Capítulo 8

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El segundo día en el castillo pasó sin mayores problemas, regresé de casa de Thomas y su esposa Edine antes del mediodía. Con mi almuerzo y frutas para las meriendas, mientras su esposa creía en la historia que la novia quería potencializar al heredero de los Doyle, Thomas aseguraba que no le gustaba mi presencia en ese lugar. Él tenía sus motivos de peso para estar prevenido. La historia que tomé por equivocación algo que iba dirigido a otra persona dentro del castillo, sustentaba su miedo. "—Podría volver a suceder, esos hombres deben tener sus enemigos y tú serás usada como carne de cañón. Lo mejor es que no ingiera nada dentro de ese lugar".

Un consejo que tomé en práctica al llegar al castillo me acerqué a la cocina, saludé a las chicas del lugar, me presenté y dije no comería con ellos. Mi alegato fue simple y sencillo, tenía una dieta especial, también una abuela a quien no quería dejar sola a la hora de las comidas. En lo que quedó de la tarde, organicé mi agenda de trabajo, verifiqué las dimensiones de los daños y al finalizar el día supe que duraría como mínimo cuatro meses en ese lugar. Eso contando las noches y si los Duncan cumplían su palabra. Thomas me contagió de su energía negativa o quizás se debía a que tenía sentido.

Era de madrugada cuando fui a dormir, antes de hacerlo, organicé el tercer día de trabajo. A las ocho de la mañana iría a desayunar con la abuela, luego tendría que buscar el material de trabajo, el suelo que quiero instalar en la pequeña ciudad, la réplica del castillo Doyle que deseaba dejar como recuerdo por mi paso por ese lugar. Necesitaba un libro de historia de la familia o quizás algunas fotos antiguas de cómo era el sitio que había alrededor del castillo hace más de seiscientos años. Lo que rodeaba hoy día era un espeso bosque, pero imaginaba que anteriormente tuvo que existir aldeas a su alrededor. Estaba organizando mi salida y lugares que visitaría, con la mejor de las energías y cansancio propio de un día de trabajo agotador cuando mi móvil empieza a vibrar.

—Señorita Mackay —saluda una voz que conozco bien y me hace erizar la piel —espero tenga una buena excusa para dejarme el trabajo tirado.

Sé que debe saberlo porque me vigila, es de los pocos particulares que saben mi situación y que además es consciente de mi inocencia. Pese a que bastaba solo una llamada para que todos a busquen a Izan con un 90% de posibilidades de hallarlo, no lo hace. Por la sencilla razón que asegura mi problema no es de su importancia y es deber de mi familia buscarle solución.

Solo que mi única familia es mi abuela, la familia de mi madre, no solo le dio la espalda a ella hace años, también a mí. No asistieron al sepelio de mamá, jamás me llamaron para ver cómo estaba. Se trasladaron hace muchos años a Londres y allí viven todos felices en medio de lujos.

—Estuve en el hospital, imagino eso ya se lo han dicho —respondo en calma —mi diagnostico también y el causante de mi molestia.

La risa que escucho dice que lo sabe, no tengo dudas que Gino Doyle Duncan, es más Duncan que Doyle, el tipo es un sádico insufrible. Su tío es un hombre poderoso, con una fortuna y poder incalculable, amasada desde temprana edad y de las peores maneras. De ninguna manera me gusta su presencia, llevo dos meses trabajando para él y me parece una eternidad.

—¿Se encuentra usted mejor?

—Sí, gracias por pre...

—En ese caso, salga a la autopista un auto la espera —me interrumpe y antes de colgar dice —más le vale que nadie la vea, mi sobrino menos... O usted y su abuela estarán en serios problemas conmigo. —cuelga y me deja observando el móvil por mucho tiempo.

Eso tira por tierra la idea de decirle a los Doyle que me ayuden a terminar mi trabajo con su pariente, anula mi acusación sobre su sobrino, realmente pensaba que el sabría mi situación, con esa advertencia imagino que no es así y me plantea una incógnita más grande ¿Qué pensaría si lo sabe? Y si no es así ¿Le daría el lado a su tío? Difícilmente creo que el desconozca las andanzas de Tanned. Me deslizó de la cama, busco ropa adecuada para el frío, me visto y calzo rápidamente.

Una Rosa en mi Invierno 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora