Parte 27

4 0 0
                                    

Al llegar a la zona sur, David y yo bajamos del coche de Hugo. Este último baja también para darnos instrucciones.

- Es fácil, intentar mirar si alguien intenta venderos, si veis a alguien metiéndose cualquier cosa. - Toma aire antes de seguir.- Pero por favor, tener mucho cuidado, no quiero tener que entrar ahí a salvaros el culo.

Ambos asentimos.

Llamé a David para contarle todo mientras nos dirigíamos a casa, por suerte aceptó sin dudarlo.

Él lleva unos pantalones cortos de chándal sueltos y una camiseta de tirantes larga. En cambio, yo llevo un pantalón mucho más corto que el suyo pero también suelto, con un top deportivo y encima una camiseta de manga corta larga con la cual parece que no llevo pantalones.

Nos damos media vuelta y emprendemos el camino hacia las canchas de baloncesto que están a bastante distancia de donde nos encontramos.

Hugo se acerca a mi corriendo y me gira bruscamente.

- ¿Que pasa?

- ¿Sabes que no tienes que hacer nada de esto por mi no?- Me susurra con gesto duro.

- No lo hago por ti.

- Ah ¿no? ¿Y entonces por qué o por quién?

- No es de tu incumbencia porque coño estoy haciendo lo que estoy haciendo.

- Será de mi incumbencia si te encuentro en un puto callejón medio muerta porque cualquiera de los enemigos de Àlex te haya dado una puta paliza.

- Estaré bien. Sé cuidar de mi misma.

- No aquí, no conoces como es la gente aquí.

- Hugo, limítate a cumplir con tu trabajo, que ya me encargaré yo de completar el mío.

Saca un cigarro y se lo enciende, da una profunda calada y sin soltar el humo, me mira.

- Nadie te dijo que te metieras en toda esta mierda. No necesito tu ayuda.

- Ya bueno, yo tampoco la pedí la pasada noche y aún así viniste.

Echa el humo en mi cara, nublándome la vista por un instante.

- No era lo mismo, ese hombre..- Baja el tono para que David no nos oiga. - Ese hombre te podía haber... te podía haber hecho cualquier mierda.- Aprieta los puños y da otra calada.

Le miro, e intento evadir el recuerdo de las manos del chaval deslizándose por todo mi cuerpo.

- Pues yo no voy a dejar que el gilipollas de Àlex te arruine la vida.

- ¿Aunque cueste arruinarte la tuya?

-No, aunque cueste tener que hacerle creer que puede confiar en mi. ¿Tan tonta crees que soy como para dejarle que me destroce la vida?

- No le conoces, no sabes una mierda de él.- Su tono comienza a agravarse y parece cabreado.

- No te preocupes, ya le conoceré, tenemos mucho tiempo.

Me doy media vuelta y me voy con David hacia las pistas.

Al llegar, vemos a decenas de chavales en estas. Unos cuantos juegan, otros beben en el campo que las rodea, otros simplemente hablan entre ellos en pequeños grupos con música.

Miramos la escena y nos miramos entre nosotros.

- ¿Alguna idea?

- No. - Tomo aire.- Simplemente digamos que hemos venido a jugar unas canastas o a conocer gente y ya está. No nombramos el norte, y si alguien nos reconoce.. somos de la zona rica, no pueden relacionarnos.

PURO VENENO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora