir por la puerta me encuentro con el coche de Hugo aparcado en la puerta. Este se apoya en la puerta del conductor, muy serio, y Àlex a su lado, con el mismo gesto.
- ¿Todo bien?- Miro el reloj.- Son las 8 de la mañana.
- Si bueno, tenia que hablar contigo antes de ir al taller y Hugo se... ofreció a traerme.- Sonríe Àlex.
Si claro, ofreció.
- Pues tú dirás.
- Hablemos a solas mejor.
Hugo le mira de reojo, pero sin alzar mucho la vista, a mi ni me mira.
Àlex y yo nos alejamos unos metros del coche y me acorrala contra una pared.
- Creo que tenemos que hablar de lo del otro día... - Me susurra.
- ¿Y no había otro momento? Àlex, estaba durmiendo.
- Ya bueno... es que casualmente le he preguntado a Hugo sobre lo que pasó el otro día y me contó algo... que no me gustó mucho.
Un escalofrío me recorre la espalda.
- ¿El que?
- Le besaste.
-¿Como?- Digo sorprendida.
- Eso no está bien nena.- Se acerca más a mi y comienza a susurrarme.
Noto el olor a alcohol que desprende, y tiene los ojos rojos, inyectados en sangre.
- Àlex.- susurro apartándole levemente de mi.- Solo fue un beso tonto entre tú y yo.
- Me parece que no entiendes de qué va esto.- susurra amenazante.
- ¿Perdona?
- Tú querido amiguito Hugo, no sabe nada.
- ¿Del beso? Adelante, díselo, ¿que estamos en preescolar ahora para estar con estas tonterías Àlex?
- Ya.. bueno. Puede que le cuente más cosas, verdades o mentiras que más da. Puedo decir muchas cosas, ¿a quien crees que creerá? ¿A ti o a mi?
- ¿Hace falta que te conteste?
- Bueno, no te preocupes, ya me encargaré yo de alejarle de ti. No me conoces Dani, no sabes una mierda de mi. Puedo destrozarle la vida, puedo dejarle como un juguete roto, igual que a su padre.
- ¿Que coño quieres de mi Àlex?- Le miro a los ojos, furiosa.
- A ti. - Susurra contra mis labios.- Y si le tienes algo de aprecio a Hugo, serás mía.
- ¿Tuya? De verdad piensas que...
- Mirale, ¿no has pensado en por qué no te ha mirado desde que hemos llegado? - Sonríe.
Miro a Hugo fijamente desde donde estamos, él nos mira, dando unas caladas a un cigarro con una mano, mientras que con la otra aprieta el puño contra su costado. Entonces lo veo. Tiene el labio partido y un gran moraton en el pómulo.
- ¿Que coño le has hecho?- Las lágrimas se acumulan en mis ojos.
- Y eso es sólo el principio, y eso es lo que no lleva oculto con la ropa. - Vuelve a acorralarme en la pared y me obliga a mirarle. - Tú dirás...¿harás lo que yo te diga? - Me sujeta el mentón obligándome a mirar a Hugo.- ¿O quieres que le destroce la vida al igual que la cara?
Miro a Hugo fijamente, y él me mira a mi.
Niega con su cabeza, y aunque se que quiere venir corriendo hacia mi, se mantiene inmóvil, observando.
- De acuerdo.- Susurro.- ¿Que quieres de mi?
- Ahora mismo que te vayas a dormir, siento haberte despertado. Esta tarde pasaremos a recogerte a eso de las 5, ponte guapa. Nos vemos luego nena.
Se va hacia el coche y entra de copiloto. Entonces me doy cuenta de lo asustada que estoy, no hago más que temblar.
Hugo sigue parado mirándome y yo a él.
- Hugo, vamonos, ya.- Le ordena Àlex desde el interior.
Testarudo, acata la orden sin dejar de mirarme. Se monta en su coche y desaparece de mi calle.
Me derrumbo en el suelo y comienzo a llorar mientras abrazo mis piernas.
Tras un par de minutos, David sale de la casa adormilado y preocupado me obliga a entrar dentro.
- Daniela, ¿que pasa? - Dice tras un par de minutos en silencio observándome.
Le miro, enfurecida y con los ojos llorosos.
- Tenias razón, tenias toda la razón y yo no supe verlo.- Farfullo como puedo.
- ¿En que?
- Àlex no va a cambiar, es más, es peor de lo que nos imaginábamos.
- ¿Como? ¿Te ha hecho algo ese imbecil? - Se pone tenso y aprieta los puños.
- No, pero si no hago algo... puede hacérselo a Hugo.
- ¿Hacer el que? ¿A Hugo? No entiendo nada.
Le cuento lo ocurrido con pelos y señales hace unos minutos en la entrada de la casa y me mira atónito.
- Daniela, Hugo me cae bien, de verdad. Pero no te metas en toda esta mierda por él. No sabes lo que te puede pedir ese desquiciado mental, y una vez que entres en su mundo... es difícil salir. Hugo es fuerte, sabrá apañárselas solo.
- No viste su cara, ni como me miraba. Estaba.. diferente, nunca jamas le había visto así. Àlex me dijo que acabaría con él, que acabaría como un juguete roto... como su padre.
- ¿Su padre? ¿El de Hugo?
Asiento.
- Tenemos que hablar con alguien, nos faltan muchos datos. - Me susurra.- ¿A que hora viene a por ti?
- A las 5.
- Vístete, hoy comemos fuera. - Se levanta rápidamente y me arrastra a la habitación.
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PURO VENENO
Teen FictionNo se como empezó todo. Quizá fue mi culpa, quizá realmente exista un destino que está escrito desde el momento en que nacimos. Quizá en mi destino estaba escrito que tendríamos que coincidir, que tendría que recordar un pasado que pensé que había...