Beast {joshler}

05

La cabaña se encontraba en un asfixiante y pesado silencio, Tyler se mantenía alejado, sentando en una esquina de la casa sin quitar la mirada de la bestia que seguía dormida. Faltaba mucho para que amaneciera e irse y arriesgarse a que un animal lo atacara o que se perdiera en medio de la oscuridad no era una opción muy viable, pero el quedarse tampoco era algo que le agradara.

A pesar de no haberlo dañado antes, quizá luego de despertar y verlo, se molestaría por haberle disparado. En ese momento Tyler recordó, ¿dónde estaba su arma?, seguramente la dejó tirada por alguna parte del bosque cuando auxilio a la bestia.

No tenia con que defenderse si despertaba y lo atacaba. Tyler intentó tranquilizarse, lo que sea que fuera, la bestia podía hablar claramente y parecía incluso saber lo que se necesitaba para tratar una herida, que su aspecto fuera tenebroso y salvaje quizá no englobaba toda su personalidad. Si despertaba, Tyler podía disculparse y pedirle que lo dejara irse, diciendo que no le diría a nadie de su existencia, eso podía funcionar, aunque también podía simplemente ignorar sus palabras y arrancarle un brazo.

El castaño pidió a todos los Dioses que cuando despertara fuera después de que el sol saliera para poder huir. Se quedó en el mismo sitio toda la noche obligandose a no vencerse ante el sueño, el cuerpo le temblaba cada vez que veía a la bestia moverse levemente, cerca de lo que calculó como las 5 de la madrugada, los ojos se le cerraron sin previo aviso, sin poder resistir más, quedándose dormido solo unos minutos, pero lo despertó de golpe un sonido enternecedor. Tyler dio un brinco, poniéndose de pie y comenzando a respirar de forma errática cuando notó que la bestia ya no estaba en el sofá.

Se acercó lentamente ahí, el sofá seguía mullido, lo que indicaba que no tenia mucho de haberse levantando, y cuando se dio la vuelta, sus ojos se abrieron con sorpresa al igual que la boca,quiso gritar pero la voz se le atoró en la garganta. A pocos centímetros suyo, se encontraba la bestia de pie, mostrándole una expresión de fastidio y molestia, su ceño estaba fruncido y su espalda encorvada hacia abajo, como para poder mirarlo mejor.

—Tu me disparaste—soltó con una voz intimidante y estremecedora.

Un gruñido salió desde lo profundo de la garganta del ser de cabellera negra, haciendo a Tyler retroceder hasta que su espalda chocó contra la chimenea dejándolo sin escape.

—L-Lo...l-lo s-siento—murmuró con voz débil, mirandolo aterrorizado.

—Un lo siento no va a arreglar lo que hiciste—masculló con furia.

Lo vio entre cerrar los ojos mientras caminaba hacia él. Tyler colocó las manos contra su pecho, cerrando los ojos cuando la bestia acercó su rostro al suyo, bajando después por su mentón, olfateando su cuello.

—Me pregunto a qué sabe la carne de humano, nunca la he probado—murmuró en tono aterrador, relamiendo sus labios con hambre frente a la cara del castaño.

Los ojos de Tyler se pusieron en blanco y se desplomó sobre el suelo, desmayado. La bestia soltó una risa y se marchó de la habitación, dejándolo tirando ahí sin algún problema.

Cuando despertó, pudo identificar el gran y brillante sol por la luz que entraba por la ventana. Tyler se quejó tocando su cabeza, se golpeó cuando cayó al desmayarse, cuando volvió en sí, se asustó por un momento, tocando su cuerpo como para verificar que no faltara nada, soltando un suspiro de alivio cuando se dio cuenta que estaba bien.

—Hasta que despiertas.

Tyler soltó un grito ante la repentina voz, cubriendo su boca cuando de un momento a otro tenia a la bestia frente a él en cuclillas, mirándolo de arriba a bajo con la nariz arrugada y un gesto de desagrado.