El reencuentro II

170 11 7
                                    




Volver a mi rutina, algo que realmente odio, es lunes nuevamente, ya han pasado tres días desde aquel suceso, luego de recibir un extraño presente el sábado, no tenia mas información acerca del ardiente chico que había conocido de aquella manera tan extraña.

Silvia y yo nos encontramos en nuestra cafetería favorita, la escuela estuvo igual que siempre, estábamos sentadas, ella tenia su jugo de naranja y yo mi malteada de chocolate, siempre ordenábamos lo mismo para ser sincera, -El ultimo años cada vez esta mas complicado. -Me dice Silvia mientras toma un sorbo de su jugo, -Que esperabas, en tan solo unos meses termina nuestro ultimo año escolar, lo mejor. -Digo.

-Yo si extrañare la escuela. -Me contesta, pero como iba a odiarla si era popular y todos los chicos la deseaban, por supuesto amaba la atención que recibía constantemente, -Pero, te tengo noticias, y se que te encantaran. -Me dice emocionada. -¿A ver? -Pregunto. -Taylor me dijo que podía ir el día que deseara a su casa, y si quieres, puedes venir conmigo, así puedes volver a ver a tu galán, sabes que nunca me ha interesado, pero por ti lo haría. -Me dice.

Realmente todavía no lograba sacar los pensamientos de el de mi mente, pero no me atrevería a aparecer en su casa, pensaría que estoy muy desesperada, y lo estoy, pero el no tiene porque saberlo. -No será necesario. -Le contesto.

Luego de terminar nuestras bebidas caminamos para llegar por fin a nuestros hogares, la casa de Silvia esta primero en el camino de vuelta a nuestras casas, así que unas cuantas cuadras camino sola, al llegar a la casa, abro la puerta y camino hacia mi cuarto, inmediatamente entro encuentro una nota encima de mi cama, mi primera impresión fue miedo, al pensar que alguien entro a la casa o incluso podría seguir allí, tome de inmediato la nota y al leerla mi sorpresa fue aun mayor.

Hola pequeña, espero que te halla gustado el regalo que te envié hace algunos días, me encantaría ver como te queda puesto, por ahora, ven a mi casa esta noche, te espero a las 9:00 p.m.


Enserio, piensa que soy tan fácil, no iré, no soy un objeto al que puede mover a su antojo, me moría por verlo otra vez, pero mi dignidad estaba ante todo, tire la nota en un pequeño cubo de desechos que tenia a a una esquina de mi mesa de estudio, y me dirijo al baño.

Luego de unas horas, me encontraba en mi cuarto, sentada en la silla de mi mesa de estudio, tenia algunas tareas pendientes, estaba realizando algunas, mi escritorio estaba lleno de libros y todos mis materiales escolares, al mirar la hora eran las 9:37 p.m. Cumplí mi palabra, no pensaba ir a su casa, no quería que me tomara como una chica fácil, o del momento.

Llevaba algunas horas sentada en mi escritorio, ya no podía continuar, mis dedos estaban muy cansados, al mirar el reloj nuevamente eran las 11:07 p.m. -Ya es tiempo de detenerme -Me reclamo a mi misma, no tenia sueño, estaba acostumbrada a dormir un poco tarde, y ya que mamá nunca estaba, nadie me reclamaba por no dormir temprano.


Me arrepentía un poco de no ir a su casa, pensaba en todas las posibilidades de lo que esa noche pudo pasar, pero ya era muy tarde para arrepentirse, de pronto sentí un sonido detrás de mi, provenía de mi ventana, me pareció extraño, al pararme de mi escritorio, veo como mi ventana se abre, mi corazón comenzó a latir muy deprisa, no sabia que hacer, pero lo vi, entran por mi ventana, el chico de aquella noche, llevaba una camisa negra con las mangas recogidas hasta los codos y un pantalón del mismo color, creo que el negro era su color favorito, se veía muy bien para ser sincera, me gustan los hombres que visten de esa manera, tenia una expresión de enojo, creo que era una costumbre verlo de esa forma.

Una Sumisa MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora