Una Rosa en mi Invierno 2

Capítulo 40.

Narrador

Oculto entre los muros fuera de la destilería Gianluca divagada entre entrar a trabajar o no. Una vez se decide sube la capucha de su chaqueta, toma una de las cajas dispuestas en un camión y que contiene los muebles del museo y entra con sigilo. Cubre con la enorme caja su rostro y escucha a Rose Mackay hablar con el arquitecto y a este decirle que esa caja va en la oficina.

Se preguntaba en qué momento se metió en este lío, enseguida le llega la respuesta, fue una noche en que estaban su hermana Ángeles, su esposa y su pequeña hija de tres años, a punto de cantarle el feliz cumpleaños, él soplaría las velas y pediría un deseo.

Él pediría que todo volviera a ser como antes, cuando no había visto esa foto, fingir que el día anterior no pasó o que fuera borrado de su memoria. Eran una familia extensa, se había casado y tenía una hija, dos hermanos Ángeles y Klaus, de 20 y 15 años respectivamente, terminaban la lista su padre, madre y él.

Sus padres y Klaus estaban de viaje, por lo que ese cumpleaños en particular lo pasaría con pequeña familia y hermana. Todo era perfecto, las risas de su hermana aun podía escucharlas, era tan parecida a su madre que la amaba el triple por ello. Recuerda como saltó de la silla emocionada y corrió a abrirla.

El timbre sonó mucho antes de que las voces desentonadas del feliz cumpleaños se escucharán, creía no podía ser más feliz, descubrió rápidamente que las cosas pueden cambiar de un día a otro. El día anterior había acudido con Gino y su novia a esa casa, encontró la foto de su madre y se removieron recuerdos dolorosos. Él jamás había visto esa foto, tampoco a nadie en esas circunstancias y que fuera su madre le desestabilizó. Guardó celosamente ese momento y no quiso dañar el viaje de sus padres a París, pues se iban esa misma noche.

Como otras veces en que le herían los recuerdos o los descubrimientos silenció, sus miedos y los ocultó en el mismo lugar en que nadaban silenciosos sus demonios.

Fue Ángeles quien corrió a abrir pensando que era la sorpresa que su papá le tenía a su hermano. Todos esos demonios de los que hablaban, salieron a la luz ese día y el mayor de todos tocó a su puerta y comenzó su infierno. Erik, una chica y otro hombre entraron a su casa, amenazaron con matar a su hermana si no hacía lo que se le ordenaba.

Lo primero que hizo fue negarse e insistirle en que estaba en un error, Elizabeth su madre le estaba mintiendo, pero no le creyó. Necesitaba su colaboración para "desaparecer" (fueron sus palabras) a varios miembros de esa familia, tras negarse y ser golpeado se llevó a su hermana a la fuerza y desde entonces desconocían su paradero.

En las noches llegaba a solo a casa dormía allí y obligaba a su esposa a atenderle. Que no supieran de Ángeles hacía imposible que llamara a la policía. Sacude la cabeza y la golpea contra las paredes. Su padre le prohibió en su niñez los video juegos violentos y en la adultez, las armas.

Era un hombre pacifico, recurría al diálogo como método para solucionar todo. Eso no servía en esos momentos, porque Erik tenía una idea fija, llevarse a la esposa de Gino cuando todo terminara con su ayuda Gianluca.

Alejó sus pensamientos deja la caja a un lado y cruza todo lo que es el museo. Se oculta en una esquina, la que sabe aún no cuenta con cámaras y observa a la mujer que en esos momentos se acercaba al grupo.

Necesitaba poner en orden sus ideas y buscar una manera de solucionar su precaria vida. Era difícil trabajar en esas circunstancias, pensó que después de todo lo hecho, el seria por lo menos amonestado, pero vio con sorpresa que ello no sucedía. Sube hasta el área de recursos humanos y busca a Beatriz, quien sabe a esa hora está sola.