Desde que Draco Malfoy tiene uso de razón es un licántropo, Greyback se había encargado de ello cuando apenas era un chiquillo. Las veces en las cuales no se encontraba en su hogar solía pasar las frías y húmedas noches de luna llena completamente s...
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1 de septiembre, inicio cuarto año.
Harry fue llevado hasta la estación nueve tres cuartos por el matrimonio Black, se encontraron con los Weasley también ahí, a excepción de Charlie quien había vuelto a Rumania para seguir su trabajo con los dragones.
-- Recuerda no meterte en problemas hijo - Dijo Lupin mientras besaba suavemente la cabeza del chico.
-- Y si lo haces, recuerda enviarme una carta a mí, no a Moony - Le susurró al oído Sirius lo cual hizo que ambos soltaran una risa cómplice.
-- Tranquilos, no me meteré en problemas - Aseguró Potter y abrazó a cada uno fraternalmente en modo de despedida -- Suerte con la apertura de la librería.
-- Te enviaré fotos --Afirmó Remus - Ahora, toma el expreso o no llegarás Hogwarts Y dicho y hecho, el chico de ojos verdes subió al tren, comenzó a caminar por los vagones para encontrar a Hermione y Ron quienes para su sorpresa estaban sentados junto a Malfoy y Neville, saludó a su novio con un corto beso en la mejilla y después se sentó junto a Hermione quien venía con la cabeza metida en un libro.
Harry apreció a sus amigos por unos instantes, Longbottom aunque hablaba anímicamente con el único Slytherin se veía distraído y con los ojos perdidos en quién sabe donde, al parecer no fue el único que lo vio porque tanto él como Granger (quien era la que más tacto tenía) se miraron y después asintieron, como si se acabaran de hablar telepáticamente.
-- Neville -- Llamó su atención la morena, este paró de hablar con Draco y miró a la chica para que siguiera hablando -- ¿Cómo estuvieron tus vacaciones? -- Sonrió
-- Bien -- Tragó saliva -- Aunque mi abuela está en San Mungo, está delicada de salud -- Suspiró y luego su vista se dirigió hasta la ventana -- Los medimagos dicen que no le queda mucho tiempo de vida.
Y el tren partió, dejando a todos los de aquel compartimiento helados con el corazón casi en la mano al sentir la nostalgia y tristeza del tono que su amigo había ocupado para comunicarles aquella noticia, Draco era el único que además de eso sabía que sus padres estaban en San Mungo y que además de su abuela no tenía a nadie más, si ella moría el pasaría a ser cuidado por el ministerio el cual tenía un pésimo servicio con los niños.
-- Se pondrá bien, Neville -- Dijo por fin Hermione y así puso fin a ese tema que nadie más se atrevería a hablar si el chico no decidía decir algo.
El viaje pasó igual de rápido que todos los años, jugaron algunas cosas, Draco y Harry hablaron de su semana en Londres prometiendo que todos algún día jugaría Monopoly o Twister, Hermione habló de sus vacaciones en Paris y luego Ron siguió con las suyas en la copa mundial de quidditch donde se "enamoró perdidamente" de un tal Viktor Krum.
Se separaron para la ceremonia de selección, Draco se fue con Blaise y Pansy hasta la mesa de las serpientes quienes realmente estaban impacientes con recibir nuevos miembros y bueno, los Gryffindors se sentaron todos en la mesa de estos, Harry de un momento a otro se volvió a ver rodeado de Weasley y se sintió en casa, como siempre lo hacía.
