A la mañana siguiente, Tom despertó a naruto, sonriendo como de costumbre con su boca desdentada y llevándole una taza de té. Naruto se vistió, kurama volvió a la jaula cuando Ron abrió de golpe la puerta y entró enfadado junto Harry, poniéndose la camisa.
-Cuanto antes subamos al tren, mejor -dijo-. Por lo menos en Hogwarts puedo alejarme de Percy. Ahora me acusa de haber manchado de té su foto de Penelope Clearwater. -Ron hizo una mueca-. Ya sabes, su novia. Ha ocultado la cara bajo el marco porque su nariz ha quedado manchada...
-Tengo algo que contarte -comenzó naruto, pero lo interrumpieron Fred y
George, que se asomaron a la habitación para felicitar a Ron por haber vuelto a
enfadar a Percy.Bajaron a desayunar y encontraron al señor Weasley, que leía la primera página de El Profeta con el entrecejo fruncido, y a la señora Weasley, que hablaba a Ginny y a Hermione de un filtro amoroso que había hecho de joven.
Las tres se reían con risa floja.
-¿Qué me ibas a contar? -preguntó Ron a naruto cuando se sentaron.
-después...-murmuró naruto, al mismo tiempo que Percy irrumpía en el comedor. Con el ajetreo de la partida, naruto tampoco tuvo tiempo de hablar con Ron.
Todos estaban muy ocupados bajando los baúles por la estrecha escalera del Caldero Chorreante y apilándolos en la puerta, con kurama, Hedwig y Hermes, la lechuza de Percy, encaramadas en sus jaulas. Al lado de los baúles había un pequeño cesto de mimbre que bufaba ruidosamente.
-bien, Crookshanks -susurró Hermione a través del mimbre-, te dejaré salir en el tren.
-No lo harás -dijo Ron terminantemente-. ¿Y la pobre Scabbers?
Se señaló el bolsillo del pecho, donde un bulto revelaba que Scabbers estaba allí acurrucada. El señor Weasley, que había aguardado fuera a los coches del Ministerio, se asomó al interior.
-Aquí están -anunció-. Vamos, Harry, naruto.
El señor Weasley condujo a naruto a través del corto trecho de acera hasta el primero de los dos coches antiguos de color verde oscuro, los tres conducidos por brujos de mirada furtiva con uniforme de terciopelo verde esmeralda.
-Suban, Harry, naruto-dijo el señor Weasley, mirando a ambos lados de la calle
llena de gente. Harry y naruto subieron a la parte trasera del coche, y enseguida se reunieron con ellos Hermione y Ron, y para disgusto de Ron, también PercyEl viaje hasta King's Cross fue muy tranquilo. Los coches del Ministerio de Magia parecían bastante normales, aunque naruto vio que podían deslizarse por huecos que no podría haber traspasado cualquier otro.
Llegaron a King's Cross con veinte minutos de adelanto; los conductores del Ministerio les consiguieron carritos, descargaron los baúles, saludaron al señor Weasley y se alejaron, poniéndose, sin que se supiera
cómo, en cabeza de una hilera de coches parados en el semáforo.El señor Weasley se mantuvo muy pegado a Harry y naruto durante todo el camino de la estación.
-Bien, pues -propuso mirándolos a todos-. Como somos muchos, vamos a entrar de dos en dos. Yo pasaré primero con Harry. Naruto, sigues tu con Ginny
El señor Weasley fue hacia la barrera que había entre las plataformas nueve y diez, empujando el carrito de Harry y, según parecía, muy interesado por el Intercity que acababa de entrar por la vía 9. Harry lo imitó.
-vamos-dijo naruto a Ginny. Caminaron a la barrera, empujando los carritos y cruzaron la barrera
Un instante después, cayeron de lado a través del metal sólido y se encontraron en la plataforma nueve y tres cuartos.