Capitulo 12.

90 10 2
                                    



Nota de la autora: Hola, chicos, espero y la historia  les este gustando, es la primera que escribo y no se si lo estoy haciendo bien, acepto criticas.




La discusión con Thimothe me había afectado de una manera que nunca imagine posible, las ultimas semanas no tenían comparación, el tiempo que había pasado con el, y su compañía cada noche me habían regresado el animo, pero no permitiría que eso me deprimiera, no dejaría que notara lo necesario que se había vuelto en mi vida.

-Tierra llamando a Rebecca. -Dice Jonathan mientras se acerca a mi.

Me encontraba sentada en el comedor junto a el y a Silvia, aun sentía un poco de vergüenza  por lo ocurrido la noche anterior, pero Jonathan actuaba como si  ignorara lo sucedido, y yo en realidad no me sentía de ánimos de tocar el tema, así que le seguí la corriente.

-¿Si? -Pregunto mientras Silvia y Jonathan me miran con preocupación.

-Hoy te vez mas distraída de lo normal. -Me dice Silvia.

-Estoy preocupada por la tarea, aun no le hemos terminado, es todo. -Contesto.

-¿Y si hoy vamos a mi casa a terminarla? -Sugiere Jonathan.

La verdad no estaba de buen humor, pero no quería pasarme el día pensando en Thimothe así que acepte, al igual que Silvia.

-Hey. -Dice Jonathan mientras levanta su mano en forma de saludo.

No sabia a quien saludaba, ya que estaba de espaldas a la dirección en la que el miraba, así que gire la cabeza para darme cuenta que era  Taylor,  estaba caminado hacia nuestra mesa, saludando a Jonathan de la misma forma.

-¿Como estas? -Pregunta Taylor.

-Muy bien bro. -Contesta Jonathan, mientras Silvia y yo nos mirábamos con total confusión, sin entender en que momento se volvieron tan amigos.

Luego de una pequeña conversación Taylor se va despidiéndose de todos en la mesa, principalmente de mi prima. -Valla, son buenos amigos. -Dice Silvia de forma claramente sarcástica, ella no toleraba el comportamiento de niño rico de Taylor, y por eso siempre lo había rechazado, pero notaba que había madurado mucho el ultimo año.

Jonathan se ríe. -Si, es buen chico, me callo super bien cuando me lo tope en la calle anoche,   caminamos juntos  unas cuantas cuadras  luego de... Tu ya sabes Rebecca.

La confusión de Silvia se volvió mayor. -Esperen, ¿Qué esta pasando? Primero, nos fuimos juntos Jonathan y no vimos a Taylor y mucho menos camino con nosotros, y dos, ¿Qué paso anoche que ambos saben menos yo?

No sabia que decir, sabia que Silvia se enojaría conmigo por no haberle contado, lo que paso con Jonathan y luego la discusión con Thimothe.

-A Jonathan se le quedo su cuaderno y volvió a buscarlo, es todo. -Contesto dejando a Jonathan con la palabra en la boca.

-Si, pero también paso algo mas. -Dice Jonathan y mis nervios se dispararon. -Taylor nos invito a una fiesta el fin de semana. 

Respire profundo, dejando salir todo el aire de mis pulmones sintiendo un gran alivio. -Debe ser una broma. -Dice Silvia.

-Si, nos invito a los tres, con la condición de poder hablar contigo, no sabia que le gustabas. -Contesta Jonathan.

-Desde quinto grado. -Respondo entre carcajadas, debí haberme imaginado que Taylor se acercaría a Jonathan para así también estarlo de Silvia, pero la fiesta no sonaba nada mal, necesitaba despejar mi mente y divertirme un poco.

-Bueno, por la fiesta hare un sacrificio, necesito alcohol en mi sistema lo mas pronto posible. -Nos contesta Silvia.

-Pues, perfecto. -Agrega Jonathan y justo en ese momento el timbre para entrar a la próxima clase sonó.

-¿Nos vamos para mi casa luego de la escuela para poder terminar los ejercicios? -Pregunta Jonathan.

-Si, claro. -Contesta Silvia mientras camina hacia la salida del comedor y yo afirmo con la cabeza saliendo detrás de ella.


La hora de salida había llegado mas pronto de lo que esperaba, y realmente me alegraba, Silvia y yo nos encontrábamos afuera en el parqueo de la escuela esperando a Jonathan para dirigirnos a su casa. Mi vista buscaba entre la multitud a Jonathan pero mi ojos se encontraron con la persona que menos deseaba en ese momento, era Thimothe, recostado de la puerta de su Jeepeta al parecer esperando a que Taylor apareciera.

Mis hormonas estaban descontroladas, no podía contener mis ganas de correr hacia el y abrazarlo.- Rebecca no seas estúpida apenas anoche había ocurrido todo y tu ni siquiera podías mantener tu orgullo. -Me reclamaba mi juicio.

Y junto antes de que pudiera separar mi mirada de el, me miro, sentí como si mi corazón buscara salir de mi pecho, rogaba que se acercara a mi, que dijera que se arrepentía de lo que había ocurrido, y que todo volviera a estar como antes, pero no,  pude notar la tristeza que lo invadía, y supe que no era la única que se sentía mal por lo ocurrido, mi mirada se separo de la suya cuando apareció Jonathan frente a mi. 

-Nos podemos ir. -Dice.

 -Si, claro. -Contesto mientras bajo la mirada y camino tras el y Silvia, no quería hacerlo pero necesitaba verlo una vez mas y  voltee  Thimothe seguía mirándome pero esta vez con ira, con celos, y me sentí poderosa, sabia que de esa forma podría hacer que se arrepintiera de todo lo que había dicho, y quizás esos celos y la necesidad de tener poder sobre mi, lo llevarían a buscarme. 



La tarde en la casa de Jonathan transcurrió  lo mas normal posible  y por fin habíamos terminado de los ejercicios, caminaba hacia mi casa después de dejar a Silvia frente a la suya, y al abrir la puerta mire a mi madre sentada en el mueble de la sala.

-¿Mamá, que paso, no deberías estar trabajando? -pregunto sumamente confundida, en su cara se notaba su enorme preocupación y yo aun no comprendía porque, me senté a su lado y la mire a los ojos.

-Rebecca, me despidieron, ya no tengo empleo, y no se como vamos a mantenernos hasta que pueda conseguir uno nuevo. 

No sabia que decir, las lagrimas caían por su mejilla y un nudo se formo en mi garganta, solo pude abrazarla y consolarla, mi madre era una mujer soltera y ahora no teníamos un soporte económico, en sus turnos en el supermercado no ganaba un dineral pero nos alcanzaba para sobrevivir, pero ahora, todo iba de mal en peor.

-Todo estará bien mami, no te preocupes, resorberemos esto juntas, disminuiremos los gastos, trataremos de ahorrar lo mas posible, haremos todo lo que sea necesario. -Le digo, mientras la abrazo con todas mis fuerzas.

-Gracias princesa, gracias por darme tantos ánimos, eres una excelente hija. -Me contesto, y sentía que esto nos ayudaría a unirnos un poco mas como madre e hija, pero no seria nada fácil.

Rebecca queda claro que la buena suerte no es tu mejor aliada.




Una Sumisa MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora