Capitulo 8

137 11 6
                                    




Thimothe

No puedo creer que halla tomado tanto anoche, los malestares eran horribles, las nauseas, la resaca y el ligero mareo, y todavía no podía sacarla de mi cabeza, creo que el alcohol no ayudo, ¿Qué diablos tenia que hacer para ya no recordar esa noche?, las mujeres para mi nunca fueron un problema, las follaba y las dejaba con facilidad, pero con ella no era así, desde el primer momento, la desee, mas de lo que nunca había deseado a nadie, me estaba volviendo loco, pero no lo admitiría.

-¿Thim, estas ahí? -Me pregunta John, era un buen amigo, nos conocíamos desde la primeria, contaba con el para lo que fuera, era mi único amigo, mi mejor amigo, solo confiaba en el.

-Si, estoy escuchándote -Le mentí, llevábamos varios minutos sentados en uno de los bancos de la escuela, veía el reflejo de varias chicas que pasaban en frente de nosotros y saludaban, para ser sincero no recuerdo sus nombres, posiblemente había pasado el rato con alguna de ellas, pero no prestaba atención, John hablaba de algo, pero mi mente estaba en otro lugar.

-No lo creo, acaban de tocar el timbre para entrar al aula, y no te has levantado, no estas en este mundo -Me responde, no contesto así que continua -¿Me dirás que te ocurre? -Pregunta, solo se me ocurrió cambiar el tema, no es fácil para mi admitir que estoy pensando en una chica, nunca me había pasado.

-Deberíamos irnos al aula, sabes que estas a punto de reprobar este año -Le contesto, para cambiar el rumbo de la conversación.

-No lo hare, te tengo a ti, el cerebrito -Responde mientras se levanta y camina, yo camino detrás de el.





Varias horas después

El maestro de biología de Taylor, me comunicaba de su tardanza de ese día, había recibido una llamada de su parte una hora antes, pidiendo verme, así que inmediatamente salí de la escuela, me dirigí a hablar con el y explicarle que era mi culpa y que no volvería a ocurrir.

Nos encontrábamos en medio de un pasillo, Taylor esta a mi lado, se notaba molesto, levante un momento la mirada y estaba ahí, frente a mi, al final del pasillo, hablando con la rubia que la fue a buscar a mi cuarto de juegos la noche que la conocí, y solo se dieron la vuelta y caminaron hacia el otro lado.

Era obvio que me había visto y me evito, -¿Acaso ahora me huyes pequeña?


Rebecca

Creo que este es su pasatiempo, aparecer de la nada y descontrolar mis hormonas, esa escena me recordó la primera vez que lo conocí, pero seguía sintiendo los mismos nervios, solo pude girar hacia el, mire su hermoso rostro entre la oscuridad, solo un poco de luz de luna me permitía ver con claridad su cara.

-¿Como entraste? -Pregunte en total confusión.

-¿Por que me evitaste esta tarde en el pasillo de la escuela? -Odio que contesten mi preguntas con otras preguntas, y no quería decirle lo que su sola presencia me generaba, aunque el ya lo sabia, así que gire mis ojos hacia arriba y camine hacia mi cuarto, con el detrás de mi esperando una respuesta.

Coloque mi mochila sobre mi cama, y me dirigí al baño, cerrando la puerta frente a el. Trataba de aparentar como si no me importara su presencia, aunque mis nervios estuvieran alborotados por el simple hecho de verlo, luego de unos minutos salí del baño, con mi bata cubriéndome, el seguía en mi cuarto, recostado de mi escritorio, el mismo donde la noche anterior me encontraba con el entre mis piernas.

-¿No te iras? voy a colocarme mi piyama. El se ríe.

—Que no se te olvide que quien te coloco esa piyama anoche, fui yo, quien acarició cada parte de tu cuerpo, fui yo, a quien le rogabas que te follara con mas fuerza era a mi, así que dejemos las tonterías a un lado —Me dice

—Valla, esa no es la forma de tratar una amiga —. Contesto, el camina hacia mi, dejando solo unos centímetros de distancia entre nuestros cuerpos.

—A ti te cogeria de todas formas — Susurra en mi oído. —pero soy tu amigo porque no quiero dañarte, así es mejor, pero tampoco quiero que me evites, ¿Queda claro? —. No sabia que contestar, actuaba como si para el fuera necesario tener total control sobre mi.

—Te sientes con poder sobre mi, pero no lo tienes —. Mi respuesta no lo dejo muy contento, en unos instantes me tenia contra la pared, sujeto mis manos con solo una de las suyas, y las presiono fuerte por enzima mi cabeza, no miento, me encanto como se sintió, me miro fijamente y dijo.

-No me provoques Rebecca, ¿Sabes lo que te haría por esta falta de respeto? A mi me gusta que me obedezcan, y mi forma de enseñarte como guardar silencio y hacer lo que yo diga, es algo que no quiero mostrarte, me encantaría. -Dice mientras muerde su labio inferior, y observa mi cuerpo de arriba a abajo, lo que provoco que mi piel se erizara, y continua. - Pero no, así que no te aproveches, que seamos amigos no desaparece las malditas ganas que tengo de chingarte ¿Entiendes? -Demonios, sus palabras provocaron que mi respiración se acelerara, y sentía como iniciaba la humedad entre mis piernas.

-¿Si señor? -Me pregunta Thimothe.

-Si señor -Contesto, resistiendo las ganas de pedirle que me mostrara todo lo que podía hacerme.

Soltó mis manos, y camino hacia la puerta de mi cuarto. -¿A donde vas? -Pregunto.

-Te esperare en la sala, respetare que somos amigos, desde ahora, no te tocare, besare o te veré desnuda, no quiero arriesgarme, contigo es difícil resistirme y no quiero que ocurra lo mismo que anoche.

-¿Ah, pero si puedes hablarme de la forma que lo acabas de hacer? eres muy complicado sabias -Contesto.

-Que seamos amigos, no quiere decir que dejare de ser cien porciento transparente con lo que pienso. -dice mientras sale del cuarto con una sonrisa en su rostro.

-Thimothe Gutiérrez, te odio tanto como te deseo - digo en voz baja, mientras el camina por el pasillo.

Una Sumisa MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora