capitulo 61

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—¿Esa... era tu madre?—pregunto Naruto.

—Mi vieja y querida Madre—dijo Sirius—. Hemos intentado sacarla durante un mes pero pensamos que puso un Encantamiento de Adhesivo Permanente al dorso del cuadro. Bajemos las escaleras, rápido, antes de que todos se despierten otra vez. 

—Pero, ¿Qué hace el retrato de tu madre aquí?— Preguntó Harry desconcertado, al tiempo que cruzaban la puerta hacia el hall y bajaban una estrecha escalera de piedra Ron, Hermione, Erina, la señora weasley y Lupin los seguian.

 
—¿Nadie les dijo? Esta era la casa de mis padres—explicó Sirius—. Pero yo soy el último Black que queda, así que ahora es mía. Se lo ofrecí a Dumbledore como cuartel general, es prácticamente la única cosa útil que he podido hacer.

Naruto notó cuan dura y amargada sonaba la voz de Sirius. Lo Siguió hasta el final de los peldaños y a través de una puerta que conducía a una cocina en el sótano. Este lugar era apenas menos sombrío que el vestíbulo superior, un cuarto cavernoso con ásperas paredes de piedra. La mayor parte de la luz venía de un gran fuego situado en el extremo más alejado del recinto. Una neblina de humo de pipa flotaba en el aire, semejante a la humareda reinante luego de una batalla, a través de la cual se vislumbraban las amenazantes formas de pesados utensilios de cocina que colgaban del oscuro techo. Muchas sillas habían sido traídas para la reunión y en el medió se observaba una larga mesa de madera cubierta con rollos de pergamino, copas, botellas de vino vacías, y un montón de lo que al parecer eran harapos.

El Señor Weasley y su hijo mayor, Bill, con las cabezas juntas, hablaban quedamente al final de la mesa. La señora Weasley se aclaro la garganta. Su marido, un hombre delgado, pelirrojo, con una incipiente calva y con anteojos de montura de cuerno, miró alrededor y brincó inmediatamente

—¡Harry!— dijo el Sr. Weasley apresurándose para saludarlo y estrechándole la mano enérgicamente—. ¡Que bueno verte!

Sobre su hombro Harry vió a Bill, quien todavía llevaba su largo pelo en una cola de
caballo, enrollando a toda prisa los largos pergaminos que habían sobre la mesa.

—¿Tuviste buen viaje, Harry?—preguntó Bill intentando recoger doce rollos al mismo tiempo—. ¿Ojo Loco no te hizo venir vía Groenlandia, entonces?

—Lo intentó— dijo Tonks, dando un salto para ayudar a Bill y derribando una vela sobre el último trozo de pergamino—. Oh, no, perdón.

—Ay, querida—dijo la Sra. Weasley, con tono exasperado, mientras reparaba el pergamino con un giro de su varita mágica. En el destello de luz causado por el hechizo de la Sra. Weasley, Naruto alcanzó a vislumbrar lo que le pareció el plano de un edificio.

La Señora Weasley lo había visto mirar; arrebató el plano de la mesa y lo dejó en los brazos ya sobrecargados de Bill.

—Este tipo de cosas deberían ser retiradas puntualmente al finalizar las reuniones— dijo con irritación, antes del ir hacia un aparador antiguo del que comenzó a sacar platos para la cena.

Bill sacó su varita mágica, murmuró "¡Evanesco!" y los rollos desaparecieron.

—Siéntense—dijo Sirius—. Harry, ya conoces a Mundungus, verdad?

Harry negó con la cabeza.

—¿Alguien dijo mi nombre?—reclamó Mundungus, con voz somnolienta. se levantó revelando que lo que el creía que era arapos en realidad era el viejo calvo—. Estoy de acuerdo con Sirius ...

Levantó una mano muy sucia en el aire como si estuviera votando, los hinchados ojos rojos desenfocados. Ginny se rió.

—La reunión ha terminado Dung— dijo Sirius mientras todos se sentaban alrededor de él en la mesa—. Harry ha llegado.

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