A la mañana siguiente Naruto bajo antes que alguno de sus compañeros de cuarto se levantarán. Se cambió rápidamente y se dirigió a la salida de la torre de Gryffindor. Para su agrado, la sala común se encontraba vacía, a excepción de una Erina somnolienta esperándolo a lado del retrato de la Señora gorda.
—Buenos días~—Saludo Erina, con un rápido beso en la mejilla—. Vamos rápido, me muero de hambre.
—Sí, yo también—dijo Naruto, terminando de acomodarse la túnica—. Anoche me hiciste vomitar la merienda.
Erina rió nerviosa. Durante la noche anterior habían tenido un pequeño enfrentamiento, para medir que tal iban progresando sus habilidades cuerpo a cuerpo, el combate había subido de nivel muy rápido, terminando con un Naruto vomitando luego de un fuerte golpe de Erina en la boca de su estómago, y una Erina con las manos entumecidas debido a haber bloqueado un golpe de Naruto.
—Lo siento, anoche me emocione un poco—dijo Erina, jugando nerviosamente con un mechón de pelo.
—No te preocupes, seguramente tus brazos acabaron morados después de los golpes qué bloqueaste—dijo Naruto, soltando un suspiro, mientras terminaban de bajar las escaleras.
Unos cuantos Ravenclaws de 4º estaban cruzando el Hall de entrada; al ver a
Naruto corrieron a formar un grupo, como si pensarán que los iba a atacar—Y Dumbledore quiere que nos unamos para enfrentar a Voldemort—dijo Naruto sarcásticamente—. Les tiene mucha fé a personas que le temen a la verdad o simplemente son lo demasiado estúpidas para verla.
Siguieron a los Ravenclaws dentro del Gran Comedor, mirando instintivamente a la mesa de profesores. La Profesora Grubbly-Plank estaba hablando con Sinistra, la profesora de Astronomia, y
Hagrid brillaba por su ausencia. El cielo encantado estaba lleno de miserables nubes grises de lluvia.—¿Cuanto tiempo más crees que le tome a Hagrid llegar a un acuerdo con los gigantes?—le pregunto Erina, cuando llegaron a la mesa de Gryffindor.
—No lo sé. Tal vez por esa razón Dumbledore no mencionó cuanto tiempo iba a estar Grubbly-Plank ocupando el puesto. Puede que se tenga que ausentar todo el año.
Una alta chica negra de pelo largo se acercó a Naruto.
—Hola—dijo energicamente ella.
—Hola, Angelina—contesto Naruto.
—¿un buen verano?—y sin esperar respuesta dijo— Escucha, voy a ser la capitana del equipo de quidditch de gryffindor.
—Qué bueno, te felicito.
—Si, bueno, necesitamos un nuevo guardian ahora que Oliver se ha ido. Las pruebas son el viernes y quiero que el equipo entero esté alli ¿de acuerdo? Entonces podremos ver si el nuevo encaja.
—Alli estaré—dijo dijo Naruto. Angelina le sonrió y se fue—. Bueno, no creo que Angelina sea tan exigente como Wood.
Después de unos minutos, Hermione, Harry y Ron llegaron, y tuvieron una rapida conversación sobre la ausencia de Hagrid. Con gran estrepito, cientos de lechuzas aparecieron por las ventanas, descendieron por el comedor, dejando cartas y paquetes a sus dueños, y mojandolos; claramente fuera estaba
lloviendo. Hermione dejó su jugo de naranja para coger a una gran lechuza humeda que llevaba un empapado ejemplar del Profeta en su pico.—¿Por qué lo recibes aún?—dijo Harry enfadado, mientras Hermione dejaba un knut en la bolsa de cuero que la lechuza tenía en su pata—. Me molesta, solo es basura...
—Es mejor saber lo que dice el enemigo—dijo Hermione sombríamente, abriendo el periodico y desapareciendo tras él, sin aparecer hasta que Harry y Ron terminaron de comer.