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A veces pensaba, que estaba mal lo que hacia. Cada vez que Josh le preguntaba algo, Tyler respondía lo que sabía que quería escuchar, y no realmente lo que podía pasar.

Le mentía, y aunque fuera para que se sintiera bien, sabia que cuando no pasara lo que Tyler le prometía todo se saldría de control, provocando algo hasta catastrófico. Pero aunque se decía eso una y otra vez, no podía hacerlo, no quería ver la mirada triste de Josh.

—¿Cuándo podrás traerme mi juguete de vuelta?—preguntó Josh, estaba sentando en el suelo con la espalda pegada a la cama, mientras que Tyler estaba sentando en la cama con sus piernas a cada lado del cuerpo de Josh.

—Ya encontré quien puede arreglarlo pero tengo que trabajar para tener dinero para poder pagar por eso, no desesperes—respondió Tyler.

—De acuerdo, voy a esperar.

Josh asintió sin más, tomando uno de los libros que Tyler le trajo, tratando de leerlo, había estado practicando su lectura ya que desde hace tiempo que no lo hacía, pensó que nunca lo iba a necesitar pero cuando veía a Tyler leyendo en algunas de sus visitas, pensaba que le gustaría poder leer junto a él.

Mientras, Tyler metía sus dedos entre los rizos de Josh, acariciando su cabello y lindas orejas, sonriendo al escuchar como emitía un suave gruñido, su otra mano estaba sobre la espalda del pelinegro, la cual se escabulló debajo de su camiseta, dejando ver las cicatrices en su pálida piel. La sonrisa se borró de su rostro poco a poco, tal vez estaba siendo un poco entrometido, pero todos los días deseaba saber más de Josh, por lo menos solo una pequeña parte de su vida pasado.

—Tienes muchas cicatrices—comentó Tyler en voz baja, haciendo que Josh mirara atrás.

—Lo sé—respondió.

—¿Cómo fue que llegaste a tener tantas?—preguntó el castaño, intrigado pero cauteloso.

—Bueno, algunas las tengo desde que puedo recordar, otras...—Josh se quedó pensando—Fueron hechas por los de tu especie.

—Pero, ¿cómo?—Tyler bajó de la cama para sentarse junto a Josh.

—No creo que quieras escucharlo—Josh se encogió de hombros, dejando el libro a un lado.

—Todo lo que quieras contarme yo querré escucharlo, Josh.

—¿Está bien si solo te cuento una parte pequeña?—sugirió Josh haciendo una mueca.

—Claro, solo dime hasta donde tu quieras.

Josh asintió, llevando su mano sobre su hombro, tocando su espalda, sintiendo el relieve de sus cicatrices—Solo diré, que a ellos no les gustó ver algo como yo, se asustaron, y su reacción inmediata fue atacar, lastimar, matar...me enoje, y me defendí, pero aún era muy joven, era débil, y estas cicatrices son prueba de ello, por eso decidí aprender a defenderme, a seguir mi instinto, a ser lo que soy.

—¿Te digo lo que eres?, eres bueno, dulce y protector—Tyler sonrió—Sé que siempre haz sido así, que ese es el verdadero tu que tienes que ver.

—Solo lo soy contigo—admitió Josh—Tu eres como ellos pero a la vez eres diferente, los humanos como tú merecen ser protegidos y resguardados por bestias como yo, lo seres como tú, hacen que los seres como yo piensen que no solo venimos a este mundo a matar y escondernos de todos.

El rostro del castaño decayó, sabía que tampoco podía pedirle a Josh ser bueno con un mundo que repudiada su simple existencia. Y a decir verdad, las personas maliciosas y crueles que seguramente odiarian a Josh con solo verlo, no merecerían ser tratadas con respeto por él.

Beast        {joshler} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora