Capítulo 14

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—Muchas gracias por su asistencia y lamento no quedarme más tiempo, pero tengo un compromiso que no puedo posponer —me excuso con los miembros de la reunión y salgo a los pasillos.

La sorpresa es que el demonio no estaba en su lugar, lo que no era nada raro teniendo en cuenta lo curiosa que suele ser. Valery se levanta al verme en pie en la puerta y mirar a todos lados.

—Disculpe señor, la señorita Rose le dejo indicado que seguiría al guía —dice y asiento.

—¿Algo más? —pregunto y niegan, no obstante, su comportamiento es asustado y evasivo —¿Hace cuando se fue?

—Un poco más de una hora señor —responde la chica del final de la línea y que no recuerdo su nombre.

Miro la hora y me doy cuenta que ella tendría que estar aquí. Ese recorrido no suele durar mucho, no el de esta hora. Son estudiantes sacados de clases y deben volver, tomo el móvil y le marco a Gianluca. Porque le habrá convencido de ir ella sola y siendo tan persistente como es lo ha conseguido.

—Buenos día...

—¿Rose está contigo? —pregunto rápidamente y su respuesta no me gusta.

—No señor, de hecho, no termino el recorrido. Se quedó por los pasillos de los conmemorativos —responde y me acerco a los ascensores —creo que no le gustó mi recorrido y quiso hacer el suyo.

—El problema Gianluca es que ella no conoce la fábrica y tiene muchos lugares peligros —cuelgo rápidamente en vista que él no me dará información.

No puedo buscarla por todos lados y a ciegas, por lo que decido ir a las cámaras y ver a donde se había metido. Entro al ascensor, mientras le marco a mi padre preguntándole si esta con él, con una respuesta negativa cuelgo y marco a los de seguridad. Necesito el lugar exacto por donde se encuentra Rose Mackay.

—Fue vista por ultimas vez por el museo —les digo y me quedo en espera de respuesta.

—Creo se perdió señor —dice el hombre y le exijo explicarse —se quedó leyendo las placas de los cuadros de sus ancestros. Pero se pierde en el pasillo de las nuevas construcciones, no ha salido de allí y no hay cámaras en ese lugar aún.

—¿Algo más?

—De momento no señor —responde —enviaré a los guardias de ese piso, tendrán noticias antes que usted llegue.

Cuelgo y decido ir a la destilería, según los arquitectos era el lugar adecuados para el museo. Conservaba la vieja edificación lo que le daría al museo un toque único y no tendrían que dañar nada. Las puertas se abren minutos después, que realmente parecen horas y me encuentro con tres hombres inquietos al verme frente a ellos.

—¿Y bien? —pregunto y niegan. —¿Me están diciendo que no pueden encontrar a Rose?

—Lo siento señor, pero no hay nadie en el museo—se excusan y avanzo rápidamente.

—¿Por dónde entro? —pregunto al ver tres pasillos casi idénticos.

En pisos de piedra y las mismas similitudes del castillo, la parte de la destilería conservan los mismos detalles antiguos. Uno de ellos da al museo y si ella supiera ir, diría que se fue hacia él, pero como no es así.

—Pudo buscar la salida, —concluyo.

Regreso sobre mis pies y voy caminando uno a uno los cuadros, con las cámaras respectivas. Estoy a mitad de mi recorrido cuando escucho la voz de papá preguntar por mí y sigo avanzando rápidamente.

—Ella pudo llamar —escucho a mi padre decir.

Le he marcado y está apagado o no hay señal, "No hay señal". Repite mi mente y regreso esta vez corriendo, me encuentro a mi padre a medio camino.

Una Rosa en mi Invierno 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora