Capitulo 17

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Jonathan


Las discusiones en la planta baja se escuchaban claramente en mi cuarto, a pesar de encontrarme a puerta cerrada, era común, desde niño viví entre gritos y maltratos por parte de ese monstruo quien no era ni mi padre, consumía todo aquello que fuera  dañino para su cuerpo, pero prometió cambiar, al igual que siempre, y la historia se repetía una y otra vez.

Mi madre se había casado con aquel patán unos años atrás, y el maltrato no solo era verbal, sino también físico, para ambos, me sentía un cobarde por no defenderla, por no evitar que la agredieran y abusaran de ella en frente de mi.

Como me temía, los gritos de mi madre por culpa de los golpes hicieron que me levantara de la cama lleno de furia, baje las escaleras y camine hasta la sala,  mi madre estaba tirada en el piso, su rostro ensangrentado, su cuerpo encorvado  de dolor, sus ojos rojos de tanto sollozar, y sus labios cansados de suplicar piedad a aquella bestia.

El me observo, su mirada fría y perdida, posiblemente con una que otra sustancia ilegal en su sistema, se detuvo, me quede helado, había pasado esto muchas veces y nunca tenia el valor de enfrentarlo como un hombre, quizás ni siquiera era un hombre.

-¿Que haces aquí maldito bastardo? -Me grita. No hice nada, baje mi mirada como todo un cobarde. -¿Quieres que te rompa la cara? ¿Te crees muy hombrecito verdad? apuesto que saliste de tu cuarto sintiéndote un héroe a salvar a tu mami. -Continua mientras se acerca a mi.

-Déjalo Saul, por favor. -Suplica mi madre casi sin aliento, mientras continua tirada en el piso.

-¡Cállate! -Grita causando que mi cuerpo temblara de pavor.

Sostuvo fuerte la parte trasera de mi cuello y me lanzó al piso, el golpe fue tan violento que desmaye.



Rebecca


Entre a la escuela, caminando por el pasillo buscando mi casillero, Taylor y Silvia ya habían entrado, y a lo lejos pude observar a Jonathan de espaldas y corrí para saludarle, me pare tras el y coloque mi mano en su hombro. -Jonathan hol... -Me quede sin palabras cuando gire su cuerpo y en la parte izquierda de su frente habían unos vendajes.

-¿Que te ocurrió? -Pregunte preocupada, mientras tocaba ligeramente las gasas.

-Na--da. me caí, es todo. -Me responde mientras baja la mirada, no era tan tonta para creer en ello.

-No me mientas Jonathan. -Le digo, sosteniendo su mejilla y levantando su rostro obligándolo así a verme. Sus ojos se llenaron de lagrimas y un fuerte abrazo hizo que comprendiera que algo no estaba bien. -Puedes contarme lo que sea, quizás yo pueda ayudarte. 

-No, nadie puede ayudarme. -Su respuesta me genero confusión y a la vez preocupación.

-Jonathan...¿Qué te ocurre? -Vuelvo a preguntar, lo vi tan triste, tan frágil, tan deshecho que me rompió el corazón. Desde que lo conocí siempre fue alegre y sonriente, al parecer no lo conocía lo suficiente. Lo separe de mi, coloque mis manos sobre sus mejillas y plasme un delicado beso en su frente.

-¿Confías en mi? -Pregunto. -Por supuesto. -Me susurra.

Trataba de contener las lagrimas, mientras lo veía, estaba destrozado, podía notarlo en su mirada, no era algo resiente, llevaba mucho tiempo guardando aquello, en sus pupilas se reflejaban las ruinas de aquello que debía ser un imperio. No percibía simplemente dolor, también había furia,  y eso me preocupo aun mas.

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