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El tiempo siempre fue algo irrelevante para él, no le importaba cuanto duraba el día así como la noche, no era como si tuviera prisa para hacer algo.

Toda su vida solo se trató se sobrevivir y nada más, a veces se preguntaba si había otras razones para vivir, espero esa respuesta durante años y creyó que jamás la recibiría, pero justo cuando estaba por resignarse, un humano amable y tonto se cruzó en su camino.

No sabia cuantos minutos pasaron, pero en definitiva sabía que se acercaba el momento de que Tyler se marchara. Josh hizo una mueca, volvería a quedarse solo en cuanto eso pasara, lo veía dormir, con la boca levemente abierta y una expresión relajada.

Acerco su manos a su rostro, colocándola sobre su mejilla, frunciendo un poco el ceño al verse las afiladas garras, tuvo el fugaz pensamiento de que algo que era para lastimar y matar no era digno de tocarlo, pero no podía evitarlo, no podía evitar ser una bestia así como no podía evitar pensar en que quería tocar a Tyler.

Josh chisto bajito al darse cuenta de sus pensamientos, apartó la mano y se levantó la cama, saliendo de la habitación. El pelinegro salió de la cabaña, sentándose afuera sobre las escaleras, por un momento se sintió como un tonto, tener ese tipo de intereses en un humano no traería nada bueno, lo sabia, estaba en constante peligro desde que Tyler se enteró de su existencia, debió haberlo intimidado y no ayudarlo, debió prohibirle volver, no permitirle regresar las veces que quisiera, debería sentir repulsión y desagrado por él pero en realidad todo lo que sentía era atracción, no entendía bien, pero solo sabia que cada vez que lo veía, algo dentro suyo se alteraba.

—Esto no va a terminar bien—masculló Josh.

—Hey, me dejaste solo.

Josh miró por sobre su hombro, no prestándole mucha atención a Tyler cuando se sentó a su lado envuelto en la manta, su cabello estaba desordenado y parecía seguir medio dormido.

—¿Qué haces aquí afuera?, está helando—dijo Tyler, pareciendo preocupado.

—Está bien, solo quería salir un momento—contestó sonando sincero.

—Creo que tengo que irme—avisó Tyler, esta vez logrando que Josh pusiera su atención en él—Sabes, solo estuve unas horas aquí pero las disfrute mucho, estando solo contigo me hace sentir mejor que en mi pueblo lleno de personas y mi familia.

—¿Por qué?, pensé que la familia era lo que más debes querer—comentó Josh intrigado ante sus palabras.

—¿Tu tuviste familia?—preguntó de la nada, mirándolo.

—...sí—dijo en voz baja y sería—Pero ahora estoy solo yo.

—No estás solo, ahora yo soy tu amigo—Tyler sonrió cerrando los ojos.

Josh soltó una risita desganada, cambiando a un semblante más decaído—Durante años he estado sin nadie, siempre me dije a mi mismo que no me importaba, que podía morir solo y no importarme.

La comisura de los labios del castaño bajó lentamente, la voz apagada y nostálgica de Josh le rompió por completo.

—Y cuando apareciste y te quedaste aquí, solo unos días, recordé lo que era tener a alguien—continuó Josh con la mirada en el suelo—Y al irte...me di cuenta de lo difícil que fue para mi estar solo de nuevo, después de todo si quisiera que el día que yo muera alguien llore mi ausencia.

Tyler tuvo que cubrir su cabeza con la manta para que Josh no notara sus ojos llorosos, le sorprendió mucho la sinceridad y dolor en sus palabras, en lo roto de su voz y en lo triste que se veía al hablar de algo que nunca antes pudo contarle a nadie, teniendo que tragarse todos esos sentimientos que quizá ni siquiera entendía del todo pero que aún así lo lastimaban.

Beast        {joshler} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora