Capítulo 1

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Las actuaciones serán como siempre han sido, diarias o conforme pueda, no tengo PC por lo que encontrarán errores ortográficos.

Narrador

Gino II leía sin poder creer la misiva que le habían enviado los líderes de los diferentes grupos Doyle. Recordaban que estaba por cumplir 64 años y que aún no quedaba claro quién era la persona que lo reemplazaría en tan alto cargo.

Resopla y tira de la carta, junto con las copias de las notas de prensa enviadas, en todas ellas se puede ver a su hijo en varias discotecas de la zona. Al ser un chico joven, era de entender que quisiera divertirse. No obstante, el problema radicaba en la persona que lo acompañaba en todas las fotos.

Vicky Dailly, era una chica de 22 años, seis menos que su hijo, con un prontuario extenso de idas a la estación de policía no sólo de Edimburgo, también de varias ciudades de Escocia. Cabe decir, que la mayoría por consumo de alcohol y estupefaciente. Ese era básicamente uno de los motivos por los cuales, los ancianos pedían hablar con él.

Para ellos su hijo, no llevaría con orgullo el apellido y sería incapaz de manejar a los casi el millar de miembros que eran hoy día el clan Doyle. Las leyes seguían siendo las mismas, nada había cambiado, el orgullo de tener ese apellido también. Sabía que su hijo podía hacerlo, contaba con todas las virtudes y destrezas para ello.

—¿Gino? —la voz de su hermano Guido, lo hace girar y lo encuentra en mitad del estudio del castillo contemplándolo con curiosidad —¿Te encuentras bien? —pregunta y asiente distraído —los ancianos están aquí, solo llegó un milenio.

Sonríe pese a que las cosas no están para eso y le entrega a su hermano la carta, misma que lee rápidamente y sin perder el tiempo. Hay además de las notas de prensa, una lista de las familias que tienen una hija en edad de casarse. Exigen que de ser su hijo el que tome el control (que está seguro lo será, porque no está en discusión) debe casarse con alguna de las hijas de esa familia.

—No va a aceptar —murmura leyendo los nombres de los apellidos y las chicas —¿Sabes que me parece esto?

—¿Una discusión con mi hijo y que más? —pregunta mordaz y su hermano ríe divertido.

Las arrugas se vislumbran en su frente, las líneas de expresión de alguien que ríe muy a menudo y su porte relajado lo conserva. Tiene 62 años, una esposa que lo adora y dos hijos que son su adoración.

—Bueno eso también —reconoce sonriendo —me recuerda a cuando tienes una pura sangre y quieres cruzarlo con alguien de su nivel. —asiente dándole la razón —Rose Mackay, anticuaria, nieta de Lady Mackay, única heredera del clan Mackay. —lee y Gino se detiene, quitándole el folio a su hermano.

Encontrándose con una hoja en blanco y mira con reproche a su hermano quien solo lo ve divertido. Sin entender porque esa chica es especial o que tiene que ver con su problema le exige explicación, una que está dispuesto a decir enseguida.

—Es todo lo contrario a Gino, tu hijo es insufrible, terco y obstinado —enumera y pone los ojos en blancos, pues está describiendo a cualquiera de los Doyle. —la chica tiene una chispa única que le ayudara a tu hijo.

—No voy a obligar a casarse a mi hijo con alguien que no quiere —le interrumpe, porque esta emocionado contando las virtudes de la dama. —No cuando ambos vivimos un infierno con Daniela y Carola. —Le recuerda.

Parece que sus años idílicos al lado de su amada Laura le han hecho olvidarse de todos sus diez años de casados. Sin embargo, su hermano tiene las respuestas a todo su comentario.

—No lo obligaras a casarse, solo les permitirás a ambos estar juntos una temporada —insiste —recuerda que polos opuestos se atraen y la abuela está más que feliz por esa unión.

Una Rosa en mi Invierno 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora