Llámame tío.

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-¿Café? -Pregunto aquel hombre sentado en un amplio sofá, yo negué acomodándome en el asiento frente a el.

-Oki, supongo que tu visita tampoco es para tomar café. -Contestó sonriente.

-Quiero saber mas de mi padre. -Escupí y este me miro atento.

-Era un bastardo. -Respondió, esperaba que tratara  de cubrir sus faltas pero no. Este rio con gracia, ya iniciaba a molestarme que fuera tan risueño.

-¿Qué? -Pregunte molesta.

-Debiste ver tu rostro, se que esperabas que dijera cosas buena de el, es lo mas probable, pero no porque te estaría mintiendo, fue un mal hombre y todo lo que tu madre te conto es cierto. -No tenia palabras.

-¿Entonces porque me buscas? -Interrogue.

Este resoplo antes de responder. -Que las personas hallan sido malas no quiere decir que debemos ser malos con ellos también. -Inicio.

-No estoy de acuerdo contigo. -Opine y este asintió.

-Lo se, estas joven aun, pero el tiempo te enseñara que pagar con la misma moneda nunca te hará sentir bien, pero hacer el bien a pesar de lo mala que sea la gente te hará sentir regocijo.

-Paso, prefiero ver sufrir a la gente que se merece sufrir, mi padre por ejemplo. -Declare.

-Entonces lo que te pediré no tendrá una respuesta positiva. -Manifestó echando su cuerpo hacia atrás y mirándome fijamente.

-Pídelo de una vez. -Ordene.

-Rebecca, eres mi sobrina, de pequeña no pude conocerte como me hubiese gustado y lo mínimo que deseo es perder la única familia que me queda. -Dijo con una sonrisa.

Unos segundos todo fue silencio en el pequeño cuarto del motel, sentí paz con sus palabras, y en lo personal también quería tener un tío en mi vida.

-El café estaría bien. -Hable a lo que este rio. 

-Café será. -Respondió tomando su cámara de sobre la mesa y ordenándome salir.

-¿No tienes cafetera cierto? -Pregunte.

-No venia en el paquete de 30 noches del motel. -Rio abriendo la puerta a lo que yo le seguí.




Jonathan.


-Esta sin duda es la mejor cafetería. -Alago la castaña.

-Si, conocí el lugar gracias a Rebecca y Silvia, siempre veníamos luego de la escuela. -Esplique y esta me miraba atenta, a veces me intimidaba que me mirara de esa manera, sus ojos tenían un brillo e intensidad que me hacia tartamudear y un asunto se despertaba.

-Rebecca y Silvia son muy agradables, me caen muy bien, a pesar de no conocer bien a Rebe. -Explico esto ultimo llevando una cucharada de helado a su boca.

-Ella es especial, se que si tienes la oportunidad de conocerla te caerá muy bien. -En verdad la risada era un caso aparte el cual no había podido superar.

-Te gusta cierto. -Dijo.

-No, claro que no Ashley. -Rei, aun me gustaba pero mis sentimientos no eran correspondidos.

-Si es mi tipo, lo admito. -Cometo la castaña, para mi no era un secreto que Ashley fuera lesbiana, una noche me lo confeso, me sentí bien al saber que tenia la confianza de contármelo y por esa razón nunca había comentado su secreto mientras ella desidia "salir del closet".

Una Sumisa MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora