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Últimamente se sentía realmente deprimido, había dejado de sentirse de esa manera desde que conoció a Josh pero se sentía todavía peor de que ahora fuera el mismo Josh quien lo hiciera sentir de esa forma.

Y no era que estuviera culpandolo de eso, pero cada vez que lo escuchaba hablar de esa forma tan triste y desilusionada le hacía pensar en la realidad que los rodeaba  la cual no era nada optimista. Tyler constante mente armaba mundos en su cabeza donde Josh y él podían estar juntos sin tener que esconderse, donde la gente los aceptaba, o donde en el planeta no había nadie más que ellos dos siendo dueños de todo.

En sus momentos más solitarios y enloquecidos hacia planes de como huir de casa, pero sabia que eso sería difícil, también por su familia (por su hermana realmente) abandonarlos solo así le parecía cruel. Pero a veces le emocionaba la idea, sonreía y sus mejillas se teñian de rojo al imaginar una vida con Josh, una verdadera, así como el pelinegro le pidió.

—Tal vez algún día podamos dar un paseo en la noche, más arriba en la montaña parece que pudieras tocar la luna—decía Josh mientras colocaba las palmas de sus manos contra las de Tyler—Se ve muy grande y brillante, creo que puede gustarte.

Tyler no respondió, solo escuchaba como Josh contaba plan tras plan de todo lo que podían hacer juntos y le encantan solo oír el entusiasmo y felicidad en la voz de Josh.

—¿Por qué no dices nada?—dijo Josh frunciendo los labios.

—Me gusta escucharte—dijo Tyler entrelazando los dedos de su mano con los de Josh.

—Pero a mi gusta que me respondas cuando digo algo—se quejó Josh frunciendo el ceño—¿No te agradan mis ideas?.

—Me encantan todas tus ideas—Tyler sonrió dulcemente—Claro que podemos hacer todo lo que quieras pero por ahora ya tengo que irme.

De inmediato Josh se abalanzó sobre Tyler para abrazarlo, haciendo reír al castaño ya que sabia que lo hacia para que no se fuera. Josh soltaba un suave gruñido mientras pegaba sus labios a la mejilla de Tyler.

—Espera, solo un minuto más, o dos o tres, o una hora, ¿puedes?—preguntó Josh, mordiendo suavemente la mejilla del castaño.

—Lo siento, Josh, tengo que irme—Tyler se separó un poco, tomando a Josh del rostro para plantarle un beso en la mejilla—Es un poco tarde así que me gustaría que me acompañaras.

—¿Puedo tomar tu mano durante el camino?.

—Claro que puedes.

El sol aún no se ocultaba pero estaba a punto de hacerlo, más que temer de que algo le ocurriera en el camino, Tyler quería pasar con Josh unos minutos más, cada vez que su cabeza se cubría con una leve capa de nieve, el pelinegro se encargaba de limpiarlo, preguntando si estaba bien. Le gustaba demasiado el nivel de preocupación que sentía Josh por él, nunca antes nadie mostró ese nivel de interés en su persona, y que fuera de parte de Josh lo hacía aún mejor.

—Solo hasta aquí, Josh, no es buena idea que te acerques mucho—habló Tyler en cuanto llegaron al mismo lugar de siempre.

—Está bien—aceptó Josh en voz baja, agachándose para abrazar a Tyler—Te quiero, Ty.

—Lo sé, yo también lo hago—Tyler sonrió acariciando su nariz contra la de Josh—Y espero que lo sepas.

—...lo sé—Josh también sonrió—Y eso me gusta.

—Nos veremos pronto, ¿sí?.

Josh asintió emocionado, ambos se besaron dulcemente por un segundo y después Tyler comenzó solo el resto de su camino a casa, para cuando llegó a su pueblo la luna ahora era quien dominaba el cielo, la miró un momento, pensando en Josh mirándola también, lo que lo hizo sonreír.

Beast        {joshler} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora